Por Noel Álvarez, 05/04/2015
Boletín 225, AIPOP
En la mal llamada “Venezuela Revolucionaria”, hasta hace muy poco, era
casi un sacrilegio hablar del incremento de la gasolina o de la dolarización de
la economía. Sin embargo, el giro de timón que ha dado el gobierno con el tema
del aumento de la gasolina, deja un único tabú: la dolarización económica.
Los gobiernos “satanizan” el tema de la dolarización, anclaje
cambiario, para atemorizar al pueblo, sin embargo, Ecuador con su proceso
económico es uno de los países más prósperos de la región. Un sistema como éste
restringiría “el señoreaje”, nombre que recibe la facultad que tienen los
gobiernos de imprimir dinero para financiar su gasto público, proceso que he
denunciado en artículos anteriores como el primer responsable de la carestía de
la vida que sufre nuestro país.
Aun cuando el anclaje cambiario no es oficial, en Venezuela hace tiempo
que extraoficialmente los precios de todos los servicios y bienes de consumo,
con excepción de los perecederos de origen agrícola, están dolarizados. Esto
trae como consecuencia que al estar los gastos dolarizados, mientras los
ingresos continúan en bolívares, no haya ingreso en moneda nacional que,
trabajado y ganado honestamente, alcance para pagar los bienes en calidad y
cantidad suficiente que permitan mejorar la calidad de vida del pueblo.
Los venezolanos estamos sometidos a un proceso de empobrecimiento
acelerado, sin posibles cambios positivos en el corto plazo. Primer ejemplo: en
el año 2010 el salario mínimo era 1.223,89 bolívares al mes, el dólar marcador
rondaba los 9,24 bolívares, es decir el salario mínimo representaba 132,45
dólares al mes. En marzo 2015, el salario mínimo 5.622 bolívares mensuales más
2095 bolívares por concepto de cesta ticket, suma 7.717 bolívares mensuales,
con un dólar marcador 248,52 bolívares, lo que representa un salario de 31,05
dólares mensuales. Sin hacer otras consideraciones, hemos perdido 101,40
dólares mensuales.
Otro ejemplo: el salario mínimo en Colombia es 273 dólares mensuales;
en Argentina 346,76 dólares mensuales; en Ecuador 354 dólares mensuales; en USA
una jornada de 8 horas remunera 64 dólares. Con la inflación quienes más
pierden son los pobres, los que ganan un salario mínimo, los que viven de una
renta, los pensionados y tantas personas que no tienen como preservar el valor
de sus ingresos; por eso mi preocupación es que se logre un mecanismo que
salvaguarde la capacidad adquisitiva de los ingresos de quienes menos tienen y
eso solo se logra atando el valor de los salarios, pensiones y rentas a una
moneda fuerte cuyo nombre es lo menos importante.
Noel Álvarez en twitter: @alvareznv
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