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miércoles, 11 de enero de 2017

Ellos son los defensores de Caracas por @RunRunesWeb



La vida hay que celebrarla más allá de las adversidades, y para el 449 cumpleaños de Caracas, el equipo de Runrun.es le hizo un pequeño tributo visibilizando las iniciativas de personas que aman esta ciudad y están dispuestas a rescatarla del abandono, la violencia, la anarquía, la falta de cultura y la inacción.

Aunque no usan trajes de superhéroes, ni tienen súper poderes, ellos son los defensores de Caracas. Un grupo de ciudadanos comunes, caraqueños o adoptados por la ciudad, que han desarrollado una diversidad de iniciativas orientadas a defender la vida (con deporte, literatura, arte, ecología y política) en la capital de Venezuela, la ciudad más violenta del mundo.

Un reto movilgráfico para [re]conocer a Caracas

Caracas en 365 surge como una iniciativa socio-cultural para inspirar la reconciliación con la ciudad y busca [re]descubrir la pasión por el paisaje urbano caraqueño. La actividad consiste en hacer recorridos mensuales y gratuitos donde cada sitio visitado es registrado fotográficamente [con teléfonos o dispositivos móviles] y son publicadas a través de Instagram con las etiquetas #CCSen365 #CCSen365recorridoextra3 y #CaracasCombo.

Cada lugar es acompañado de una breve crónica o descripción, valoración y/o un testimonio cuyas palabras humanicen y carguen de renovada memoria urbana a estas obras caraqueñas.


En esa oportunidad, Runrunes acompañó al recorrido por El Paraíso para conmemorar el aniversario 449 de la ciudad.



La bicicleta es tan diversa como la ciudad

La bicicleta no es solo un instrumento para el entretenimiento. En el mundo del ciclismo caraqueño, también se puede usar para promover la igualdad de género, como herramienta política, para aventurarse a descubrir la ciudad más allá de los lugares comunes o incluso como principal herramienta de trabajo. Con más de 700 km² de superficie y un clima tropical, no es sorpresa que todas estas modalidades se consigan aquí.


Un ejemplo de esta diversidad es Ecodelivery, un servicio de mensajería en bicicleta para los cinco municipios de Caracas, que en dos años ha realizado más de 11.000 encomiendas y ha ahorrado más de 12.000 KG/CO2. César Bastidas, su fundador, asegura que con esta iniciativa busca tener un impacto positivo en la sociedad de una manera distinta. Con 30 ciclistas activos, y más de 70 en el haber del equipo, asegura que “ha sido un reto importantísimo”. Como ciclista, asegura que, con sus compañeros de vía y la comunidad, “es una relación de amor y odio, como es Caracas”. Explica que esa conexión se va construyendo y que, con esta actividad, se aprende a querer un poco la ciudad. Bastidas resalta que, a diferencia de otros lugares, donde hay incentivos para su uso, ha sido la bicicleta y su cotidianidad la que ha hecho que vaya tomando terreno.


Esta forma de transporte incluso tiene su propia interpretación en el mundo político. Es el caso del Movimiento Revolucionario de Ciclistas Urbanos. Manuel Mijares, integrante del grupo, explica que el simple uso de la bicicleta es un “acto anticapitalista” porque el principal impulsor del vehículo automotor es el capitalismo. Con tres años ya formados como movimiento, Mijares señala que plantean el empoderamiento de las personas con su herramienta, la bicicleta, al enseñarles la parte técnica, sobre todo en las comunidades. Ya desde su relación personal con la ciudad desde la bicicleta, comenta que trata de estar en igualdad de condiciones con los autos, motos y peatones. Describe que, si bien Caracas no está habituada a utilizar la bicicleta como vehículo, “la ciudad se transforma” al usarla, “se vuelve más pequeña”.


