Páginas

viernes, 15 de diciembre de 2017

La sabiduría de los refranes por @DiarioTalCual


Por Carlos Molina Camacho


Nuestra humanidad ha resumido sus experiencias de cientos de miles de años de vida sobre este mundo, en los llamados refranes, dichos, proverbios, etcétera, que son fruto de la sabiduría de todos los pueblos.

Los llamados por sus naciones a dirigirlas, los políticos, deberían diseñar sus programas, sus planes, atendiendo, sobre todo, a esa ancestral sabiduría.

De los variadísimos dichos hay dos que los marxistas ortodoxos no se han percatado de su vigencia, pese al tiempo de vida que tienen en labios de la gente, y de la gente de casi todas las latitudes del planeta.

Son estos dos: LO QUE NADA NOS CUESTA HAGÁMOSLO FIESTA  Y EL OJO DEL DUEÑO ENGORDA EL CABALLO.

No ha sido sólo en Venezuela. En los países conducidos por esos marxistas talibanes, no se ha logrado el éxito deseable en las distintas áreas de la actividad humana, en particular en la economía, porque hay un olímpico desprecio de la imperecedera sabiduría contenida en esos aforismos.

De diez empresas expropiadas en el paìs, tal vez sólo una, siendo optimista, habría continuado en funcionamiento. Las otras nueve administradas por los camaradas, compañeritos de partido, han naufragado, y es porque LO QUE NADA NOS CUESTA HAGÁMOSLO FIESTA. Compare la anterior Agro Isleña y la actual Agro Patria, y saque usted sus propias conclusiones. ES QUE EL OJO DEL DUEÑO ENGORDA EL CABALLO.

La catastrófica situación nacional no se debe, claro está, a ninguna guerra económica de los sectores privados de la producción y distribución de bienes y servicios, sino a que se ha hecho caso omiso de las experiencias negativas de estos regímenes en otros países. Para decirlo coloquialmente: NO HAN DADO PIE CON BOLA EN NINGUNA PARTE DE LA TIERRA, pero tampoco quieren asumir la responsabilidad del fracaso. Es muy fácil inculpar a la derecha, al imperialismo, a los apátridas, etc


El capitalismo estatista nunca resolverá los problemas delicados de la producción y distribución de los bienes y servicios. Si se debe edificar un sistema que reemplace al actual capitalismo, ese debería ser  un socialismo que empodere a los consumidores y usuarios, asi como a los trabajadores.

A los primeros, facilitándoles la creación de empresas de distribución propias, sin fines lucrativos (cooperativas de consumo), y a los trabajadores ayudándoles a crear sus fuentes de trabajo comunitario, que deben ser resultado de un esfuerzo colectivo, con asistencia del Estado.                                                          
                                   
En este tipo de socialismo el Estado sólo debe ser un auxiliar, un orientador, un inspirador, nunca un administrador de empresas (salvo contadísimas excepciones), y tal socialismo se basa en un inmenso trabajo educativo en los valores y principios de esta economía social o solidaria. Educación que no debe jamás cesar mientras esté pie ese sistema conciliador de la justicia y la libertad.

En la medida que este socialismo de autogestión y sin fines de lucro se expanda exitosamente, irá disminuyendo el sector privado con fines lucrativos, sin necesidad de perseguir su extinción o debilitamiento, lo que ha sido un craso error en nuestra patria. Todo debe ser resultado de un bien planificado proceso natural de modernización y moralización de la economía. Se habrá llegado así a la anhelada democracia económica y social.

Según la Alianza Cooperativa Internacional (ACI) hay en el planeta un número aproximado de 1.000 millones de personas vinculadas a este tipo de economía, que no es ni estatista ni capitalista.


Ex Superintendente Nacional de Cooperativas   

15-12-17




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico