Por Edward Rodríguez
Seguramente Nicolás recibió,
durante todo el día del pasado domingo 16 de julio, los informes de
inteligencia del Sebin y del G2 cubano detallándole la jornada de la
Consulta Popular dentro y fuera de Venezuela: participación masiva y
aplastante.
Cada reporte, uno más
detallado que el otro, uno con más verdades o mentiras que el otro, pero al
final con la misma conclusión que resumiría de manera hipotética lo siguiente:
“Señor Presidente, le informamos que la MUD logró movilizar en masa y
espontáneamente a la población; el plebiscito o Consulta Popular, como lo
llaman ellos fue un éxito; además, señor Presidente, cabe destacar que un
número importante de empleados públicos participó; no tenemos la cifra exacta y
eso nos preocupa”.
El régimen silenció a
los medios de comunicaciónprivados para que no transmitieran la Consulta
Popular, pero también silenció en esos mismos medios la cobertura objetiva del
simulacro de cara a la Constituyente. Este último sólo tuvo presencia en el
Sistema Nacional de Medios Públicos.
Si yo fuese Maduro no me
guiara por VTV, por citar un ejemplo, pues siempre le va a mentir: el 16 de
julio vio imágenes de gente en los centros electorales del simulacro pero todas
esas personas, en su mayoría, movilizadas y literalmente sacadas de sus casas
por el partido de Gobierno. Pero como el fin último es mantenerse en el
poder, a costa de lo que sea, cualquiera del anillo cercano a Nicolás le
mentirá sin el más mínimo temor.
Me imagino a Pancho (Francisco
Arias) reportándole sobre el simulacro en el Zulia: “Señor Presidente, por aquí
todo normal. En el Zulia alcanzamos la meta”; a Darío Vivas diciéndole: “Jefe,
misión cumplida”; a Vielma Mora por Whatsapp: “Lo logramos, la gente en Táchira
nos respondió”, o a la tristemente célebre Jacquelin Farías con voz alegre
expresándole: “Presidente, vi mucha emoción en la gente”, sin especificarle que
era en los participantes de la Consulta Popular, y no en la del simulacro de la
Constituyente.
La oposición logró
sin CNE, sin los militares del Plan República, sin dinero, sin maquinaria
y sin campaña, motivar y hacer participar cívica y espontáneamente a siete
millones 600 mil venezolanos, sin duda, un hecho histórico y sin precedentes en
el país.
Esta cifra retumba en
Venezuela, en el mundo y se convirtió en el Tun Tun que llegó a Miraflores, a
la Casona o a Fuerte Tiuna donde pernocta el Mandatario nacional; no es el
tradicional parrandón navideño; sino que quizás es el penúltimo tren de Maduro
para frenar esa arbitraria Constituyente que sólo va desembocar en un
baño de sangre, pues el Gobierno advirtió que el 2 de agosto van al hemiciclo a
sesionar con sus 500 constituyentistas.
Tun, tun Nicolás, fuimos más
de siete millones 600 mil de venezolanos los que participamos en la Consulta
Popular que, por cierto, numérica y simbólicamente es el revocatorio a su
mandato.
Tun, tun Nicolás, esta semana
damos un paso más en la lucha por el rescate de Venezuela al poner en marcha
una agenda de acciones como, la ejecución del primer paro cívico
nacional de 24 horas, firma de un Acuerdo nacional
de gobernabilidad y el nombramiento de nuevos magistrados.
El consejo de “siga
resistiendo que de esta salimos” puede convertirse en la peor pesadilla de un
hombre que no supo gobernar un país. Testículos e inteligencia en la hora
menguada.
20-07-17
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