Otro ejemplo de la variedad en el uso bicicleta es Luis Calderón, cofundador y coordinador de Bici Aventura, grupo con casi cuatro años buscando que la gente pedalee un poco más. Primero se enfocaban en adentrarse a conocer la ciudad y ahora sirven de enlace entre instituciones y otros grupos con los ciudadanos. Con sus actividades en alianza a otras organizaciones han logrado convocar a 300 ciclistas, pero tienen actividades regulares dos días a la semana y fines de semana. Ya desde su asiento y con manos en el volante, Calderón pide a quienes van en carro, proteger a los ciclistas. “No hay cultura de ciclismo arraigada”, sin embargo, afirma, se está “asumiendo ese papel”. Bici Aventura también forma parte de la Asamblea de Ciclismo Urbano de Caracas (ACUC), organismo que nuclea a la población ciclista urbana que ya cuenta con cinco grupos activos y en el que también participan ciclistas independientes.


Otra organización que también forma parte de la ACUC pero que tiene otro enfoque es Bicimamis Caracas, colectivo que promueve el empoderamiento de la mujer a través del uso de la bicicleta. Juli Estrada, cofundadora, explica que Bicimamis surgió como un espacio de mujeres porque sus compañeros de vía eran sólo hombres y tenían inquietudes, e incluso miedos, que no compartían con ellos. Cinco años después, ya cuentan con aproximadamente 70 personas, hombre y niños incluidos, para pedalear por el fomento del liderazgo femenino. Estrada relata que desde que decidió usar la bicicleta como medio de transporte, ha tenido que aprender a “negociar” en la ruta, a usar más el cuerpo para comunicarse con los autos, motos y peatones. Afirma que en comunidad “te ven con entendimiento” y que, en la relación con la sociedad, “te vuelves en las personas de la bicicleta”.

Todos estos ciclistas, por más diferente que sean sus visiones de este mismo objeto, concuerdan en un punto: si quieres conocer otra Caracas, atrévete a pedalear.

Leer para transformar la ciudad


Desde hace casi dos años, en las entrañas de la Biblioteca Los Palos Grandes, cada semana se reúne un grupo de caraqueños a leer. Hoy comparten la lectura de la Segunda Parte del ingenioso caballero don Quijote de la Mancha y discuten acerca de la quijotización de Sancho y de la sanchificación del Quijote, como si en Caracas no hubiera otro fenómeno que abordar. “Esto es algo maravilloso, es un paréntesis, una ruptura del horror de allá arriba, es otra Venezuela”, confiesa Julia Lorenzo, miembro del club de lectura que coordina el escritor y editor Luis Yslas.


“En principio uno podría ver este grupo de lectura, que además se encierra en un sótano y se aísla de la realidad, como una especie de refugio que no tiene nada que ver con lo que pasa afuera, pero esa es sólo una primera visión, en realidad lo que está ocurriendo aquí es un ejercicio de lectura compartida, un ejercicio de imaginación y esta siempre es transformadora de la realidad”, describe Yslas.

“De alguna manera salimos afuera con otra forma de enfrentarnos a esta dura realidad, con herramientas para poder, si no cambiarla, transformar nuestra mirada de la realidad, que ya es bastante. Como decía Julio Ramón Ribeyro, la literatura no cambia el mundo sino la mirada que tenemos de él. De modo que no es un aislamiento total sino una manera oblicua e imaginaria de reconectarse con la realidad y de asentarnos mejor en ella”, dice el coordinador. 

Quizás sin advertirlo, de la mano de Borges, Vegas, Cortázar, Rulfo, Yourcenar, Vargas Llosa, Cunningham, Bolaño y ahora de Cervantes, estos caraqueños están transformando a Caracas, un libro a la vez.

“Caracas Mi Convive” lucha por bajarle dos a la violencia


Por la ciudad de Caracas sí hay gente que se preocupa y se ocupa, tal es el caso de la organización “Caracas Mi Convive” quienes se motivan a disminuir y erradicar la violencia de las zonas populares de la capital, a través de actividades deportivas y culturales.

Roberto Patiño, cofundador de “Caracas Mi Convive” le explicó a RunRun.es las labores que realizan para “bajarle dos a la violencia” y promover entre los ciudadanos una convivencia sana basada en el perdón.

Para disminuir la violencia, esta organización ha creado tres proyectos, uno de ellos es “Cuéntame Convive”, el cual consiste en buscar a personas que han sido tocadas por la violencia y la criminalidad y que ellos mismos, a través de una serie de relatos le cuenten a la comunidad (a manera de reflexión) su propia experiencia y lo que hicieron para salir de ese mundo.

