Carlos Tablante 16 de abril de 2019
@TablanteOficial
Al
momento de escribir este artículo hay 785 presos políticos en Venezuela según
la ONG de Derechos Humanos Foro Penal. Esta mas que demostrado que el régimen
criminaliza, persigue, detiene, tortura y asesina a quienes piensan distinto.
La
dictadura judicializa la represión política a través de procesos ilegales y
amañados, sembrando falsas pruebas para crear expedientes manipulados, llenos
de mentiras y calumnias.
Las
palabras diálogo y negociación se han convertido en armas para que Maduro y su
casta se mantengan precariamente en un poder cada vez más gastado y deslegitimado.
En vez
de liberar a los presos políticos, continuan las amenazas, los abusos y las
violaciones a los derechos humanos por parte de un aparato judicial, militar y
paramilitar al servicio de una acción represiva brutal en contra de los opositores
del régimen de Maduro.
Además
de imponer la censura, liquidando la libertad de expresión, se inhabilita a los
líderes políticos que forman parte de la conducción unitaria que bajo el
liderazgo de Juan Guaidó, como presidente encargado de Venezuela, recorre todos
los rincones del país organizando y movilizando la indignación para impulsar un
cambio por la vía menos traumática posible, tal como reclama con urgencia la
mayoría de nuestro pueblo.
En la
madrugada del 21 de marzo los cuerpos represivos del régimen entraron con
brutal violencia a la casa de Roberto Marrero y lo secuestraron, destruyendo
todo lo que encontraron a su paso. El mensaje lleno de hidalguía y coraje del
abogado y político a sus compañeros y a Venezuela en ese difícil momento fue:
“Sigan la lucha, cuiden al presidente y que sea lo que Dios quiera”.
Qué
credibilidad puede tener cualquier oferta de diálogo cuando apenas pasadas
horas de la publicación del informe de Bachelet, Alta comisionada de la ONU,
denunciando gravísimas violaciones de DDHH en Venezuela, Maduro haya ordenado
el secuestro a uno de los principales colaboradores de Juan Guaidó?
La
respuesta nacional e internacional en apoyo a Marrero ha sido contundente,
desde la Asamblea Nacional, los partidos políticos, los gremios y sindicatos,
las ONG, los voceros de decenas de gobiernos, de la OEA y de la ONU, han
exigido la liberación de Marrero.
Roberto
no es un hombre de armas, por el contrario, es un hombre de fe que no predica
ni el odio ni la violencia, una persona moderada, amplia, reconocido luchador
por los derechos humanos desde sus tiempos de estudiante. En el desempeño de
sus diferentes responsabilidades políticas, ha destacado por su espíritu
conciliador. De allí que, acertadamente, fuera escogido por Guaidó para
coordinar su equipo político.
Hemos
estado en contacto solidario con su esposa Rommy Moreno quien ha respondido con
valor y gran dignidad ante este grave atropello a su familia, al igual que lo
han hecho Lilian Tintori, Bony Simonovis, Mitzi Ledezma, Oriana Granati de
Requesens y cientos mas de valientes venezolanas que luchan con perseverancia
por la libertad de sus seres queridos y finalmente, de Venezuela.
Ojalá
que la presencia de la Cruz Roja Internacional en Venezuela y el ingreso de la
ayuda humanitaria logre abrir también el canal para liberar a todos los presos
políticos y que Maduro, como el principal causante de la violencia y el caos
que hoy atormenta a todos los venezolanos, asuma finalmente su responsabilidad
y facilite lo que todo el país y la comunidad internacional reclaman: la
transición a la democracia a través de elecciones libres y con todas las
garantías.
Finalmente,
quiero recordarle a los que, usurpando la autoridad policial y judicial violan
las leyes y la Constitución, que el artículo 29 de la Carta Magna establece que
el Estado estará obligado a investigar y sancionar legalmente los delitos
contra los derechos humanos cometidos por sus autoridades (…) y que las
acciones para sancionar delitos de lesa humanidad, violaciones graves de
derechos humanos y crímenes de guerra, no prescriben.
Liberen
a Roberto Marrero y a todos los presos políticos ya!
Carlos
Tablante
@TablanteOficial
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