AFP 04 de abril de 2018
El alto tribunal brasileño
negó un recurso interpuesto por el expresidente, luego de debatir por más de 10
horas.
La
corte suprema de Brasil rechazó un recurso del expresidente Luiz Inácio Lula da
Silva para apelar en libertad ante las máximas instancias judiciales una
condena a 12 años y un mes de cárcel por corrupción pasiva y lavado de dinero.
El
Supremo Tribunal Federal (STF) adoptó esa decisión por una estrecha mayoría de
6 votos a 5 poco después de la medianoche del miércoles, tras más de 10 horas
de debates. Según juristas, Lula podría ser arrestado la semana próxima, cuando
el tribunal de segunda instancia que lo condenó en enero analice las últimas
objeciones de su defensa.
4 motivos por los que Lula da Silva sigue siendo el
político más popular de Brasil pese a su condena por corrupción
El
expresidente se mantuvo al tope de las encuestas de intención de voto en Brasil
tras ser condenado por corrupción en julio. Ahora su pena fue ampliada por un
tribunal y puede quedar inhabilitado como candidato. Pero, ¿bajará esto su
popularidad?
La justicia de Brasil fue contundente: existen pruebas
claras de corrupción cometida por el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva,
quien deberá cumplir 12 años y un mes de prisión, según determinó un tribunal
federal de apelaciones este miércoles.
La sentencia del tribunal en Porto Alegre fue emitida de
forma unánime por sus tres miembros y amplía la condena de primera instancia,
que pedía nueve años y seis meses de prisión para Lula.
Sin embargo, desde aquella primera condena del juez
Sergio Moro por corrupción y lavado de dinero contra Lula por recibir un
apartamento en la costa como soborno de la empresa constructora OAS, el
expresidente mantiene un nivel de popularidad asombroso en su país.
De hecho, las encuestas sugieren incluso que el líder del
izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) ha ganado apoyo en los últimos
meses y encabeza de la carrera para las elecciones presidenciales de octubre.
El último sondeo de la firma Datafolha indicó en
diciembre que Lula tenía 36% de las intenciones de voto, seguido por el
ultraderechista Jair Bolsonaro con 18%.
Es probable que Lula sea finalmente inhabilitado y no
pueda presentarse a los comicios de octubre, debido a una ley que impide que
condenados por un tribunal colegiado como el de Porto Alegre se presenten a
cargos públicos.
Esto deberá ser resuelto por el Tribunal Superior
Electoral brasileño y se espera que Lula, quein rechaza los cargos en su
contra, continúe la batalla legal para poder competir en las urnas.
El expresidente permanecerá en libertad hasta que se
juzguen los recursos presentados por su defensa al tribunal de apelaciones y
podría recurrir a instancias superiores de justicia para intentar revertir la
condena.
Lo que parece menos probable es que el apoyo a Lula se
desplome completamente tras esta sentencia, pese a que los jueces de Porto
Alegre concluyeron que las pruebas en su contra son "absolutamente
verosímiles" y "resistieron las críticas", como expresó uno de
ellos.
Hay algunas explicaciones de por qué Lula, aun condenado
por corrupción, es el político más popular de Brasil:
1. Movilidad social
Durante la presidencia de Lula, entre 2003 y 2010,
alrededor de 30 millones de brasileños se elevaron por encima del umbral de la
pobreza y se sumaron a la economía de mercado.
Ese es un logro reconocido tanto por los partidarios como
por los detractores de Lula, algo que aumentó su apoyo en el país.
Además, la mejora se hizo sentir en todo Brasil y llegó a
rincones que antes quedaban al margen de esos beneficios, mediante programas
sociales que eran elogiados internacionalmente.
Durante el mandato de Lula también hubo una mejora del
sistema educativo y se crearon becas para asegurar que los estudiantes más
pobres tuvieran acceso a la educación superior.
Todos estos logros se basaron en la estabilización
económica que había alcanzado el impopular gobierno previo de Fernando Henrique
Cardoso.
Pero Lula impulsó los cambios a su manera y cosechó las
recompensas: dejó la presidencia con cerca de 80% de aprobación.
