Por Aglaya Kinzbruner
El 21 de Septiembre de
1996 Rafael Caldera en España, como invitado, dijo, se equivocaron los profetas
del desastre, todas las profecías de que pudiera haber un estallido social o un
golpe de estado, han sido desmentidas una y otra vez…
En Octubre del mismo año, el
astrólogo José Bernardo Gómez pronosticó la muerte de Rafael Caldera,
presidente entonces del país; el mandato terminaría en el 1998. Bernardo Gómez
dijo que el mandatario no pasaría del 1997. Fue preso por 48 horas en base a
sospechas de conspiración. Caldera vivió muchos años más. El astrólogo luego
aclaró que no se refería a una muerte física sino “política”.
El 30 de Julio del 2012 Chávez
dijo, con respecto a la unión con Mercosur, que Venezuela llegó a dónde debía
estar y a las preguntas sobre su salud contestó que se sentía muy bien.
La vidente mexicana Mhoni
predijo que ganaría Hillary Clinton y el profeta de las Américas, Reinaldo Dos
Santos dijo que para fines del año 2016 todos los presos políticos en Venezuela
serían liberados, Maduro sería derrocado y Leopoldo López sería elegido
Presidente de Venezuela.
Dante Alighieri, llamado por
muchos el Dante, tenía tal consideración por los profetas que ubicó a profetas,
brujos, y adivinadores en el octavo círculo del infierno. La cabeza la tendrían
volteada hacia atrás de manera que caminarían, por costumbre, hacia delante,
pero solo viendo atrás, con las imaginables consecuencias.
Es más, les sería aplicada la
ley del contrapasso, legge del contrappasso, con la consecuencia que todo
mal que hubiesen cometido lo pagarían doble.
Cierto es que por más que las
profecías enamoren estimulando la curiosidad siempre presente en los seres
humanos es muy difícil predecir el futuro, tenga uno la cabeza mirando hacia
delante o hacia atrás como los condenados dantescos.
No queda a los cronistas más
que constatar unos cuantos hechos y dejar que los lectores saquen sus propias
conclusiones. Los enchufados del régimen, como los llama Capriles, han sido
vistos pasándola padre en distintas capitales europeas, como Madrid, Paris y
Roma, sin importarles un rábano la ola de frío o las condiciones de vida de sus
connacionales.
Por otro lado, los ciudadanos
comunes y corrientes se la pasan en colas inacabables buscando comida que no
hay. Ahora que hay asociaciones de vecinos que organizan las colas, podemos
observar que las colas de los residentes de las urbanizaciones son tan largas
como las de los foráneos.
Y con respecto al nuevo
gabinete, ¿qué sabe el burro de chicle?
12-01-17
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