ACI Prensa 21 de abril de 2019
El
Papa Francisco hizo una firme defensa de la paz en el mundo durante el
tradicional mensaje Pascual previo a la Bendición “Urbi et Orbi”, a la ciudad
de Roma y al mundo, que impartió este domingo 21 de abril, Domingo de
Resurrección, en la Plaza de San Pedro del Vaticano.
En su
mensaje, el Santo Padre pidió el fin de los conflictos en Siria, Israel y
Palestina, Libia, Sudán y Sudán del Sur, y Ucrania. En este sentido, recordó
que “Cristo vive y se queda con nosotros. Muestra la luz de su rostro de
Resucitado y no abandona a los que se encuentran en el momento de la prueba, en
el dolor y en el luto”.
Por
eso, pidió que “sea esperanza para el amado pueblo sirio, víctima de un
conflicto que continúa y amenaza con hacernos caer en la resignación e incluso
en la indiferencia”.
También
en Oriente Medio, realizó una mención especial “para la gente de Yemen, sobre
todo para los niños, exhaustos por el hambre y la guerra”. Además, solicitó a
israelíes y palestinos “aliviar tanto sufrimiento y a buscar un futuro de paz y
estabilidad”.
En
este sentido, animó a los cristianos de Oriente Medio a no dejar “de dar
testimonio con paciente perseverancia del Señor resucitado y de la victoria de
la vida sobre la muerte”.
Asimismo,
se refirió también a los conflictos que afligen al continente africano,
empezando por Libia, “donde en las últimas semanas personas indefensas vuelven
a morir y muchas familias se ven obligadas a abandonar sus hogares. Insto a las
partes implicadas a que elijan el diálogo en lugar de la opresión, evitando que
se abran de nuevo las heridas provocadas por una década de conflicto e
inestabilidad política”.
Rogó
también por la paz en otros países africanos “lleno todavía de tensiones
sociales, conflictos y, a veces, extremismos violentos que dejan inseguridad,
destrucción y muerte, especialmente en Burkina Faso, Mali, Níger, Nigeria y
Camerún”.
En
especial, “en Sudán, que está atravesando un momento de incertidumbre política
y en donde espero que todas las reclamaciones sean escuchadas y todos se
esfuercen en hacer que el país consiga la libertad, el desarrollo y el
bienestar al que aspira desde hace mucho tiempo”.
Pidió
también por las autoridades civiles y religiosas de Sudán del Sur, para que
“que se abra una nueva página en la historia del país, en la que todos los
actores políticos, sociales y religiosos se comprometan activamente por el bien
común y la reconciliación de la nación”.
A
continuación, el Papa realizó un nuevo salto geográfico y se trasladó a Europa
oriental, en concreto, a las regiones del este de Ucrania, cuyos habitantes
“siguen sufriendo el conflicto todavía en curso, encuentren consuelo en esta
Pascua. Que el Señor aliente las iniciativas humanitarias y las que buscan
conseguir una paz duradera”.
Después,
dirigió su mirada al continente americano, afectado por “situaciones políticas
y económicas difíciles”. “Pienso en particular en el pueblo venezolano: en
tantas personas carentes de las condiciones mínimas para llevar una vida digna
y segura, debido a una crisis que continúa y se agrava”.
Por
último, pidió que “el Señor resucitado ilumine los esfuerzos que se están
realizando en Nicaragua para encontrar lo antes posible una solución pacífica y
negociada en beneficio de todos los nicaragüenses”.
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