Páginas

lunes, 13 de abril de 2015

Cumbre de Las Américas Omar Barboza, por Gutiérrez


Omar Barboza Gutiérrez abril de 2015

Cuando escribo este artículo está por iniciarse la Cumbre de Las Américas con un tema central para la consideración de los Jefes de Estado de todo el continente americano: Prosperidad con Equidad. Hacemos votos para que la coyuntura no se imponga sobre lo trascendente, tal como lo es, la necesidad de acuerdos serios para lograr esos objetivos en beneficio de los pueblos allí representados.

Tiene gran importancia la presencia por primera vez de Cuba en esa Cumbre, lo que puede significar la incorporación cubana a la integración continental en el marco de los acuerdos que viene discutiendo con los Estados Unidos, que deben significar rectificaciones y compromisos de ambas partes; así como los Estados Unidos rectifica su política de bloqueo, Cuba debe comprometerse con la apertura democrática real y con el respeto a los derechos humanos.

En cuanto a las últimas diferencias entre Venezuela y los Estados Unidos, deben haber rectificaciones y compromisos para superarlas: el gobierno norteamericano debe retirar la calificación de amenaza para su seguridad nacional por no ser cierta, y el gobierno de Maduro debe comprometerse con el respeto a los derechos humanos y a la libertad de pensamiento junto al cese de la persecución política de sus adversarios, conducta a la que está obligado de acuerdo a todos los tratados internacionales firmados por Venezuela.

Pero ambos casos, el de Cuba y el de Venezuela, deben ser tratados en el marco de las relaciones bilaterales que existan o puedan existir entre los Estados Unidos y esos dos países. Sería un atentado en contra de la esperanza y de los derechos de los pueblos representados en esa Cumbre, que esas diferencias sean las protagonistas de tan importante reunión, en vez de respetar el tratamiento entre todos los participantes de las vías más eficientes para lograr el propósito central de esa gran reunión, para avanzar hacia el logro de la prosperidad con equidad, para enfrentar los retos de la pobreza y de la desigualdad que hoy impera en la mayoría de los países participantes. Desviar ese objetivo solo contribuirá al aplazamiento de los esfuerzos para lograr esas metas, con perjuicios para todos.

En todo caso, aprovechamos el planteamiento de este tema en la Cumbre para expresar desde Un Nuevo Tiempo (UNT) y dentro de la visión de la Democracia Social que impulsamos para Venezuela y Latinoamérica, nuestra propuesta de que ese tema central de Prosperidad con Equidad evolucione para precisar mejor su objetivo, hacia la propuesta de Crecimiento Económico con Justicia Social, buscando que la prosperidad sea para todos y en todos los sentidos. Lo cual surge del convencimiento de que el crecimiento económico por si solo puede generar bienestar o prosperidad para unos pocos, sin resolver el problema de la pobreza y la falta de acceso a bienes y servicios que hoy afecta a la gran mayoría de los pueblos latinoamericanos.

Y cuando unimos el crecimiento económico a la justicia social, le demos a esta última una connotación que no se limita a la redistribución simple, aunque importante, del ingreso, en materia de subsidios, becas, pensiones, o aportes económicos directos. La concebimos en el sentido más amplio, de la igualdad de oportunidades, la cual debe comenzar por la posibilidad de acceso a la educación como instrumento fundamental de superación para los sectores más desfavorecidos, lo que implica que aun cuando se den facilidades para la contribución de la educación privada con este proceso, el Estado asuma el compromiso de que la educación pública sea de primera, superior a la privada, y que respete los valores de la libertad de pensamiento y la pluralidad, y que en consecuencia, importantice al educador como protagonista del cambio cultural necesario para superar el tiempo perdido.

Igualmente, la justicia social a la que nos referimos genera el compromiso para el Estado, de estimular y reconocer el esfuerzo de la medicina privada, pero acompañada del compromiso de que la atención a la salud pública sea de primera calidad, junto a un sistema de seguridad social que por lo menos asegure a todos los ciudadanos el derecho a la jubilación o a la pensión, además de servicios públicos eficientes, y la posibilidad de acceder a una vivienda digna.

Todo ello dentro del marco de la igualdad ante la ley, es decir, la vigencia del estado de derecho, junto al derecho a trabajar y producir ejerciendo las libertades económicas previstas en la Constitución.

Si la Cumbre se dedica a estos temas, debemos aplaudirla.

Omar Barboza Gutierrez


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico