OMAR BARBOZA GUTIÉRREZ 01 de octubre de 2017
Por
las permanentes presiones de los actores democráticos nacionales y el apoyo de
la comunidad internacional a una ruta electoral para producir el cambio en
Venezuela, para el próximo 15 de octubre están convocadas las elecciones de
Gobernadores en todo el país. Esta es una gran oportunidad para que quienes
impulsamos un cambio político convirtamos estas elecciones regionales en un
gran plebiscito nacional en contra de la gestión de Nicolás Maduro, lo cual se
logrará si todos acudimos a votar ese día para demostrar sin lugar a dudas, el
alto rechazo popular a este gobierno y convertir ese resultado en la plataforma
que nos conduzca al cambio político nacional que inicie la reconstrucción
nacional.
La
decisión del electorado en este proceso está más clara que nunca, se trata de
decidir si se vota por los candidatos que representan el cambio político de la
situación que vive el país, o si votan por los candidatos de Maduro, o se
abstienen que es lo mismo, para fortalecer a este modelo de gobierno que ha
destruido la economía, el derecho del pueblo a la alimentación y la salud, las
instituciones democráticas, y los valores éticos de nuestra sociedad.
Para
lograr la mayor participación que es la garantía principal de un triunfo
contundente en todas las gobernaciones, es necesario concientizar y motivar a
todos los que tienen derecho al voto y quieren un cambio, para que no sean
víctimas y cómplices sin quererlo, de la estrategia central del madurismo en estas
elecciones regionales, que consiste en desmotivar a los opositores para que no
voten, porque el gobierno está consciente de que el único chance que tienen de
ganar algunas gobernaciones es que muchos opositores se abstengan de votar.
Mientras
tanto, el oficialismo si cuenta con el voto obligado de los funcionarios
públicos y de los enchufados en general, más los beneficiarios de los Clap a
quienes amenazan con pasar hambre si no votan por ellos, los cuales solo serán
suficientes para ganar en algunas partes si muchos opositores se abstienen de
votar y a pesar de que hace tiempo el gobierno cada vez más es una minoría,
pudiera fortalecerse por ese apoyo indirecto.
Es por
eso que el gobierno para lograr su propósito continuista, está financiando con
dineros de la corrupción una intensa campaña en las redes sociales, a veces
repetidas por tontos útiles de la oposición y en otros medios de comunicación,
con el objetivo principal de desmotivar a sus opositores, de vacunarlos con la
desesperanza para que no voten, y por esa vía han puesto a rodar campañas de
descalificación de muchos dirigentes opositores
que han hecho esfuerzos permanentes y honestos para producir un cambio
en Venezuela, con la finalidad de estimular el desencanto, la sospecha, la
desconfianza, tanto en relación a esos dirigentes, como en las posibilidades de
cambio a través del voto.
Esta
operación sicológica, sino estamos alertas para derrotarla, puede inclinar a
muchos venezolanos de buena fe que no quieren la continuidad de este gobierno,
a conductas contrarias a sus intereses, porque la falta de reflexión, la rabia
ante lo que está ocurriendo y la impotencia, los puede conducir a creerle más a
las mentiras de Maduro y sus estrategias, y a quienes las repiten para hacerse
los informados, que a los líderes que seriamente y exponiéndose a los ataques
personales, están luchando por un cambio de gobierno. Y es por eso, que
recurrimos a la racionalidad de todos los opositores, sabiendo que la vía
electoral es la que nos ha traído triunfos y debilitado al gobierno que tanto
daño le ha hecho a los venezolanos.
Algunos
no han llegado a comprender, que ante el hecho de que a Maduro solo lo sostiene
en el poder el apoyo de las armas que le ofrece una pequeña cúpula militar
corrupta que controla el uso de la fuerza, y que además de nuestra vocación
democrática y pacífica, estamos convencidos de que la vía de la violencia solo
le conviene al gobierno, que es la participación masiva y contundente del
pueblo rechazando electoralmente a Maduro, lo que puede presionar una
rectificación desde adentro de las fuerzas armadas para hacer respetar la
Constitución, y en consecuencia, hacer valer la voluntad popular que quiere un
cambio.
Para
triunfar tenemos de nuestro lado tres grandes fortalezas: la razón, la voluntad
mayoritaria del pueblo, y el apoyo de la comunidad internacional; y esos tres
factores claves solo son útiles para consolidar el camino hacia el cambio
político, si lo utilizamos votando para lograr una gran derrota al gobierno que
lo debilite hasta cambiarlo.
No
votar es fortalecer la continuidad de Maduro y todo lo que representa. Votar es
abrirle las puertas a una nueva Venezuela, con la unidad como base de su
reconstrucción.
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