Por Damián Prat
Hace ya cuatro largos meses que
el madurocabellismo quiso engañar al pueblo haciéndole creer que “la culpa de
las colas” era de cadenas de tiendas como Farmatodo y Día a Día porque
“acaparan y esconden”. Incluso intentaron una versión aún más falsa y hasta
ridícula: que había colas porque un domingo, en uno de los 170 Farmatodo que
hay en toda Venezuela faltaban tres cajeras. Y allanaron esas dos tiendas. Fue
tanta la falta de escrúpulos para armar su show y tratar de evadir sus culpas
en el desastre de escasez, que pusieron presos a algunos trabajadores y
directivos. Los trabajadores de Día a Día los desmintieron con fotos, videos y
testimonios. Si ese show indigno e inescrupuloso hubiera sido cierto, hace rato
que las colas habrían desaparecido, que los anaqueles estarían llenos con todos
los productos escasos y en variedad de marcas. Todos sabemos cuál es la
realidad. La escasez es cada vez peor y como resultado, las colas son cada vez
más agobiantes.
La
verdad es que destruyeron la producción
La verdad, ya la sabemos, es
que la destrucción de las fincas e industrias estatizadas, más el ahogo a las
industrias agroalimentarias, vía el (mega corrupto) control de cambio, las
enormes deudas en dólares del gobierno con los proveedores de insumos y
repuestos, la destrucción de Agroisleña (Agropatria) y otras ruinas más
causadas por las políticas económicas del (falso) socialismo y el estatismo
salvaje (más la gran corrupción del cadivismo rojo) causaron una enorme baja en
la producción nacional. Numerosos alimentos se producen hoy al 30 o 40% de lo
que antes se producía. Otros rubros como cemento o cabillas están aún peor,
igual que cauchos y baterías. Unos por estatizaciones desastrosas y otras por
el desastre del control de cambios y Cadivi. Papel, pañales, etc., también
hacia 30% de lo que solía ser. Fábricas paradas o semiparalizadas. Empresas sin
insumos ni repuestos de sus maquinarias. ¡Esa es la realidad!
Con
tanta corrupción ya no alcanzan los petrodólares
A los realazos. Esa
caída viene ocurriendo progresivamente a lo largo de varios años, pero el
gobierno disfrazaba la crisis apelando al uso desmedido de los petrodólares en
las importaciones. Poco a poco la escasez se hacía notar. Ya no había variedad
de marcas. A ratos algunos productos desaparecían para luego reaparecer con
marcas importadas, como el caso de la leche “made in”, Ecuador, Nicaragua,
Brasil, Uruguay, EE UU, etc. Eso sigue ocurriendo cada vez peor. En otros se
importaba “a granel”, en grandes contenedores y las fábricas nacionales se
limitaban a “envasar” como con el azúcar, arroz, café y otros. En otros se
paralizaba, a medias, la producción en fábricas nacionales por ausencia de uno
o varios insumos, pero a ratos se reanudaba cuando el gobierno pagaba alguna
deuda. Cada vez con intervalos más largos. La escasez se fue poniendo peor. Y
cuando algo “llega”, se agota en horas. Es cuando surge el “bachaqueo” o el
negocio de “revender”. Siempre sucede eso cuando hay escasez. Sin destrucción
de la producción no hay escasez y sin ésta no hay “mercado negro”.
Hasta que los petrodólares
ya no alcanzaron. La mega corrupción roja (¿se acuerdan de los 25 mil
millones de dólares a empresas de maletín denunciados por Giordani?), la
hipoteca de nuestro petróleo con China (es decir, se produce y se vende pero no
se cobra), la “regaladera”, el aumento escandaloso de la deuda externa, la
ausencia total de un fondo de reserva para proteger al país cuando viniera una
baja en los precios del petróleo. Y Maduro, incapaz de tomar decisiones para
corregir el rumbo, ni cumplir sus “sacudones” anunciados una y otra vez. Maduro
sin liderazgo enredado en los pleitos de los grupos de poder del PSUV y el
gobierno. Dejando “correr la arruga” y tan solo inventando guerras ficticias y
culpando a medio mundo de su propio desastre.
Los
conflictos inventados no han resuelto nada
Revisen cada conflicto
inventado. La “guerra económica”, los “inminentes bombardeos de Obama”.
“La culpa es de Farmatodo”. La culpa “es la Exxon en Guyana”. Todas las cobas
que se estrellan contra la realidad: las peores colas y la escasez más grave se
vive en los Pdval, en los Mercal, Bicentenario. Ahora inventó un conflicto con
Colombia, comenzando por culpar a miles de colombianos pobres de la escasez,
desatando muy feos atropellos, marcando sus casas con una “D” de demolición.
Tumbando sus casas, echándolos del país como un xenófobo Trump cualquiera. La
“jugada” inescrupulosa parece tener varios objetivos, siempre vinculados a la
desesperación por tratar de revertir la derrota electoral de las
parlamentarias.
1. Hacer creer que el “bachaqueo” en la frontera (que por
supuesto existe) es la causa de la escasez y no una consecuencia de la
destrucción robo-lucionaria de la producción. 2. Ocultar que el contrabando
existe PORQUE EL GOBIERNO lo ha permitido por años y muchos altos funcionarios
son cómplices. ¿O acaso quién es el gobierno que controla carreteras, alcabalas
y puestos fronterizos? 3. Inventar un conflicto dizque patriotero -copiándose
de los militares gorilas de Chile o Argentina- para que el pueblo olvide el
desastre económico. 4. Hacer aparecer, en el mes final de la campaña, algunos
lotes de leche, arroz, carne y unos pocos productos mas, todos importados,
producto de convenios firmados (y aguantados) en meses anteriores (como el caso
con Uruguay regalándoles la mitad de la deuda petrolera a cambio de 40 mil
toneladas de leche y otros productos) para hacer creer que son “gracias” a lo
de la frontera. 5. Usar el conflicto para restringir las garantías y libertades
enchiquerando la campaña electoral y quizás apuntando a mas allá.
La realidad es que las colas
están peor. A un mes del cierre de la frontera, tiempo más que suficiente
para que se vieran los primeros resultados en reducción de las colas, si fuese
verdad que esa es la causa, todo sigue igual y peor en todas las ciudades de
Venezuela. Las únicas colas que se han reducido son las de las bombas de
gasolina en los pueblos fronterizos. Y eso porque no hay tránsito ni actividad
comercial. Del resto, siguen las colas horribles en los mercados del gobierno
para medio conseguir, a veces, aunque cada vez menos, algo de leche, aceite,
papel, pañales, harina, margarina, etc. Lo de la leche que a ratos aparece es
de otros países. La harina, el arroz o margarina cuando se logra es gracias a
que aún existe Polar, que sobrevive luchando, porque las estatales están en
ruina.
20-09-15
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