Por Rafael Viloria
Cuando ocurre un hecho, sea de
la categoría que sea, es posible que hagamos un conjunto de interrogantes de
variada naturaleza. Hay quienes juegan a la pitonisa, al pronóstico, etc. En
fin, muchos que opinan sobre lo que puede suceder; pero nadie indica cómo
evitarlo, y si lo dice nadie le da crédito a lo planteado.
La incertidumbre es tan
grande, que obliga a la humanidad a la búsqueda incansable de un salvador que
en su condición de “Mesías”, nos salve a todos. Naturalmente esta salvación
debe estar acompañada de todo; siempre y cuando no tengamos que poner nada que
por analogía nos tenga que comprometer en semejante “Tarea”.
En la oportunidad en que por
estas tierras de Venezuela, hiciera acto de presencia “El Papa Juan Pablo II”,
los medios de comunicación publicación un “Lema” qué indicaba ”textualmente”:
“Hay que despertar, reaccionar y actuar” “Anteriormente Juan XXIII, había
indicado en un Concilium Ecuménico, que el Vaticano tenía que abrir las puertas
y las ventanas, para que entrara el aire, y entrara el sol”. Más reciente el
Papa Francisco, comunicó, que las “ideologías“ en su devenir tendían a
convertirse en “Dictaduras”. Un poquito de seres pensando, comunicando y
haciendo; lo que muchos deberían por igual hacer. Evitar la dependencia.
Tratando de poner en órbita
las reflexiones antecedentes; creo que que hay plantearse con mucha fuerza y
seriedad, las “Causas, efectos y consecuencias”, qué hoy tenemos que
reconocer existen en Venezuela. Ciertamente hay una pobreza desde nuestros
orígenes pero hay que diferenciar entre la pobreza material y la de conciencia
de espíritu.
Nada de lo planteado aquí es
producto de la casualidad .Todo ello tiene un origen antecedente; qué se
inscribe innegablemente en “causas “sabiamente trazadas y por analogía
inculcadas a la supuesta condición de pobres. La pobreza se convirtió en una
poderosa herramienta de poder. Sin ella los “Mesías”, no tendrían sentido, ni
razón de ser; ni en este país, ni en ningún país del mundo. El epicentro de
este permanente terremoto, está en el centro de la humanidad, la conciencia, es
ahí donde hay que centrar la verdadera revolución social, económica y
política. Cambios, innovaciones y transformaciones culturales que
erradiquen la dependencia por la “Democracia protagónica de la sociedad“. Para
ello hay que imponer un verdadero sistema formativo y de capacitación.
Uno de los grandes problemas a
los que estamos sometidos los venezolanos, es que nadie pareciera estar
interesado en analizar las “causas” que originan la crisis. En su
defecto frente a los “efectos”, son incontables los “planes” que naturalmente
fracasan en virtud de manifiestas políticas improvisadas, por analogía vinculadas
a una evidente ausencia de elementales conocimientos de gerencia pública. A
ello hay que agregar el derroche de recursos financieros, que provienen de la
única fuente que los produce: “El oro negro”. Lo único que en ese orden no
está ausente; que antes era de cuellos blancos, ahora hasta de franela. Muchos
pescadores aprovechando los ríos y mares revueltos.
Hoy con manifiesta “mansedumbre“ los
venezolanos, no solo vemos una realidad visible y tangible, desde el punto de
vista social, económico y político como “Consecuencias Reales” de una mal
llamada “crisis” ; sino que estamos dando muestras de incapacidad
para resolverla, que hasta el Papa Francisco, con poco éxito, está tratando de
mediar.
Todos sabemos, lo que está
ocurriendo en esta patria; sabemos también lo que hay que hacer. En este
sentido: No es precisamente invocando un diálogo improductivo, que al fin y al
cabo no hay resultados visibles y tangibles. El genio de América, siete días
antes de morir allá en San Pedro Alejandrino, fuera de las fronteras de su
patria todavía invocaba su voluntad y disposición, para salvar a la patria: “la
unión”.
Los venezolanos(as), no
podemos seguir entrampados en una nefasta, perversa e ignominiosa propuesta de una
equivocada ideología que en nada coincide con los sueños de libertador. En ese
orden solo el” Pueblo salvará al pueblo”. “unámonos y seremos grandes”.
Hacia ahí debemos caminar juntos en el año 2017. Dios, estoy seguro nos
compañará.
Ex Presidente Central
Cooperativa Nacional de Venezuela (Ceconave)
06-01-17
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