Lester Toledo 06 de junio de 2019
@LesterToledo
Cuando
en un país como Venezuela, 19.8 millones de venezolanos se encuentran en
condiciones de vulnerabilidad, 6.9 millones no tienen acceso a medicamentos por
el desabastecimiento y altos costos de los pocos disponibles, 80% de los
hogares venezolanos están en situación de inseguridad alimentaria, 11.8
millones de venezolanos viven con ingresos mínimos que sólo alcanzan para el 5%
de la canasta básica, 3500 venezolanos están en riesgo de muerte por la
suspensión del programa nacional de Procura de Órganos y que 26 niños del
Hospital JM de los Ríos, por mencionar un solo hospital, están en riesgo de
muerte a la espera de un trasplante de médula ósea, sin duda que estamos
hablando de una agudización de la emergencia humanitaria compleja ya alcanzada
y ahora superada en Venezuela.
Cuando
hablamos de una agudización de la emergencia humanitaria compleja nos sumamos a
las voces de alerta que desde el Parlamento Nacional se encendieron para llamar
la atención a cerca de una inminente Catástrofe Humanitaria.
Pero
para entender tal alarma en su justo contexto nos queremos referir a lo que la
Organización Mundial de la Salud define por Catástrofe, según este ente, es
cualquier fenómeno que deriva en perjuicios económicos, pérdida de vidas
humanas, deterioro de la salud y del servicio sanitario en medida suficiente
para exigir una respuesta extraordinaria de sectores ajenos de la comunidad que
resulta afectada. Para las Naciones Unidas, se trata de una ruptura grave en el
funcionamiento de una sociedad con pérdidas de vidas humanas materiales y de
una tal amplitud que excede la capacidad de la mencionada sociedad para
enfrentarlo.
Si
tomamos estas dos concepciones y las contrastamos con las cifras de la crisis
que se reporta en Venezuela, el cambio de estatus de emergencia compleja a
catástrofe es cuestión de horas, o peor, de vidas.
Se
trata de una situación extrema cuya solución pasa por medidas también extremas.
Una condición de emergencia compleja puede ser solventada aún con acciones
puntuales como la Ayuda Humanitaria, pero cuando esa condición trasciende a
catástrofe, amerita entonces ejecutar una serie de acciones para poner fin a la
raíz del mal que la causó.
Desde
el gobierno del Presidente ( E ) Juan Guaidó y desde la Coalición Ayuda y
Libertad Venezuela hemos intentado por todos los medios que la Ayuda
Humanitaria ingrese en las cantidades y medidas que nuestros hermanos
venezolanos urgen, sin embargo, esta tarea ha sido saboteada y obstaculizada
criminalmente por el régimen de Nicolás Maduro.
Es
Maduro, el usurpador, con su obcecada obsesión por el poder, el principal
responsable de las muertes de venezolanos y por ende es él, el único culpable
de que Venezuela pase a nivel de catástrofe. Por lo que nos queda claro a los
venezolanos y a todas las naciones demócratas del mundo, que la única manera de
frenar las muertes en nuestro país y evitar esta catástrofe, es poner fin a la
usurpación.
Aplaudimos
las iniciativas de la Asamblea Nacional enmarcadas en este propósito, el
reingreso de Venezuela en el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca
(TIAR) y la propuesta de instrumentos como el establecido en el Art. 187 en su
numeral 11 de la Constitución que puede autorizar la entrada de una misión
internacional al país.
Nos
sumamos a la petición del Parlamento de requerir a las naciones aliadas tomen
acciones de presión aun más contundentes y determinantes, para que los
usurpadores dejen de condenar a muerte a los venezolanos y no sigan utilizando
el dinero del Estado para la compra de armas de guerra.
La
catástrofe humanitaria en Venezuela es inminente, como inminente son las
medidas que han de tomarse para frenarla.
Y
mientras, los miles de pacientes en riesgo de muerte en nuestro país sepan que
no están solos, los niños del Hospital JM de los Ríos y sus padres no están
solos, los millones de venezolanos en vulnerabilidad alimentaria tampoco están
solos, el mundo está atento y tiene la disposición de actuar, los diputados de
la Asamblea Nacional también observan y deciden y desde la Coalición Ayuda y
Libertad cumplimos con nuestra misión de mantenernos alerta y actuar de forma
inmediata, todo en función de salvar vidas.
Ya
en Venezuela está a punto de desatarse una catástrofe humanitaria, todos
estamos atentos y dispuestos a evitarla, sin embargo, el que se niega a
percatarse y asumir las culpas de todo ello es precisamente el causante de este
desastre.
Tal
como lo hemos ratificado, la mejor ayuda que los venezolanos podemos recibir de
las naciones demócratas, de las Fuerzas Armadas, de nuestra Asamblea Nacional y
de todos los factores de oposición unidos, es el cese de la usurpación, un
gobierno de transición y finalmente elecciones libres.
Lester
Toledo
@LesterToledo
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