Otro proyecto que lleva a cabo la organización es el “mapeo comunitario”. Patiño comentó que esta actividad está directamente relacionada con la comunidad y que son las mismas personas quienes les dicen cuáles son los puntos más inseguros del lugar, aquellos que no tienen iluminación y seguridad para así hacer el mejoramiento respectivo.

Mi Convive, ha llevado su labor a zonas como El 23 de Enero, Catia, La Pastora, Antímano y La Cota 905. En lo que va del año 2016, han logrado sumar 150 voluntarios, realizar 36 talleres de prevención de violencia, más de 50 actividades sociales y culturales, han logrado recabar 35 testimonios de víctimas y más de 100 encuentros vecinales.

Debido a la crisis alimentaria por la que atraviesa el país actualmente, “Caracas Mi Convive” desarrolla un proyecto de apoyo para las escuelas de Fe y Alegría, haciendo sancochos para que los niños puedan comer, aunque sea una vez al día.

El arquitecto que llevó el yoga a Petare


La cotidianidad de la colina de Julián Blanco, en Filas de Mariche, no se rompe durante las mañanas de los sábados. En el corredor trasero de una casa se ve una lavadora destapada en pleno funcionamiento con una carga de ropa. En otra se escucha un reguetón que musicaliza toda la cuadra. En la bodega, varios compradores esperan ser atendidos en una cola pequeña. En la vivienda de los Misioneros Claretianos, sin embargo, sucede algo extraordinario. Una decena de chamos del barrio petareño hace yoga junto a cuatro mujeres que han venido desde el sureste de Caracas a practicarla con ellos. Todos se unen a partir de la sílaba sagrada del Om, del sonido de una campana y del logro de cada asana. Eso es “Yoga en los barrios”.

Jenny, quien cuida la casa de los sacerdotes, sabe que a los chicos les encanta la actividad. Ella ha sido testigo del proyecto desde que empezó en octubre de 2013. Hoy ha reunido a más de 5.000 personas de la comunidad y a más de 1.000 que han venido de afuera. Sus dos niños siempre asisten a las clases. “Yo veo emocionados y motivados a los muchachos. Antes eran muy tremendos y ahora han mejorado. Los sábados, ya a las 10:00 de la mañana, comienzan a tocar la puerta para preguntar si hay yoga”, cuenta. Siempre la hay.

Pero no siempre fue así, comenta Joel Valencia, un arquitecto de cabello desordenado y lentes de pasta, quien es el creador de Yoga en los barrios y de la Fundación En los barrios. En la primera clase apenas convocó a cinco asistentes del barrio. Por eso debió crear “patrullas” que buscaran a los chamos en sus casas. El trabajo rindió frutos y hoy ya puede contar con varios niños y adolescentes que no se pierden una clase ni los talleres o “compartir” que se ofrecen después de cada sesión. La intención es que haya siempre una interacción al terminar con las asanas.


Yoga en los barrios no sólo se repite cada semana, sino que hoy día alcanza a dos escuelas de la zona: el Colegio Presidente Kennedy de Fe y Alegría, en el barrio Bolívar, y la Unidad Educativa Jenaro Aguirre Elorriaga, del barrio 24 de marzo, donde 1.500 muchachos se benefician semanalmente de esta práctica dictada por una red de profesores especializados en el área. Además, la fundación ha emprendido otras actividades para lograr que personas que jamás han entrado a un cerro, dejen atrás los prejuicios y lo hagan. Así están las “acampadas”, que permiten que los foráneos pasen una noche en el barrio, el rapel en los muros de contención, o las carreras que se han llevado a cabo anualmente a través de las callejuelas petareñas. En la Navidad pasada, organizó a los chicos para que llevaran música y alegría a quienes viven en casas que están en situación de urgencia y emergencia en el barrio.

