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martes, 20 de junio de 2017

La Inadmisibilizada por @goyosalazar


Por Gregorio Salazar


Lo que necesitamos es que Delcy se dé un saltito a Rusia donde el hermano Putin o a la China para preguntarles si entre los increíbles avances que han logrado esas potencias no tendrán por allí guardada una maquinita de comprimir el tiempo. Porque ese es nuestro problema, camaradas, el factor tiempo que no colabora, no corre, se nos ha vuelto insoportable con ese transcurrir melcochoso que pareciera ponernos cada vez más lejano el 30 de julio, día del grandioso parto constituyente.

Con una comprimidora-del-tiempo-todo-terreno nosotros pudiéramos hacer meses de una semana, semanas de tres días, días de doce horas, horas de treinta minutos, minutos de quince segundos. En una tarde estaríamos despachando la elección de nuestros asambleístas y terminar de agarrar por el mango la sartén o, mejor, la mandarria constituyente. Y sanseacabó.

Ojalá Delcy tuviera suerte y regresara de por allá con una tenaza todopoderosa con la que pudiéramos extraerle días a las semanas como quien le saca las muelas a una quijada de burro. Digamos mejor de chivo, para evitar esas connotaciones malintencionadas que ha querido crear con nosotros la oposición. Chivo sí, porque ¿alguien negará que somos el chivo que más la mea y más lo otro en este corralón?

Déjenme soñar un poco. Regresa Delcy con su tenaza maravillosa, se pone su alba bata de odontóloga, cita a su consultorio al señor mes de julio y le dice: “Señor julio: tenemos que hacerle algunas extracciones a sus semanas. Todos los incisivos lunes, sus premolares martes, los caninos miércoles y las muelas del jueves van para fuera, ya no cuentan”. “¡Y cómo es eso!”, brincará de la silla a punto de infarto el cronológico paciente. “Bueno, así mismo como le sacamos la banqueta al otro Julio, al de la asamblea”, responderá tras sus anteojotes, sonreída e impasible como siempre nuestra imbatible canciller.


Necesitamos que el tiempo vuele antes de que esta gente siga con su locura. Especialmente la Fiscal. ¿O es que acaso no está claro que está presa de demencia súbita, se le esfumó el raciocinio, está loca de bola? Ellos no lo ven o no quieren verlo, pero nosotros como vanguardia luminosa de la revolución bien clarito que lo tenemos. Lo que necesitamos, Ernesto, es que alguien con credibilidad, trayectoria pública intachable y respeto de la ciudadanía se lo anuncie con toda la solemnidad del caso al país. Alguien que vaya por las calles arrastrando todo el peso de la majestad institucional que nadie como él puede encarnar. “¡Te lo tengo! Aló, diputado Carreño…”.

A falta de tenaza o comprimidora no queda más que Maikel active la máquina decretadora como inadmisible a todo aquello que nos parezca inadmisible de toda inadmisibilidad. Que la Fiscal pregunta. Inadmisible. Que la Fiscal demanda. Inadmisible. Que la Fiscal acusa y recusa. Inadmisible. La Fiscal ha sido inadmisibilizada y, ¡bravo Maikel!, todo aquel que la inadmisibilice buen inadmibilizador será.

Ya llegará el momento en que la nueva constituyente para la paz (¿hay acaso algo más apacible que un sepulcro?) pueda modificar hasta el calendario juliano. Por lo pronto, nuestro problema es resolver un dilema que no es fácil explicar. A ver, que el tiempo pase rápido, pero que al mismo tiempo pase sin que nada pase. El tiempo pasa, los hechos se congelan, nosotros nos perpetuamos. Por cierto, Benavides y tú, Reverol, hasta cuándo va a estar esa gentuza saliendo a la calle. Se los vuelvo a repetir: ¡Inadmisible!

18-06-17




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