Fernando Camino P. 18 de julio de 2017
En un
reciente estudio de opinión a nivel nacional, realizado por la Universidad
Católica Andrés Bello, se solicita a los encuestados decir el motivo que los
mueve a protestar, estos señalan mayoritariamente tres razones: Contra la
escasez, por la defensa de la democracia y para acabar con la corrupción. A
renglón seguido la sabiduría popular, escoge entre los temas sugeridos por el
encuestador, la solución a los problemas por los que protesta: Exigir
elecciones presidenciales, cambiar el gobierno y sacar a Maduro.
En
nuestro país estamos sufriendo una crisis humanitaria, a causa de la escasez y
la carestía de alimentos y medicinas, situación que de no cambiar este régimen,
pasaremos de crisis humanitaria a emergencia humanitaria. Pero esta crisis no
ha sido generada por una guerra desatada en nuestro territorio, ni por una
catástrofe natural que haya azotado a nuestra población.
Como
lo hemos señalado reiteradamente la crisis que ha sacudido a nuestro país, se
genera por la aplicación de un modelo equivocado, en el manejo de la economía,
fundamentado en el centralismo y en el Capitalismo de Estado, ambas conductas
requieren para su aplicación, el sacrificio de los valores democráticos.
El
Socialismo del Siglo Veintiuno, está fundamentado en desaparecer los medios de
producción privados, para sustituirlos por unidades de producción socialistas.
La aplicación de este modelo fracasado, requirió de prácticas antidemocráticas,
como la violación de nuestra Constitución Nacional, en valores sagrados como el
derecho a la propiedad privada, la negación de las libertades económicas y el
respeto al derecho al trabajo y a la libre iniciativa.
Como
en todos los países donde se aplicó y fracasó este modelo de producción, lo
único que prosperó fue la corrupción. Luego de la ocupación de cerca de cinco
millones de hectáreas correspondientes a miles de unidades en plena producción,
a la expropiación de cientos de empresas agroindustriales y de la
monopolización del agrocomercio y de la distribución de alimentos, la caída de
la producción fue dramática.
La
corrupción floreció en las llamadas empresas de producción socialistas, dejando
un saldo rojo de cinco millones de hectáreas ociosas y empresas
agroindustriales produciendo a un cinco por ciento de su capacidad. En el
sector comercio la corrupción también prosperó, acabaron con Agroisleña
convirtiéndola en Agropatria, un ente incapaz de abastecer la demanda de
insumos y maquinarias necesarias para la producción primaria y el fracaso del
sistema de distribución de alimentos, con sus establecimientos cerrados y
degenerados en un vergonzoso plan de distribución de cajas de alimentos
importados.
Exigir
elecciones presidenciales, cambiar el gobierno y sacar a Maduro, es el clamor
de los ciudadanos en las protestas pacíficas. Ya nuestra población ha
escarmentado lo suficiente para darse cuenta que este régimen no solucionará la
crisis actual, todo lo contrario, la profundiza con la amenaza de la
constituyente propuesta por Maduro.
Es
inevitable la retirada del gobierno y eso lo va a manifestar más del ochenta
por ciento de los venezolanos con derecho al voto, el próximo 16-7 cuando, en
demostración soberana de su voluntad, rechace al régimen actual y abra el
camino electoral que traiga consigo el cambio de gobierno y de sistema
político.
Fernando Camino P.
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