Por Carlos Vilchez Navamuel, 12/04/2015
Finalizada la Cumbre de las Américas, Panamá 2015, dos
cosas podemos destacar de este foro continental, la primera de ellas tiene que
ver con la asistencia por primera vez del presidente cubano Raúl Castro a una
Cumbre de las Américas, la reunión formal entre él y el presidente de los EEUU,
Barack Obama y el significado histórico que esto tiene, tema que comentaremos
en el próximo artículo, el segundo aspecto tiene que ver con el descalabro del
presidente Nicolás Maduro en Panamá al cual nos referiremos a continuación.
El fracaso del presidente Maduro estaba pronosticado,
con una mala imagen continental, la prensa apenas hizo eco de su estancia en la
capital panameña, Maduro sabía que no era la estrella, pero en lugar de
permanecer con un perfil bajo, intentó robarse el “show” recién llegó a esta
ciudad y se dirigió al populoso barrio El Chorrillo, allí visitó el Monumento
en honor a los caídos durante la invasión militar gringa donde capturaron a Manuel
Antonio Noriega en diciembre de 1989 y se comprometió con sus representantes de
entregarle personalmente al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, una
carta de la asociación de familiares donde solicitan ser indemnizados.
Luego se conoció del montaje que aparentemente habían
ideado sobre un presunto atentado a su persona, y la prensa así lo notificó,
por ejemplo el periódico La Prensa de Nicaragua publicó una nota titulada
DESERTOR DENUNCIA MONTAJE DE SUPUESTO “ATENTADO” CONTRA MADURO, la nota
periodística empezaba así “El ex agente del Servicio Bolivariano de
Inteligencia (SEBIN), Edgar Hernández, desertó de la embajada venezolana en
Panamá y destapó todo un plan organizado por la contrainteligencia bolivariana,
un montaje con el que pretendían “neutralizar” un supuesto atentado contra el
presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, con el fin de captar toda la atención
en la Cumbre de las Américas, que se realiza en Panamá los días 10 y 11 de
abril”.
Maduro no solo tuvo que escuchar las protestas de los
venezolanos con pancartas, si no que volvió a escuchar las cacerolas en Panamá,
no una, sino dos veces, a la par de esto, 26 expresidentes americanos y
españoles firmaron un documento donde se pronunciaron para que se libere a los
presos políticos y se respeten los derechos humanos en Venezuela, además lo
mismo hizo la presidente de Brasil, Dilma Rousseff, quien se manifestó a favor de la
liberalización de los presos políticos en Venezuela.
El presidente Obama no asistió al discurso de Maduro,
se dice que estaba reunido con Juan Manuel Santos, el presidente colombiano, si
esto fue así, ambos presidentes le dieron poca importancia a lo que diría
Maduro allí.
Para colmo, Maduro concluyó mal, pues en su discurso
no solo se expresó mal de los EEUU y del presidente Obama, si no que utilizó
palabras groseras e inadecuadas para un jefe de Estado, el presidente de
Venezuela entre otras cosas manifestó
indignado que “yo me encabrono cuando hablan de Venezuela, porque yo no opino
de ningún país”.
Sin duda alguna Maduro, su doble y la gran comitiva que
lo acompañaba regresaron a Caracas cargando un fracaso más, Maduro llegó a la
ciudad capital con una imagen peor de la que tenía, sin nada que aportar a los
venezolanos. Fracasó en su intento para
que el gobierno de los EEUU eliminara las sanciones a siete de sus funcionarios
y fracasó en el intento para que en el documento de clausura se sancionara EEUU
e hizo el ridículo en muchas ocasiones dejando a los venezolanos muy mal una
vez más.
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