Clara Mirabal 26 de septiembre de 2015
La
pasada semana lanzamos desde la Mesa de la Unidad Democrática lo que será
nuestra consigna política y social para la campaña hacia las venideras
elecciones parlamentarias del 6 de diciembre: Venezuela Quiere.
Más
que un mensaje, los candidatos de la opción democrática y ganadora se
convertirán en receptores de las necesidades y propuestas de la gente, al
recorrer cada comunidad y cada hogar con la pregunta a los ciudadanos sobre qué
es lo que quieren para, a partir de allí, legislar y conquistar esa meta.
Existe
una plataforma legislativa compuesta por un conjunto de leyes trascendentales y
prioritarias que impulsarán inmediatamente nuestros diputados electos asuman su
curul. Tales son los casos de la Ley de Amnistía, con la cual es posible
liberar a los presos políticos, la Ley de Empleo Joven, la Ley del Producto
Nacional, para proteger a nuestros productores y combatir la escasez, solo por
mencionar unas pocas. Sin embargo, esto se irá nutriendo conforme se desarrolle
la campaña y sea la gente en la calle quien aporte luces sobre otros cambios
necesarios.
Por su
parte, las redes sociales juegan también un papel fundamental, no solo para la
propuesta, sino para la concienciación del elector confundido. Aquí no hay
espacio para vacilaciones y debemos usar todas las herramientas existentes para
garantizar un vendaval de votos. La indignación por cada hora que las madres y
los padres venezolanos pierden en las interminables colas para poder conseguir
algunos productos de la cesta básica, por cada robo que sufrimos, por cada
familiar que perdemos en manos del hampa, por cada compañero que se va del
país, por cada niño que se acuesta sin comer, por cada padre desempleado, en
fin por cada venezolano que sufre el mal Gobierno que tenemos, debe traducirse
en votos para quienes tienen el deber primario de transformar este país, como
son los candidatos de la democracia a la Asamblea Nacional.
Cumplamos
nuestro papel de votar, para luego exigir que ellos cumplan su papel de cambiar
el estado de las cosas.
Costoso
regreso a clases.- Alrededor de los 90mil bolívares cuesta la lista escolar de
nuestros hijos. Es decir, casi 15 salarios mínimos ¿saben lo que significa
trabajar más de un año solo para que tu niño tenga las herramientas para
educarse? Eso no es justo. Cabe destacar que no incluyo inscripción, en el caso
de aquellos que van a escuelas privadas, las cuales oscilan entre los 15 y
40mil bolívares en los Altos Mirandinos. #VenezuelaQuiere mejores condiciones
para la educación.
UNT
pide que regrese Manuel.- Una de las decisiones más importantes tomadas en el
Pleno Federal del partido Un Nuevo Tiempo, celebrado esta semana en la capital
del país, en la que se presentaron oficialmente los candidatos de nuestra tolda
azul, fue la solicitud por aclamación y unanimidad al fundador del partido,
Manuel Rosales, de que regrese al país, después de más de seis años de exilio,
a fin de que continúe de manera presencial la lucha por el rescate de la
democracia y la libertad de Venezuela y se convierta en uno de los motores de
la contundente victoria de la Mesa de la Unidad Democrática en los comicios del
próximo 6-D.
Toda
Venezuela reconoce que Rosales fue el único dirigente de la oposición que se
atrevió a enfrentar política y electoralmente al entonces “todopoderoso”
presidente Hugo Chávez, cuando el chavismo se encontraba en su mejor momento de
aceptación popular y tenía a sus pies a todos los poderes del Estado. Logrando
con ello no sólo marcar el nacimiento de la nueva oposición venezolana, sino
que llenó de esperanza a los venezolanos no chavistas y marcó el rumbo de la lucha
opositora a nivel nacional e internacional.
Todo
ese empeño por rescatar a Venezuela, le costó a Rosales la tirria y
aborrecimiento de Chávez y sus lacayos, quienes iniciaron la conjura política y
judicial contra el fundador de UNT. Nadie olvida como el propio Chávez, en
cadena nacional, el 25 de octubre de 2008, evidenció la conjura: “Estoy
decidido a meter preso a Manuel Rosales…Una calaña como esa debe estar preso…no
puede estar suelto”. Tras hacer un “llamado” público a la Fiscalía y el
Tribunal Supremo de Justicia para que actuaran contra el líder opositor, Chávez
selló la conjura con la amenaza: “Yo me pongo al frente de la operación, y esa
operación se llama Manuel Rosales vas preso”. Para entonces Manuel Rosales era
gobernador del Zulia y candidato imbatible a arrebatarle la alcaldía de
Maracaibo al chavismo.
No es
un secreto, que para los Poderes Nacionales la palabra del Comandante Eterno
era ley. Todo estaba listo. Ante las evidentes violaciones al debido proceso y
su inevitable reclusión en la cárcel de La Planta. Ante las crecientes amenazas
contra sus derechos y su propia vida, Manuel Rosales no tuvo más opción que
verse forzado a abandonar su familia y su patria, y partir al exilio, para
continuar la lucha fuera del país. Hoy #VenezuelaQuiereSuRegreso para que
continúe su lucha con nosotros, en su tierra. #ManuelRosales es inocente.
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