Por Ing. Eduardo Paez-Pumar, 05/04/2015
Boletín 225 AIPOP
Al analizar los pocos datos que aporta Corpoelec sobre el Sistema
Eléctrico Nacional, podemos observar que desde el año 2009 se viene reduciendo
el crecimiento de la Demanda Máxima Nacional, la cual se ha mantenido en los
tres últimos años en un promedio de 18.500 Mw. Esta condición parte de la
reducción forzada del suministro a las Empresas Básicas de Guayana a finales
del 2009 para poder evitar el caos en Guri por los bajos niveles del embalse y
se agudiza con la parálisis económica del país que ha conducido a la caída de
la producción industrial y al cierre de numerosas empresas privadas. De haberse
mantenido el crecimiento de la demanda eléctrica que traíamos desde 1998 hasta
el 2009, la Demanda Máxima para el 2015 pudiese estar en el entorno de los
21.000 Mw.
En el año 2014 no se cumplieron los planes de crecimiento de la
Capacidad Instalada, por lo que dicha capacidad apenas se pudo incrementar en
un 10% de la meta proyectada (278 Mw. de los 2.698 Mw. proyectados). Si a esta
condición sumamos el hecho de que en el país existen pérdidas de energía
equivalentes al 32,27% (año 2013) del total generado, valor este que es tres
veces superior al promedio de los demás países suramericanos, y además existen
problemas de baja disponibilidad de generación, particularmente en el sector
termoeléctrico cuyo factor de indisponibilidad en Termo Vapor llega al 40,44%
(año 2013), podemos llegar a la conclusión de que el país está dependiendo de
la generación hidroeléctrica cuya participación en la Energía Bruta Generada
del SEN para el año 2013 fue del 61,4%.
Esta dependencia de la generación hidroeléctrica hace que el país sea
muy frágil ante condiciones climáticas desfavorables como la sequía que
actualmente padecemos producto del fenómeno El Niño. Es por ello que los
niveles de Guri han venido bajando rápidamente, ya el embalse para el 31 de
marzo había descendido 16,39 m respecto a su cota superior y se encuentra por
entrar a la denominada “Zona de Emergencia”.
La caída en el nivel de las aguas del embalse produce pérdidas por
efectos de baja carga hidráulica en la generación eléctrica, pérdidas que en el
año 2010 llegaron a ser de 1.200 Mw.; por lo que para poder compensarlas el
país debe producir mayor energía termoeléctrica, condición ésta que se ve limitada,
no solo por lo expuesto anteriormente, sino porque Colombia dejó de suministrar
gas a Venezuela para poder conservar sus embalses y las plantas Ramón Laguna,
Rafael Urdaneta y Termozulia ubicadas en el estado Zulia, vienen operando
ineficientemente con combustibles líquidos. De hecho, desde hace varios meses
existe un programa de racionamiento eléctrico en la ciudad de Maracaibo.
Es de hacer notar que los niveles de Guri vienen bajando 11 cm diarios
y por las características troncocónicas del embalse el promedio diario tiende a
aumentar. En este mes de abril y las primeras tres semanas de marzo continuará
la sequía según indican las previsiones meteorológicas, por lo que si el nivel
desciende un promedio de 14 cm/día, en 51 días estará en la cota 247,47 msnm y
podrían empezar a producirse vórtices de agua (remolinos) que afecten la
operación de las primeras 8 turbinas de la central hidroeléctrica. La condición
de sequía no solo afecta a Guri, sino que también afecta a las centrales San
Agatón y La Vueltosa del sistema Uribante-Caparo en Táchira y Mérida.
A diferencia con la sequía del 2009-2010, hasta ahora los
racionamientos solo han ocurrido en Maracaibo, pero a pesar de la caída de la
demanda industrial por la crisis económica, la demanda superará a la oferta y
será de nuevo necesario racionar en todo el país. Un mismo error cometido
varias veces.
En la medida que pasa el tiempo la situación del sistema es cada vez
más crítica. Cuando se dé el cambio político en el país y el sector industrial
requiera producir a toda capacidad, tendrá que esperar a que con políticas
públicas diferentes, se pueda recuperar nuestro Sistema Eléctrico Nacional.
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