Luis Manuel Esculpi 23 de abril de 2019
@lmesculpi
En los
inicios del primer gobierno de Carlos Andrés Pérez, en el Movimiento al
Socialismo, se definió una política de respaldo a las medidas progresistas que
el primer mandatario anunciaba, a la vez de denunciar los planes “faraónicos”
que pretendía adelantar. Se planteaba una conducta de exigencias permanente del
cumplimiento aquellas expectativas suscitadas por las banderas levantadas
durante la campaña electoral. Coloquialmente esa orientación política, internamente
se bautizó como la del “filo de la navaja”.
El MAS
de ese tiempo era famoso por la creatividad manifestada a través de su
propaganda, los afiches y murales eran expresiones que en su contenido y forma,
innovaban ante la tradicional propaganda gráfica e impresa. El primer afiche a
tamaño de un pliego rezaba palabras más, palabras menos ” Vamos a ver sin con
tanto dinero y tanto poder, cumple con sus promesas”
El
filo de navaja consistía en mantener una línea de confrontación mientras se
reconocían los avances en las políticas sociales y de claro sentido
nacionalista.
En la
actual coyuntura política la rememoración viene a propósito de las distintas
expectativas generadas por el inmenso movimiento aglutinado alrededor del
liderazgo de Juan Guaidó, hay quienes detrás de cada convocatoria intuyen se
producirá un desenlace, mientras otros por el contrario suponen se alarga
innecesariamente un proceso definitorio. Igualmente amplios sectores estiman
que por primera vez en un mucho tiempo, existe una estrategia sintetizada en la
trilogía: Cese a la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres.
Mientras otros al contrario señalan como una carencia muy importante del
movimiento la inexistencia de un planteamiento estratégico.
El
desempeño del Presidente de la Asamblea Nacional, la directiva y el órgano de
conducción en su desempeño ha venido tomando muy en cuenta las distintas
lecturas presentes en el seno de la sociedad, percibimos en su comportamiento
la comprensión del momento político, la necesidad de no generar falsas
expectativas, a la vez de mantener la presión y movilización nacional que
conjuntamente con el apoyo de la comunidad internacional son dos de los
factores claves para conquistar los objetivos propuestos. Desarrollar el
discurso y la acción considerando ambas variables en buena medida implica el
desarrollo una política marchando sobre el filo de la navaja.
Lo
cierto es que en tres meses se han alcanzado logros muy importantes, el
movimiento ha tomado la iniciativa, colocando a Maduro a la defensiva, incluso
las opiniones que consideraron como un revés los sucedido el 23 de febrero en
la frontera con el tema de la ayuda humanitaria, no fueron respaldadas ni por
las encuestas realizadas inmediatamente después de esa fecha, ni por las de más
reciente data.
El
rescate de la confianza, la superación del desaliento y el renacer de la
esperanza constituyen muestras evidentes del contraste del primer trimestre del
año, con por ejemplo el último del anterior. No se trata de idealizar la
realidad, ni de suponer que el panorama está completamente despejado y
decidido, si pensáramos que todo “marcha sobre ruedas” y desestimáramos
cualquier sugerencia o requerimiento en el diseño estratégico, incurriríamos en
un error.
En
artículos anteriores hemos escrito acerca de la necesidad de afinar algunos
aspectos del diseño, partiendo siempre de la idea que la Dirección debe asumirvcon
flexibilidad, sin dogmas, ni recetas la conducción en la ejecución de las
orientaciones trazadas; reconociendo sus aciertos y con un comportamiento
diferenciado de algunos de esos críticos -afortunadamente los menos- que actúan
con arrogancia y autosuficiencia identificándose como portadores exclusivos de
la verdad. Así como en el proceso de lucha por el cambio es necesario no
repetir los modos, procederes y prácticas del adversario que confrontamos,
igual diferenciación se requiere para debatir con aquellos aliados proclives a
minimizar los éxitos, a disminuir el rol de la dirección y a concebir la lucha
a través de posiciones inflexibles como dogmas de fe, sin contrastarla con la
dinámica de la acción del día a día.
Luis
Manuel Esculpi
@lmesculpi
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico