Por Henrique Capriles
A pesar de un sistema
automatizado y blindado, como tanto lo cacarearon los representantes del Poder
Electoral, siempre los resultados de las elecciones se anunciaron entre gallos
y medianoche. Hasta allí la historia era contada por quienes pensaron que escudándose
en una imagen iban a permanecer intocables por el resto de sus días.
Pero las imágenes, si no
conllevan una emoción espiritual y de fe verdadera, se agotan. Después de
fallecer el presidente Chávez lograron imponer su figura como algo legendario,
teniendo una evaluación positiva en más de la mitad de la población. Pero la
gente no vive de eso, al final el uso de la imagen fue para esconderse detrás
de ella y cometer todo tipo de tropelías y desafueros. 90,5% de los venezolanos
ve la situación del país negativa, incluso el 65,2% de los chavistas ven la
situación del país negativa. ¿Y cómo los venezolanos no van a ver negativa la
situación si este gobierno lo único que ha hecho es hundirnos en la más
profunda miseria?
76,4% evalúa de manera
negativa la gestión de Nicolás Maduro, y sigue subiendo el rechazo a su
gestión. Menos del 11% la califica de buena y muy buena. Por eso, el gobierno
que se jactaba de decir que promovía la “democracia participativa y
protagónica” del pueblo, no es más que un espejismo. No hay figura que sostenga
tanta ineptitud. Lo que les queda es secuestrar la soberanía, que reside en el
pueblo, para intentar mantenerse indefinidamente en el poder, porque por el
escrutinio popular nunca se podrán mantener.
Durante todo el 2016 los
venezolanos buscamos expresar nuestro descontento contra el gobierno de Nicolás
Maduro a través del voto, el peor gobierno de la historia de nuestro país, y
sorteamos todas las trabas que nos pusieron las cuatro señoras del CNE,
demostrando que el deseo de cambio de los venezolanos está latente y cada vez
con más fuerza. Por eso se robaron y engavetaron el Revocatorio, utilizando
unos tribunales regionales, cosa nunca antes vista, para evitar contarse, para
buscar mantenerse en el poder.
No conformes con eso, se
olvidan de que existe un cronograma electoral que deben cumplir y, poniendo
como excusa que no hay recursos, no realizaron las elecciones regionales. Y es
que en Venezuela no volvimos a escuchar a la señora Tibisay Lucena ni volvimos
a escuchar hablar de elecciones hasta ahora.
Acorralados como se sienten,
se inventaron un nuevo fraude. Una Constituyente bajo unos parámetros que no
están en la Constitución, inventándose votos territoriales y sectoriales que
violan los principios democráticos, un proceso ajustado a sus medidas para
garantizar su permanencia en el poder.
Y de repente, los recursos que
no existían, aparecieron. Solo 14 días después de la convocatoria para la
fraudulenta Constituyente, el Gobierno asignó nuevos recursos al Poder Electoral.
Repito, a pesar de que en diciembre se habían excusado con limitaciones
financieras para posponer las elecciones de gobernadores y alcaldes.
Con la aprobación de este
crédito adicional, incrementaron los recursos del CNE en un 163%. El ente
electoral se convirtió en uno de los organismos públicos con la mayor
modificación en su presupuesto anual en términos porcentuales hasta la fecha.
Desde un punto de vista financiero, el llamado a la Constituyente refleja una
gran alteración al presupuesto asignado al CNE.
Para el fraude de la
Constituyente si hay recursos, 20 mil millones de bolívares, también hay
recursos para traer 40.000 bombas lacrimógenas y 37.870 gases para reprimir las
manifestaciones (aunque ya es oficial que Brasil no las autorizó, pero el dinero
si lo tenían para gastarlo en eso) pero no hubo recursos para los alimentos y
las medicinas que necesitan los venezolanos.
El gobierno se desboca para
comprar conciencias, pero el hambre del pueblo no se tapa con una bolsa de
comida, ni con una Constituyente. La falta de medicinas, la inseguridad, la
violencia que se vive en la calle, nada de eso se resuelve con una
Constituyente. Los problemas de los venezolanos se resuelven con voluntad, esa
que no tiene la narco corrupta cúpula. Eso lo saben los venezolanos, por eso el
68,6% de la gente considera que la Constituyente no soluciona los problemas.
