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miércoles, 24 de abril de 2019

Moda: en Venezuela Judas tiene bigote, por Eduardo López Sandoval




Eduardo López Sandoval 23 de abril de 2019

De la palabra moda la Real Academia nos dice: “Uso, modo o costumbre que está en boga durante algún tiempo, o en determinado país.” En Venezuela, en la Quema de Judas, el bigote estuvo de moda, fue el carácter que más se repitió este domingo en el monigote que se quemó.

Ese nombre, Judas, Después de Cristo (D.C.) no se ha visto mucho, no ha estado de moda. Pero realmente no es feo, Judas, léanlo bien, objetivos por favor; lo que pasa es que tiene el peso de la fama de la traición, por lo que muy poca gente se llama así, ¡Judas! , para no cargar con ese injusto bacalao de traidores a los chamos desde pequeños. Venezuela ya tuvo un Judas como Presidente, esta vez no uno que se quemó en Semana Santa, no, uno realmente bautizado con el nombre Judas.

Fue  llamado Judas Monagas, pero como para disimular la vergüenza de tener nombre de traidor, firmaba los documentos como J. Monagas, y los que le jalaban el mecate del chinchorro para que plácidamente durmiera la siesta el sátrapa, lo empezaron a llamar José, nombre que se impuso en la historia, como muchas otras cosas menos triviales de nuestra Historia de Venezuela, que hoy más que nunca son impuestas por los jala mecates. (Vale este paréntesis, en los tiempos de Judas Monagas tampoco había electricidad, pero por otras razones diferentes a las actuales; los jalamecates sí siempre han existido, por las mismas razones).

La moda es la repetición de lo que la sociedad quiere, lo que es digno de seguir, miren en Venezuela cuántos se llaman José Gregorio o Jesús, además de los nombres es la música, los giros del hablar, los partidos políticos, la ropa, y el bigote. Recuerden las películas de Hitler, ese bigote fino como del ancho de un habano, pero Adolf Hitler perdió la guerra, por lo que la moda de este bigote no pegó, trascendió tan poco que ni el nombre de esa forma de usar el bigote lo conocemos, nadie recuerda el bigote de la derrota, del suicidio. (Vale este otro paréntesis para hacer un dislate anti histórico, ¿se imaginan ustedes cómo luciría el Interfecto con este bigote fino, de ocupar el cargo que hoy ocupa, si la Segunda Guerra Mundial la hubiera ganado Hitler? Porque si hubieran ganado la guerra los nazis el Imperio no sería una isla. ¿Te lo imaginaste hablando Alemán? Ya, fin de la digresión) .

Así son las cosas de la moda, se siguen o no, mira alguna fotografía de jóvenes graduandos de la universidad, de hace veinte años, y de este año. Verás cuál es la tendencia de la moda… La estadística de los bigotudos en Venezuela cambia radicalmente cuando de los Judas Iscariote se trata. Muy a pesar del peso del Poder sin medida que ejerce el régimen sobre el inconsciente de los fotografiados…

Caracterizar el Judas del barrio es el más hermoso ejercicio de la Democracia, hasta hace pocos años, cuatro o cinco, el ponerle o no bigotes al monigote era un tema de discusión cerrada. Hoy gana 9 a 1 el ponerle bigote, solo que se impone por precaria mayoría el ser comedidos en darle mayores características que lo identifique con el Interfecto, la colosal barriga, por ejemplo, pero… la democracia en Venezuela el pasado domingo se impuso: los Judas Iscariote de Venezuela tienen bigote.

Me despido a la llanera, despedirme no quisiera, con un verso del testamento del Judas de Guardatinajas, el Judas más afamado del llano Colombovenezolano:

A la mujer dejo parto
anteojos dejo a los tuertos
y al gobierno de por dios
que haga valer los decretos.
Ratones dejo a los gatos
al cementerio sus muertos
y al gobierno de por dios
y al gobierno de por dios
que enderece los entuertos.

Eduardo López Sandoval

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