Por Alberto Lovera
Este artículo se lo iba a
dedicar a sumarme al sentido y necesario homenaje a Pompeyo Márquez, con quien
tuve el honor de trabajar en Punto Semanal y en la Fundación Gual y España,
pero creo que es mucho más adecuado insistir en uno de sus legados: la
importancia estratégica de la unidad de todas las fuerzas democráticas.
Ahora que el régimen se ha
desenmascarado por completo en su talante autoritario y militarista, es todavía
más urgente hacer todos los esfuerzos para ampliar el frente unitario en
defensa de Constitución y del rescate de la democracia vulnerada.
A los enormes esfuerzos que
han venido haciendo la MUD y la Asamblea Nacional desde su elección, se suman
cada vez más sectores de diferente signo. El chavismo democrático que venía
dando muestras de distanciamiento de la orientación de la cúpula gubernamental,
lo está haciendo ahora con más fuerza. Ya dos poderes públicos, la AN y la FGR
están coincidiendo en la estrategia de defensa de la Constitución y la
democracia.
Estamos en una hora que
reclama seguir sumando voluntades en lo que es capaz de unirnos: impedir que se
derogue la Constitución de 1999 y que se nos imponga una constituyente
fraudulenta, que son las intenciones de la camarilla en el poder que pretende
conculcar el derecho al sufragio universal, directo y secreto, una vez
constatado que se encuentra en completa minoría.
Ya no hay duda, en una jugada
temeraria una minoría pretende eternizarse en el poder por la violencia de las
armas y la arbitrariedad. Le ha declarado la guerra a la inmensa mayoría de la
población que se encuentra en rebelión en defensa de las libertades
democráticas y en contra de un régimen tiránico.
Sólo con plena vigencia de la
constitución podrán las diferentes fuerzas políticas de variada orientación
plantear sus propuestas para reorientar la vida social, política y económica de
nuestro sufrido país. Cada quien con su óptica entiende que no puede haber vida
democrática si se impone un régimen totalitario.
Es hora de seguir sumando
voluntades para rescatar la democracia en nuestro país. Eso implica aislar al
gobierno que amenaza y agrede al pueblo, y ampliar las coincidencias de todas
las fuerzas políticas y sociales que entendemos que la defensa de la
Constitución es la base para la convivencia democrática.
Cuando la crisis en todos los
órdenes ha llegado a la gravedad actual, hay que construir la plataforma común
de todas las fuerzas democráticas que haga posible someter a la elección
universal, directa y secreta la orientación futura de nuestro país. Unidad con
respeto a la diversidad, pero todos alineados con la Constitución, que se
convirtió en la peor enemiga de la tiranía, que ya no le basta violarla
flagrantemente sino que pretende derogarla para ejercer despóticamente el poder
en contra del pueblo que le dio la espalda.
30-06-17
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