Fueron precisamente estas construcciones las que unieron a Valencia a esta comunidad. Después de 10 años de investigación en los sectores populares, de horas de caminata y conversaciones con las familias de la zona, y de intentar que las instituciones públicas respondieran a las necesidades de la población en riesgo, sintió que debía comenzar el cambio a partir de los habitantes. Así, el yoga le sirvió como excusa para entrar y combatir problemas, ocio, divisiones y violencia. Esa es su forma de hacer ciudad y por eso busca formar a más profesores de yoga que le ayuden a seguir sembrando la paz en los cerros de Caracas.

Regalando árboles por el cumpleaños


En el 2008 un grupo de vecinos, molestos por la tala ilegal de árboles en su comunidad, quisieron hacer algo al respecto. Decidieron aportar más verdor a las calles, oxigenar la ciudad, y desde entonces han sembrado un sinfín de árboles, salvado una gran cantidad de ellos, protestado por sus derechos arreglado y arborizado aceras e incluso lograron la aprobación de medidas legales para defender los árboles.

Ellos son el Grupo Ecológico San Pedro, una asociación sin fines de lucro que mediante diferentes iniciativas y actividades devuelven el color a la selva de cemento en la que conviven más de dos millones de personas. A través de los años, el pequeño grupo ha aumentado y llamado la atención de habitantes de distintas parroquias de Caracas. Hoy en día a los vecinos se les han unido scouts, estudiantes y personas de todas las edades para sembrar árboles y ciudadanía en la ciudad. Más de 985 árboles dan hoy sombra, frutos y flores gracias a ellos.


Existe algo muy especial en lo que ellos hacen. Cuando plantan un árbol, lo convierten en ahijado de alguno de los integrantes o vecinos de la zona para que ellos lo cuiden y rieguen constantemente. Yrama Capote comenta que algunos vecinos han apadrinado hasta nueve árboles.

Y por eso, los cumpleaños en la parroquia San Pedro se celebran con árboles. Cuando un integrante del grupo cumple años, los vecinos le regalan un árbol que plantan en su honor, nombrando al agasajado como su padrino.


Así que, desde este domingo, como regalo por su aniversario, Caracas tiene diez nuevos árboles.

Runners vencen el toque de queda unidos

Cada vez es más frecuente ver nuevos clubs de corredores que, a una hora en específico, se encuentran en una zona de la ciudad para entrenar acompañados y vencer el toque de queda. Uno de los primeros grupos en realizar esta modalidad es Runners Venezuela, team que todos los martes y jueves a partir de las 7 de la noche hace rutas de 4,5,7 y 10 kilómetros desde las plazas Los Palos Grandes. El lema de este club es masificar el running y regalar salud a través de este deporte.


Brian Fincheltub: transformando la ciudad desde la política


Brian Fincheltub es un joven 28 años que decidió quedarse en Venezuela, a diferencia de la mayoría de sus amigos, y trabajar por el país, por Caracas. Vive en Sebucán, una zona de clase media alta en el municipio Sucre, pero ahí no pasa la mayor parte de su tiempo, sino en los 1.952 barrios que tiene Petare.

Sin arrogancia, pero con satisfacción en el rostro, afirma que conoce todos esos barrios gracias a su trabajo en la Alcaldía de Sucre, donde se desempeña como director de Deportes. En este nuevo aniversario de Caracas, que este 25 de julio cumple 449 años, Fincheltub lamenta que sus ciudadanos se teman entre sí y que, años tras años, sean víctimas del deterioro en su calidad de vida. Sin embargo, asegura que seguirá trabajando por recuperar lo que, a su juicio, necesitan Caracas y Venezuela para salir adelante: confianza.

-Caracas cumple años de nuevo, en un momento en que el país atraviesa la peor crisis económica en décadas. ¿Hay algo que celebrar?

-(Suspiro) Se me paran los pelos con la pregunta. Creo que, en Caracas, más que celebrar, hay que reflexionar sobre la ciudad que tenemos. Año tras año, lejos de progresar, ha empeorado la calidad de vida, seguridad, todo. Los caraqueños debemos decidir si esta es la ciudad en la que queremos seguir viviendo.

-Muchos no se toman ese tiempo y se van de Caracas, del país. ¿Cuánta gente has despedido?

