Por Gregorio Salazar
Lo que necesitamos es que
Delcy se dé un saltito a Rusia donde el hermano Putin o a la China para
preguntarles si entre los increíbles avances que han logrado esas potencias no
tendrán por allí guardada una maquinita de comprimir el tiempo. Porque ese es
nuestro problema, camaradas, el factor tiempo que no colabora, no corre, se nos
ha vuelto insoportable con ese transcurrir melcochoso que pareciera ponernos
cada vez más lejano el 30 de julio, día del grandioso parto constituyente.
Con una
comprimidora-del-tiempo-todo-terreno nosotros pudiéramos hacer meses de una
semana, semanas de tres días, días de doce horas, horas de treinta minutos,
minutos de quince segundos. En una tarde estaríamos despachando la elección de
nuestros asambleístas y terminar de agarrar por el mango la sartén o, mejor, la
mandarria constituyente. Y sanseacabó.
Ojalá Delcy tuviera suerte y
regresara de por allá con una tenaza todopoderosa con la que pudiéramos
extraerle días a las semanas como quien le saca las muelas a una quijada de
burro. Digamos mejor de chivo, para evitar esas connotaciones malintencionadas
que ha querido crear con nosotros la oposición. Chivo sí, porque ¿alguien
negará que somos el chivo que más la mea y más lo otro en este corralón?
Déjenme soñar un poco. Regresa
Delcy con su tenaza maravillosa, se pone su alba bata de odontóloga, cita a su
consultorio al señor mes de julio y le dice: “Señor julio: tenemos que hacerle
algunas extracciones a sus semanas. Todos los incisivos lunes, sus premolares
martes, los caninos miércoles y las muelas del jueves van para fuera, ya no
cuentan”. “¡Y cómo es eso!”, brincará de la silla a punto de infarto el
cronológico paciente. “Bueno, así mismo como le sacamos la banqueta al otro
Julio, al de la asamblea”, responderá tras sus anteojotes, sonreída e impasible
como siempre nuestra imbatible canciller.
Necesitamos que el tiempo
vuele antes de que esta gente siga con su locura. Especialmente la Fiscal. ¿O
es que acaso no está claro que está presa de demencia súbita, se le esfumó el
raciocinio, está loca de bola? Ellos no lo ven o no quieren verlo, pero
nosotros como vanguardia luminosa de la revolución bien clarito que lo tenemos.
Lo que necesitamos, Ernesto, es que alguien con credibilidad, trayectoria
pública intachable y respeto de la ciudadanía se lo anuncie con toda la
solemnidad del caso al país. Alguien que vaya por las calles arrastrando todo
el peso de la majestad institucional que nadie como él puede encarnar. “¡Te lo
tengo! Aló, diputado Carreño…”.
A falta de tenaza o
comprimidora no queda más que Maikel active la máquina decretadora como
inadmisible a todo aquello que nos parezca inadmisible de toda inadmisibilidad.
Que la Fiscal pregunta. Inadmisible. Que la Fiscal demanda. Inadmisible. Que la
Fiscal acusa y recusa. Inadmisible. La Fiscal ha sido inadmisibilizada y,
¡bravo Maikel!, todo aquel que la inadmisibilice buen inadmibilizador será.
Ya llegará el momento en que
la nueva constituyente para la paz (¿hay acaso algo más apacible que un
sepulcro?) pueda modificar hasta el calendario juliano. Por lo pronto, nuestro
problema es resolver un dilema que no es fácil explicar. A ver, que el tiempo
pase rápido, pero que al mismo tiempo pase sin que nada pase. El tiempo pasa,
los hechos se congelan, nosotros nos perpetuamos. Por cierto, Benavides y tú,
Reverol, hasta cuándo va a estar esa gentuza saliendo a la calle. Se los vuelvo
a repetir: ¡Inadmisible!
18-06-17
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