2. Crecimiento
económico
Cuando Lula concluyó su mandato, había una economía en
auge, una tasa de desempleo inferior a la de Estados Unidos o Alemania y un
optimismo sobre el futuro de Brasil inédito en décadas.
La nueva clase media accedía a mejores trabajos y
salarios, alimentando el consumo.
Todo esto sucedió en medio de un boom en los precios de
las materias primasque impulsó la producción en Brasil y toda América Latina,
con crecientes exportaciones, ingresos e inversiones.
China descubrió el mineral de hierro, la carne y la soja
de Brasil, entre otros productos.
Durante la presidencia de Lula, Brasil también descubrió
enormes reservas de petróleo en aguas profundas que aumentaron el optimismo
económico y el valor de la petrolera estatal Petrobras, a la postre clave en el
escándalo de corrupción que involucra a Lula y a otros políticos.
Pero mientras duró la bonanza, hubo suficiente riqueza
para que Brasil escapara ilesa de la crisis financiera mundial: fue uno de los
últimos países en entrar en recesión en 2008 y uno de los primeros en salir en
2009, y sin que un solo banco se hundiera.
Y Lula también se llevó crédito por esto: la recesión y
caída de los precios de las materias primas llegaron con el gobierno de su
sucesora y correligionaria, Dilma Rousseff.
Fue ella quien recibió la mayoría de las críticas por
esos problemas y otros que Brasil arrastraba del pasado, como la falta de
inversión en infraestructura o los altos niveles de deuda pública.
La sucesora de Lula sufrió un desplome de su popularidad
y finalmente fue destituida en 2016 por manipulación presupuestal, pero esto paradójicamente
hizo que muchos brasileños añorasen más a Lula.
3. Liderazgo y
orgullo nacional
Lula pasó de vivir en extrema pobreza rural en el norte
de Brasil (se dice que ni siquiera probó el pan hasta los siete años) a
presidir la mayor economía de América Latina.
Esa historia personal del exobrero metalúrgico inspiró a
su país y proyectó una imagen internacional que coincidía con la idea de
"orden y progreso" en Brasil, como se lee en su bandera.
Mientras fue presidente, varios medios extranjeros eligieron
a Lula como personaje del año y el expresidente de Estados Unidos, Barack
Obama, lo llamó "el político más popular del planeta".
Un país como Brasil, que en el pasado había formado parte
de un imperio, sintió así que recobraba su importancia en el mundo gracias a
Lula y al auge de la economía.
El haber recibido la Copa Mundial de fútbol en 2014 y los
Juegos Olímpicos dos años después fueron parte de ese fenómeno.
Al final, esos proyectos demostraron estar plagados de
problemas, incluidas las acusaciones de corrupción, pero los simpatizantes de
Lula parecen eximirlode eso.
4. Corrupción y
desencanto general
Lula está lejos de ser el único político de Brasil condenado
por corrupción.
De hecho, el escándalo de "Lava Jato" en torno
a Petrobras ha salpicado al sistema político brasileño en general: el esquema
de sobornos financiaba a miembros de varios partidos además del PT.
Hasta el actual presidente de Brasil, Michel Temer, fue
acusado de corrupción y obstrucción de la justicia por la fiscalía de su país,
pese a lo cual el Congreso evitó que pudiera ser juzgado y separado del cargo.
Temer logró esto repartiendo cientos de millones de
dólares del presupuesto federal para aprobar proyectos y demandas del Congreso,
donde buena parte de sus miembros también tiene o ha tenido problemas con la
justicia.
Temer rechaza las acusaciones en su contra, pero ha visto
caer ministros o colaboradores envueltos en denuncias de corrupción, y
permanece en la presidencia con menos de un dígito de aprobación.
Según la encuesta Latinobarómetro 2017, Brasil es el país
de la región donde el gobierno tiene la aprobación más baja y la democracia
reúne el menor nivel de satisfacción popular.
Y ante la falta de líderes políticos nuevos y limpios que
surjan como alternativa, muchos electores brasileños parecen considerar a Lula
como una opción todavía atractiva.
"Como creen que todos los políticos son corruptos,
continúan votando por Lula porque Lula, a pesar de ser corrupto, mejoró sus
vidas", explicó Alberto Carlos Almeida, un experto en opinión pública en
Brasil, tras el fallo en primera instancia contra el expresidente.
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