Y es que, pese a los múltiples
esfuerzos del régimen, el fraude constituyente no cuaja y un velo de
desinformación lo rodea. Según los más recientes sondeos de opinión, 40% de los
venezolanos desconoce de qué trata la constituyente que pretende imponer
Maduro, 25,5% de quienes se identifican con el oficialismo tampoco saben en qué
consiste y 49% de los ‘no alineados’ no tiene conocimiento alguno de la convocatoria,
mientras que 41% cree que la Constituyente es para darle más poder a Maduro y
11% piensa que es para dar un golpe de Estado.
El deseo de cambio les retumba
en los oídos y no hayan como tapar la bulla. El 70% del país quiere que Maduro
salga del poder este año 2017. Solo 28% cree que debe culminar su mandato.
Incluso dentro del mismo seno oficialista, 20% quiere que este señor se vaya en
2017.
Sectores críticos afectos a la
mal llamada revolución y que aspiran a sobrevivir políticamente, no quieren
seguir vinculados con medidas que han fracturado a la sociedad, ni continuar
cooperando en la destrucción de todo un país.
Por otra parte, esa unidad
cívico militar que ha convocado hasta el cansancio el régimen, está fracturada.
Cada vez son más frecuentes las quejas y los pronunciamientos de quienes
rechazan el fraude constituyente, por la imposición del mismo sin consultar al
pueblo y por la desalmada represión ordenada por el dictaduro y sus esbirros,
para intentar contener el grito cada vez más ensordecedor de un pueblo, que
dice a todo pulmón que quiere cambio, y que aplicó su sentencia soberana,
porque el tiempo de la narco cúpula se agotó.
El descontento interno en el
seno militar es cada vez más notorio. Opiniones cómo las del Gral. Juvenal
Fernández, jefe de la GNB en Carabobo, quién expresó su rechazo por la
persecución, acoso y destrucción de los cauchos de la camioneta de una
dirigente política, como la renuncia del secretario del Consejo de Defensa de
la Nación, el M/G Alexis Ramírez López, por desacuerdo con la Constituyente,
van sumando volumen a un río cada vez más caudaloso.
Es importante que nuestro
pueblo sepa, que Ramírez López fue comandante del Ejército y jefe de la Casa
Militar con el presidente Chávez y además es miembro del “Grupo Grecia” al que
pertenecen el M/G Rodríguez Torres y el ministro G/J Padrino, quienes por
cierto pertenecen a la promoción de 1984.
Los dos sectores más valorados
en toda la historia democrática de nuestro país eran la Iglesia y las Fuerzas
Armadas, estaban en la más alta estima, pero hoy Reverol y una pequeña
camarilla de enchufados son culpables de que el 73,4% de los venezolanos
rechacen a una institución militar que en otro momento fue fuente de orgullo.
Lo cierto de todo esto es que
vienen nuevos pronunciamientos, tanto del mundo militar como de los cimientos
de dependencias del Estado, y eso se debe a la presión que hemos ejercido y que
tenemos que seguir impulsando los venezolanos en las calles. La protesta
pacífica debe intensificarse, porque desde afuera se sigue con mucho
detenimiento lo que pasa en nuestro país.
Hoy los padres venezolanos en
su día, deben estar orgullosos de la lucha que están dando sus hijos por el
rescate de nuestra democracia y nuestras libertades. Y les decimos, el
desenlace tiene que venir, la presión constitucional de todo un pueblo está
dando resultados claros pero han de ser decisivos. Mañana lunes 19 debemos dar
una muestra contundente de fuerza y cohesión en la movilización de toda
Venezuela a Caracas. Expresemos una vez más nuestro rechazo a este proceso
fraudulento que pretenden imponernos. Sigamos en las calles, en la búsqueda de
que se restituya el hilo constitucional.
¡Qué Dios bendiga a nuestra
Venezuela y a todos nuestros padres en su día! Seguimos!
18-06-17
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