Eduardo López Sandoval 23 de abril de 2019
De la
palabra moda la Real Academia nos dice: “Uso, modo o costumbre que está en boga
durante algún tiempo, o en determinado país.” En Venezuela, en la Quema de
Judas, el bigote estuvo de moda, fue el carácter que más se repitió este
domingo en el monigote que se quemó.
Ese
nombre, Judas, Después de Cristo (D.C.) no se ha visto mucho, no ha estado de
moda. Pero realmente no es feo, Judas, léanlo bien, objetivos por favor; lo que
pasa es que tiene el peso de la fama de la traición, por lo que muy poca gente
se llama así, ¡Judas! , para no cargar con ese injusto bacalao de traidores a
los chamos desde pequeños. Venezuela ya tuvo un Judas como Presidente, esta vez
no uno que se quemó en Semana Santa, no, uno realmente bautizado con el nombre
Judas.
Fue llamado Judas Monagas, pero como para
disimular la vergüenza de tener nombre de traidor, firmaba los documentos como
J. Monagas, y los que le jalaban el mecate del chinchorro para que plácidamente
durmiera la siesta el sátrapa, lo empezaron a llamar José, nombre que se impuso
en la historia, como muchas otras cosas menos triviales de nuestra Historia de
Venezuela, que hoy más que nunca son impuestas por los jala mecates. (Vale este
paréntesis, en los tiempos de Judas Monagas tampoco había electricidad, pero
por otras razones diferentes a las actuales; los jalamecates sí siempre han
existido, por las mismas razones).
La
moda es la repetición de lo que la sociedad quiere, lo que es digno de seguir,
miren en Venezuela cuántos se llaman José Gregorio o Jesús, además de los
nombres es la música, los giros del hablar, los partidos políticos, la ropa, y
el bigote. Recuerden las películas de Hitler, ese bigote fino como del ancho de
un habano, pero Adolf Hitler perdió la guerra, por lo que la moda de este
bigote no pegó, trascendió tan poco que ni el nombre de esa forma de usar el
bigote lo conocemos, nadie recuerda el bigote de la derrota, del suicidio.
(Vale este otro paréntesis para hacer un dislate anti histórico, ¿se imaginan
ustedes cómo luciría el Interfecto con este bigote fino, de ocupar el cargo que
hoy ocupa, si la Segunda Guerra Mundial la hubiera ganado Hitler? Porque si
hubieran ganado la guerra los nazis el Imperio no sería una isla. ¿Te lo
imaginaste hablando Alemán? Ya, fin de la digresión) .
Así
son las cosas de la moda, se siguen o no, mira alguna fotografía de jóvenes
graduandos de la universidad, de hace veinte años, y de este año. Verás cuál es
la tendencia de la moda… La estadística de los bigotudos en Venezuela cambia
radicalmente cuando de los Judas Iscariote se trata. Muy a pesar del peso del
Poder sin medida que ejerce el régimen sobre el inconsciente de los
fotografiados…
Caracterizar
el Judas del barrio es el más hermoso ejercicio de la Democracia, hasta hace
pocos años, cuatro o cinco, el ponerle o no bigotes al monigote era un tema de
discusión cerrada. Hoy gana 9 a 1 el ponerle bigote, solo que se impone por
precaria mayoría el ser comedidos en darle mayores características que lo
identifique con el Interfecto, la colosal barriga, por ejemplo, pero… la
democracia en Venezuela el pasado domingo se impuso: los Judas Iscariote de
Venezuela tienen bigote.
Me
despido a la llanera, despedirme no quisiera, con un verso del testamento del
Judas de Guardatinajas, el Judas más afamado del llano Colombovenezolano:
A la
mujer dejo parto
anteojos
dejo a los tuertos
y al
gobierno de por dios
que
haga valer los decretos.
Ratones
dejo a los gatos
al
cementerio sus muertos
y al
gobierno de por dios
y al
gobierno de por dios
que
enderece los entuertos.
Eduardo
López Sandoval
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