Ricardo Rojas-Rondón 31 de marzo de 2018
Mientras
los grandes medios internacionales reportan la noticia del trágico motín, los
medios tradicionales venezolanos guardan silencio o se limitan a informar
superficialmente.
En la
madrugada de este miércoles (28.03.2018), al menos 68 personas perdieron la
vida en la Comandancia de la Policía de Carabobo, un centro de reclusión
temporal ubicado en el estado central venezolano del mismo nombre. La cifra fue
confirmada por la Fiscalía venezolana, la cual detalló que las muertes se
debieron a un presunto incendio y que de las víctimas 66 eran hombres y dos
mujeres, todos visitantes.
Los
medios locales reportaron sobre el accidente de maneras distintas debido a que
acostumbran ser muy cautelosos cuando se trata de reportar sobre temas que el
Gobierno chavista considera delicados, especialmente en las áreas de economía y
criminalidad, en un país donde los índices delictivos, especialmente los
relacionados a homicidios y secuestros, están entre los más altos del mundo y
donde la tasa de inflación es una de las más altas.
La
estatal Agencia Venezolana de Noticias (AVN), por ejemplo, solo publicó un
corto texto de tres párrafos y dos líneas que refiere lo informado por el
fiscal general Tarek William Saab en su cuenta de Twitter. Dos de los tres
párrafos son tuits de Saab y solo uno resume escuetamente lo ocurrido. Esta
misma breve información de AVN fue reproducida por medios oficialistas
comoCorreo del Orinoco. De hecho, la agencia no tiene en su portal una sección
de crímenes, como tradicionalmente tienen los medios venezolanos.
Por
otro lado, el diario "El Nacional", el único medio impreso de
oposición de distribución nacional del país, publicó en su página web la
noticia de los 68 fallecidos, pero se limitó a reproducir textualmente una
breve nota de la agencia española de noticias EFE que hace un recuento de los
motines ocurridos en Venezuela desde 1992. "Durante el gobierno de Nicolás
Maduro han ocurrido al menos cuatro motines, sin embargo el de la Comandancia
de PoliCarabobo presentó la cifra más alta de vidas perdidas", indica el
texto. Antes, el diario solo había reportado cinco fallecidos como resultado
del motín.
En una
nota adicional, "El Nacional" incluye un corto testimonio del director
de la ONG Una Ventana a la Libertad, Carlos Nieto, quien declaró que el suceso
"no es una situación aislada" debido a que "todas las comisarías
de policía de Venezuela están viviendo condiciones iguales o peores de
hacinamiento, falta de alimentos y enfermedades". Sin embargo, el artículo
es superficial.
"El
Nacional" también ofreció en su web una nota en la que el diputado de la
Asamblea Nacional Juan Miguel Matheus afirma que son 78 los fallecidos, pero es
solo una reproducción de un artículo del diario regional "El
Carabobeño", el cual está ahora presente en el país solo en forma digital
desde la desaparición de su versión impresa en marzo de 2016, luego de 82 años
en circulación, debido a la falta de papel periódico para producir sus ejemplares.
"El
Universal", uno de los diarios más antiguos de Venezuela, que fue vendido
en 2014 a un "consorcio español" y cuya línea editorial cambió de
crítica con el Gobierno a moderada, reprodujo en su página web la nota de EFE
al igual que "El Nacional". Una segunda nota de "El
Universal" en su página web es asimismo la reproducción de un artículo de
EFE.
¿Cómo
se explica que dos de los diarios nacionales más antiguos de Venezuela no
produzcan información propia y relevante sobre un suceso como este y se limiten
a publicar solo lo que una agencia internacional de noticias reporta?
Según
el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP) 69 medios fueron
cerrados en Venezuela solo en 2017. También el año pasado, la Comisión Nacional
de Telecomunicaciones (Conatel) prohibió a las compañías de televisión por
cable ofrecer la señal de medios internacionales como CNN en español, Caracol
TV y RCN. Otros, como Infobae y NTN24 han corrido la misma suerte.
El
trágico evento de Carabobo, además de enlutar a familias y revelar las
infrahumanas condiciones en las que se encuentran los centros de reclusión
venezolanos, sirve también para demostrar cómo la censura y la autocensura le
han dado forma al panorama de medios del país caribeño y a su vez limitado la
libertad de prensa y expresión que caracteriza a las democracias del mundo.
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