-El 75 % de mis amigos. Dos chamos que trabajaban conmigo, muy humildes, uno se fue a Panamá y otro a Colombia. No importa cuánto trabajes, es difícil progresar aquí. En Caracas no vivimos, sobrevivimos, pero le sigo apostando a esta ciudad.

– ¿Por qué?

-Creo que en momentos difíciles es cuando más nos necesitan. Si bien estamos pasando momentos muy oscuros, esta situación es insostenible y va a cambiar.

– ¿Un cambio de gobierno garantizaría que Caracas mejore? Casi todas las alcaldías son opositoras y la ciudad está llena de problemas.

-Soy optimista: 70 % de lo que falta para rescatar a Caracas y al país es confianza. Eso se logra con un cambio de gobierno.

– ¿Ha cambiado algo en el municipio Sucre? ¿Qué han logrado con el deporte?

-Petare era la parroquia más peligrosa de América Latina en 2008. Hoy es el único lugar del país en el que los homicidios han bajado en 45 %, mientras que en el resto de Venezuela suben en 20 %. Esto es gracias a un trabajo en equipo desde la Alcaldía. Lo más importante es la labor preventiva. Aplicamos el plan “puntos calientes”, que se hizo en Nueva York y otras ciudades. Ese estudio demostró que 86 % de los hechos delictivos en Sucre pasaban en 8 % del territorio, unos 100 puntos. Algunos no tenían iluminación, otros tenían una geografía que ayudaba a que los delincuentes se escondieran. Eso lo atacamos con torneos nocturnos de deportes, construyendo canchas, con competencias los fines de semana.

-No pueden hacer un torneo cada noche en todos lados. ¿Cuántos barrios tiene Petare?

-Tiene 1.952 barrios. No podemos estar en todos, pero creamos alianzas. En cada uno tenemos un dirigente comunitario que trabaja con nosotros y comparte nuestra visión.

– ¿Cuántos de esos barrios conoces?

-Todos (Risas).

-El gobierno ganaba las elecciones, en buena medida, por el alto gasto público y todo lo que podía repartir. Pero no ha vuelto a ganar en Sucre. ¿Se acabó el clientelismo ahí?

–Nos hemos esforzado en construir un nuevo modelo a seguir. No el del malandro que tiene la mejor moto, sino el del que estudió y trabaja y se esfuerza. Tenemos una batería de programas sociales amplia, de estudios y alimentos en las escuelas municipales. También damos becas a las madres que llevan a sus hijos al colegio. El gimnasio vertical es público, pero no gratuito, al igual que el polideportivo de Mesuca. Los becarios hacen 24 horas de labor social todos los meses por su comunidad. Creemos en una nueva manera de hacer política con la gente. Y hoy Sucre es 65 % opositor porque tenemos la moral para ver a nuestros vecinos a la cara y saber que hemos cambiado la vida de miles.

Una Sampablera se mueve en combo para celebrar con todo


Un grupo de 27 organizaciones sociales se unieron Caracas Combo para celebrar con todo este aniversario de Caracas. Una Sampablera por Caracas, que lidera Nelson De Freitas, encabeza la movida.

Explica que: “Somos un grupo de voluntarios, un colectivo”. Pero en este caso, se trata de un colectivo cuyas únicas armas son las bicicletas, la gastronomía y el interés por mantener vivas las virtudes de la ciudad.


“Realizamos actividades en distintos sitios de la ciudad para derrumbar los prejuicios urbanos y políticos en favor de la ciudad. Y tratamos de convencer a los ciudadanos y autoridades de que debemos integrarnos para realizar la ciudad”, dice De Freitas.

Este grupo sueña con una ciudad ideal que sea sustentable, inteligente, amigable, accesible, peatonal y con movilidad suave. Todos estos atributos para ser disfrutados sobre ruedas, desde la bicicleta.

Una Sampablera por Caracas, que nació en 2011, realiza dos tipos de actividades: Biciturismos urbanos, que consisten en recorridos de rutas gastronómicas, sociales e históricas.


Y las tertulias y charlas, que se efectúan en espacios públicos con expertos en las diferentes disciplinas relacionados con la ciudad (arquitectos, ingenieros, sicólogos y periodistas, entre otros).   

Fuente:

09-01-17




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