Por Eddie Ramírez, 29/09/2015
Numerosos oficiales de la Guardia Nacional han estado presos, se
encuentran exiliados o han perdido su carrera por no estar de acuerdo con el régimen
totalitario, por lo que no puede satanizarse a todo un cuerpo. Lamentablemente,
un número significativo de sus miembros ha incurrido en violaciones a los
derechos humanos. No somos fiscales, ni jueces, por lo que solo seguimos
insistiendo en que deben ser investigados y castigados de ser culpables.
Entre los hechos criminales están los asesinatos en los alrededores del
liceo Fermín Toro el 11 de abril del 2002. Fueron imputados el cabo Luis
Alberto Carrero y los distinguidos Carlos Díaz Pérez, Elys José Navas y Luis
Rodríguez Valera, pero después no se supo nada de ellos. A pesar de las
evidencias fotográficas, el general Eugenio Gutiérrez declaró: “Que yo sepa no
hubo disparos por parte de la Guardia Nacional”; el general Belisario Landis
sostuvo que: “Cuando una marcha se cambia de ruta no da tiempo para establecer
un adecuado dispositivo de seguridad para proteger a la ciudadanía”, o sea que
unos ciudadanos a pie avanzan más rápido que unas tanquetas que han debido
interceptar la marcha si es que querían evitar la masacre.
El 3 de diciembre del 2002 un contingente de la Guardia, al mando de
los generales Jesús Villegas Solarte y Alexis Maneiro Gómez, innecesariamente
agredió con balas de plástico y lacrimógenas a periodistas y a petroleros e
inclusive al pundonoroso general Carlos Alfonzo Martínez. El general Eugenio
Gutiérrez declaró que: “Los representantes de los medios casi golpean a los
guardias, los desafiaban y provocaban”.
El 1 de marzo del 2004, un pelotón de guardias nacionales facilitó el
asesinato del técnico petrolero José Manuel Vilas en San Antonio de los Altos,
perpetrado por dos motorizados paramilitares rojos. A pesar de que fueron
identificados por el Cicpc, la Fiscalía se ha negado a investigar. El 4 de
marzo del 2004 fue asesinada en Machiques Evangelina Carrizo; por este hecho fueron
señalados los entonces subtenientes Casañas y Ramzor Bracho. Este último y
otros cinco miembros de la Guardia fueron asesinados en diferentes sitios en
los sucesos del 2014, sin que haya imputados. ¿Quiénes les dispararon? ¿Acaso
paramilitares rojos? El 27 de febrero del 2004 la Guardia repelió con ferocidad
inusitada a los manifestantes que marchábamos al Teresa Carreño a entregar un
documento al Grupo de 15 presidentes. La represión se extendió varios días,
fueron asesinados cinco ciudadanos, 14 heridos de balas, 220 lesionados y 52
detenidos.
El 19 de febrero 2014 fue asesinado a golpes por guardias nacionales
José Alejandro Márquez y el 22 fue asesinada Geraldine Moreno, investigándose a
los guardias Franklin García López, Paola Marlene Barroso Ortiz y Albin
Bonilla. La guardia Josneidy Castillo agredió brutalmente a la joven Marvinia
Jiménez.
En los desalojos de campos residenciales petroleros de Oriente y
Occidente la Guardia y el ejército cometieron innumerables atropellos. En el
desalojo de San Tomé el entonces capitán Gustavo Petit llegó a amenazar a niños
y los insultó llamándolos “gusanitos escuálidos”.
Este 25 de septiembre se cumplieron doce años de una de las acciones
más abominables cometidas por guardias nacionales, quienes en horas de la madrugada
agredieron a residentes en el campo petrolero de Los Semerucos, en Falcón. A
las 4: 41 am entraron al campo residencial unos 350 guardias y unos cien
policías con gritos de guerra para atacar al “enemigo” integrado por niños,
madres, abuelas y padres de familia. Lanzaron lacrimógenas dentro de las casas
y repartieron peinillazos. Amenazaron con violar a las mujeres, las llamaron
putas y les decían “vengan que nosotros sí somos machos”.
Nadie puede decir que no se enteró de estos hechos, ya que los mismos
fueron vistos en vivo por la televisión, apreciándose a madres y abuelas
corriendo despavoridas con niños en los brazos y protegiéndose de las bombas.
Diecinueve ciudadanos fueron lesionados, cuatro de ellos con heridas de
consideración, entre ellos varias damas, 36 niños tuvieron que ser atendidos
por asfixia y 26 residentes, entre ellos dos damas, fueron detenidos. Para
vergüenza de los rojos, ninguno de sus dirigentes protestó por estos cobardes
atropellos. Los chacales que cometieron los desafueros pertenecían al
Destacamento 44 de la Guardia con sede en Punto Fijo y otros traídos desde
Barquisimeto.
Hemos señalado que al respecto debe investigarse al general Jesús
Villegas Solarte, comandante general de la Guardia, a los entonces teniente
coronel Lenín González Trómpiz, comandante del Destacamento, al mayor Manuel
Graterol, capitanes Giovanni Bianco y Raúl Milán, teniente Montilla, sargento
Omar Luque Z., cabos Julio Mireles y Bravo, y guardias Alirio Barradas,
Bermúdez y Piña. Igualmente a los funcionarios de Pdvsa Iván Hernández, gerente
de la refinería, Félix Rodríguez, gerente de Occidente y teniente coronel (R)
Dionisio Durán, gerente de prevención y control de pérdidas.
Ojalá, aunque tardíamente, algunos dirigentes rojos tuviesen la
honestidad intelectual de reconocer estos atropellos y soliciten que se
investiguen. Ninguno de esos hechos debe quedar impune.
Como en botica: Maduro ladra a los presidentes vecinos pero después les
lame la mano. La ministra Desiré Santos y William Castillo Director General de
Conatel produjeron un vergonzoso comunicado en contra del excelente periodista
César Miguel Rondón ¡Qué ruines! ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!
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