Ludmila Vinogradoff 05 de marzo
de 2018
@ludmilavino
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Se
cumplen cinco años de la fecha oficial de la muerte de Hugo Chávez. Para
conmemorarlo, su heredero, Nicolás Maduro, ha preparado una reunión de la
Alianza Bolivariana (Alba), con participación de Evo Morales, para
apoyar su reelección el 20 de mayo.
Chávez
fue un teniente coronel del Ejército que logró 15 minutos de fama con su
expresión «por ahora», cuando el 4 de febrero de 1992 dio un golpe de Estado
frustrado contra el entonces presidente Carlos Andrés Pérez. Su asonada militar
le sirvió para lanzarse como candidato en 1998 y ganar la presidencia de
Venezuela, que con astucia y la bonanza petrolera le permitieron perpetuarse en
el poder hasta que el cáncer lo venció en 2013.
Antes
de morir entregó el país a Maduro, quien aplicó su «Plan de Patria», cuyos
resultados se traducen en la miseria y destrucción que ha sufrido el país más
rico de la región en estos cinco años, además de una deriva dictatorial que
pretende perpetuar con una llamada a las urnas sin las garantías mínimas para
la oposición.
El
régimen ha puesto al sector castrense al frente de la economía, las finanzas,
la producción de Petróleos de Venezuela y el Arco Minero. Pero la exaltación
entre el oficialismo al que aún se venera como «comandante eterno» contrasta
con las medidas represivas para aplastar posibles rebeliones y descontento en
los cuarteles. Este sábado se publicó un decreto que degrada y expulsa
de la Fuerza Armada a 24 altos oficiales, entre ellos el vicealmirante
en el exilio Mario Iván Carratú Molina, el exministro de Defensa Raúl Baduel y
el capitán Juan Cagaripano, estos dos últimos presos. En total, hay 137
militares privados de libertad y acusados de rebelión y traición a la
patria, según la periodista Sebastiana Barráez. Se suman a los 240 presos
políticos civiles, según el Foro Penal Venezolano. En los cuarteles los
soldados se sienten vigilados hasta en su sombra por el G-2 cubano.
En el
plano social, la severa crisis económica ha impulsado un éxodo de más de cuatro
millones de venezolanos por hambre, inseguridad y falta de empleo. Más
del 60% de los jóvenes quiere abandonar el país para buscar trabajo en otro
sitio y enviar algo a sus familiares e hijos pequeños que se quedaron.
Celebración bolivariana
El
legado de Chávez se traduce en miseria y hambruna con una inflación de
2.700% en 2017 y de 13.000% para 2018 y una caída en la economía de
15% del PIB, la hiperinflación está desesperando y matando de hambre a los
venezolanos. Los precios tienen menos de 24 horas de duración. Solo quedan
activas unas 2.300 empresas de 260.000 empresas que había cuando Chávez tomó el
poder.
La
reelección de Maduro significa continuar o empeorar en esa línea y
el boliviano Evo Morales ha venido a apoyarlo y recibir otro tanto del
venezolano para su campaña en el altiplano andino. Hay un intercambio de apoyos
para continuar en el poder.
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