Por Daniel Santolo
Salario deriva del latín
salarium, que significa “pago de sal” o “por sal”. El término proviene del
antiguo Imperio romano, donde muchas veces se hacían pagos a los soldados con
sal, la cual valía su peso en oro, dado que la sal en la antigüedad era una de
las pocas maneras que se tenía de conservar la carne, es decir, poniéndola en
salazón. Que por cierto en salazón están los trabajadores venezolanos.
En la actualidad, como nunca,
la raíz etimológica del término, no había sido tan adecuada a lo que estamos
percibiendo como remuneración por nuestro trabajo, es que ciertamente lo único
barato que se consigue en los supermercados y en grandes cantidades es la SAL,
por cierto, en diferentes y variadas presentaciones, y por lo mismo ni para los
bachaqueros ha sido negocio.
El gobierno en su afán de
poner a la par el SAL-ario con la inflación, decretando un sin número de
aumentos salariales inconsultos y sin participación de los trabajadores y
empresarios, como debería ser en un país democrático, lo que ha logrado es
destruirlo. Por más aumentos que se otorguen a los trabajadores, si ellos no
van acompañados de una política de control y disminución de la inflación, será
imposible que el SAL-ario alcance para, por lo menos, adquirir la cesta básica
alimenticia.
El gobierno que está siendo
asesorado en materia económica por un ciudadano de nacionalidad española, y
conste no tengo ninguna animadversión con nuestros antepasados conquistadores;
individuo que pareciera se ha instalado en nuestro país para experimentar una
serie de “medidas económicas”, que en España a nadie se le ocurriría plantear.
Recordemos que la inflación en España por más de 10 años no ha pasado de un
digito, lo que ha logrado mantener el poder adquisitivo de los españoles, a
pesar de la crisis económica que les tocó atravesar en estos últimos años.
Pero, me imagino, que no teniendo público en España para sus teorías
económicas, este españolete, sin querer ser despectivo, lo digo con cariño, ha
venido a poner en práctica su experimento en nuestra tierra, y pareciera que
los economistas del gobierno, que deben haber, (es contigo José Luis), han
aceptado sin chistar todas las barbaridades que se les ha ocurrido a este genio
de la economía socialista.
Mientras experimentan con
nuestra economía, experimento que lleva más de 15 años, los trabajadores
formales han venido perdiendo su SAL-ario a “paso de vencedores”. Los
trabajadores no saben qué hacer frente a esta “política económica”, algunos
protestan y critican argumentando que los aumentos inconsultos del salario
minino, (bien mínimo por cierto) generaran de forma inmediata el aumento de
todos los productos de la cesta básica, otros lo justifican por cuestiones
ideológicas, por aquello de la “guerra económica”, guerra que por cierto han
perdido de calle.
Colocando la guinda que le
faltaba a la torta económica, el presidente obrero anuncia a toda voz que con
la constituyente implementarán un “control férreo” a los precios de los
productos, será que se le olvida al presi, que entre controles hemos andado
desde el inicio de su mandato, y lo único que se ha logrado con ello, es la
desaparición de la gran mayoría de los productos básicos, que con solo asomarse
al balcón del pueblo puede constatarlo, allí mismo está muy cerca una cola por
el pan que lo que da es miedo.
Pero lo que si es cierto, es
que no hay aumento salarial que alcance a la inflación en esa carrera de nunca
acabar, cosa que se ha demostrado a lo largo de la historia económica; y por
último a mis amigos del gobierno les pido que despidan al españolete y hablen
con Rafael Correa, ahora que no tiene chamba fija, para que lo traigan al país
y nos eche una mano en lo económico, ya que bajo su mandato en la hermana
república del Ecuador, la inflación en ese país nunca superó el 5%, tal vez y
hasta no nos cobre, por eso que algunos llaman agradecimiento.
19-07-17
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