Por Alfredo Infante S.J.
Lo propio del totalitarismo es
la construcción imaginaria de la realidad. La mentira es su instrumento. Pero
para que la mentira sea útil amerita de hechos manipulables
interpretativamente.
Las tres últimas elecciones:
ANC, gobernadores y alcaldes han tenido como objetivo ser hechos bases para la
construcción imaginaria de dicha realidad. En la «auto elección» de la
fraudulenta constituyente se abultaron las cifras con esta intención. En la de gobernadores
se utilizó al CNE y se hizo trampa en todo el proceso para ganar las
regionales. Ahora, en las municipales, desmovilizadas las fuerzas políticas
opositoras, se llegó a unas elecciones con una alta abstención, candidatos
opositores sin maquinaria ante el repliegue de partidos emblemáticos y un PSUV
con todos los recursos del Estado engrasando la maquinaria clientelar pintando
el mapa del país de rojo.
Todos sabemos que no hubo
elección competitiva, democrática. Ellos también lo saben. Pero se construye de
facto una realidad, un mapa rojo, rojito. Y, con este hecho, interpretado por
sus salas situacionales y difundido por su batería de propaganda, se pretende
introyectar una pseudo verdad política para atornillarse en el poder y
desmovilizar a la sociedad. La verdad es otra.
Hoy más que nunca este
gobierno es ilegitimo y se sabe inhabilitado, ética y políticamente para ganar
elecciones en condiciones justas. Con el mapa rojo en sus espaldas, con esta
pseudo verdad, pretende negociar la legitimidad de la inconstitucional ANC el
15 de diciembre y buscar el aval de la comunidad internacional. Esta
estrategia hay que evidenciarla y de ninguna manera negociar este punto.
15-12-17
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