Trino Márquez 07 de marzo de 2018
@trinomarquezc
El
masivo acto de lanzamiento del Frente Amplio Nacional en el Aula Magna estuvo
cargado de emotividad. La proclama final fue la cima de la emoción. Su consigna
“Venezuela unida no se rinde”, se convirtió en tendencia nacional. Las miles de
personas que desbordaron ese majestuoso espacio, demostraron un ánimo
contrastante con el ambiente pesimista que prevalece en muchos lugares del
país. Era necesario que esa fuerza se manifestara. El régimen se ha propuesto
destruir el entusiasmo de los venezolanos sembrando el desaliento, condición
básica para aparecer como invencible, a pesar de haber hundido a la nación en
la peor de sus crisis y ser el gobierno más incompetente, aislado y
desprestigiado del continente. El país que está siendo demolido, vuelve a
reaccionar.
A lo
largo del evento no hubo ni un solo reproche a la candidatura de Henri Falcón,
ni se llamó a la abstención. No se cuestionó a la MUD, ni a los partidos
políticos. No tuvo un sesgo antipolítico. Se exigió, eso sí, que las elecciones
que se convoquen transcurran dentro del ambiente de transparencia y equilibrio
establecidos en la Ley de Procesos Electorales. Es lo mínimo que una sociedad
que no ha claudicado tiene que exigirle a una dictadura. El pragmatismo no
puede ser tan servil que se contente con las migajas que le concede el
autócrata, sin exigir, al menos, lo establecido en las leyes que él mismo
aprueba.
El
lanzamiento del FAN coloca la lucha por recuperar la democracia y reconstruir
la nación en un plano distinto al que hemos visto durante los últimos años, en
los cuales ha prevalecido la dirección de la MUD. Es cierto que esta plataforma
político electoral aparece y se consolida después del fracaso en la conducción
de la resistencia de agrupaciones de la sociedad civil, como la CTV y
Fedecamaras. A la MUD y a los partidos se les debe que, a pesar de los
esfuerzos de Chávez y Maduro por imponer una dictadura totalitaria, aún existan
organizaciones políticas y sociales que desarrollan una intensa actividad. Sin
embargo, la confrontación con el gobierno en la actualidad no puede reducirse
al enfrentamiento entre dos cúpulas políticas: la del régimen y la de los
sectores democráticos. En esta esfera, inevitablemente palaciega, la oposición
está inevitablemente condenada a perder, aunque cuente con el apoyo del
Secretario General de la OEA, el Grupo de Lima, la Unión Europea y muchos otros
miembros de la comunidad internacional. Vis a vis con el gobierno, la oposición
fracasará porque el régimen controla todos los órganos del Poder, excepto la
Asamblea Nacional y algunas gobernaciones y alcaldías, y no cederá sino en
medio de una gigantesca presión nacional que lo obligue a cambiar sus políticas
o a salir de Miraflores.
La
presencia en el Frente Amplio de los grupos afectados directamente por las
calamitosas medidas de Nicolás Maduro, cambia de forma sustantiva el perfil de
los actores en pugna. Ahora podrán entrar en acción todos los sectores que han
sido arruinados, luego de veinte años de aplicarse el socialismo del siglo XXI:
trabajadores, empresarios, jóvenes, maestros y profesores, estudiantes,
profesionales de la salud, consumidores, trabajadores informales, desempleados
y las víctimas de la violencia y el terrorismo de Estado. Todo el espectro
social maltratado y empobrecido por Maduro, tendrá un espacio para participar
en la resistencia y en la larga batalla por recuperar la democracia y la nación
entera. En esta escala nacional, será mucho mayor el apremio a la dirigencia
política opositora para que entre en sintonía con los problemas más graves que
acosan a los venezolanos.
Los
promotores del Frente Amplio deberán definir una línea de acción y los
instrumentos organizativos que le darán continuidad al acto realizado en el
UCV. Tendrán que señalar cómo concertarán con los partidos de la MUD y con
otros factores del escenario político nacional. Cuál será su papel en la
campaña electoral. Los retos que se presentan son formidables para evitar
convertirse en una nueva frustración. En un intento fallido más.
Por
ahora, hay que celebrar la aparición del Frente Amplio. Si asumimos que buena
parte de las directrices aplicadas por Maduro provienen de Cuba y Rusia, la
existencia del Frente puede contribuir a transformar el enfrentamiento al
régimen en una lucha de liberación nacional, en la cual participan todos los
actores amenazados por un enemigo externo aliado con un poderoso enemigo
interno. En el caso de que Maduro triunfe el 20 de mayo, la existencia del
Frente podría reducir la carga explosiva de esa victoria, pues, como los
problemas actuales se agravarán, los ciudadanos contarán con una plataforma
organizativa donde podrán aguantar y sobrevivir. El Frente, además, le creará una
urgencia adicional a la dirigencia política para que supere sus diferencias y
se unifique en torno a una estrategia común.
Esperemos
los nuevos anuncios de los organizadores del Frente. Los retos ante a los
cuales se hallan son enormes. En este momento representan una esperanza en
medio de tanto infortunio.
Trino
Márquez
@trinomarquezc
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