Por Piero Trepiccione
Dos
acontecimientos hemisféricos están llamando poderosamente la atención
en las últimas semanas. En primer lugar, las decenas
de asesinatos ocurridos en Nicaragua en el marco de las
protestas antigubernamentales contra Daniel Ortega, que han enlutado a
cientos de hogares y han generado acciones represivas desde
el Gobierno a un sinfín de líderes sociales y religiosos
con la consiguiente condena internacional. La inestabilidad nicaragüense se
acrecienta día a día por el retorno a formas que coliden con la barbarie,
cuyo único objetivo es mantener el poder a toda costa a un hombre que ha estado
vinculado a él durante los últimos 30 años.
En segundo lugar,
las elecciones mexicanas siempre están en el centro de la
noticia continental por la
importancia geopolítica y económica de este país. Ahora
nuevamente se repite la historia, y además, se le agrega el ingrediente de
la ventaja porcentual que ha logrado Andrés Manuel López
Obrador sobre sus contendientes que, de mantenerse, le adjudicarán una
contundente victoria que añade nuevos elementos discursivos y
fácticos en la posición que México tendrá en relación a Estados
Unidos y el resto del continente. Lo que ocurra en las próximas semanas en
México y Nicaragua tendrá sin duda impactos en el eje configurado
entre Cuba y Venezuela para abordar la política global.
Daniel Ortega promotor de
la revolución sandinista siempre ha sido un aliado fundamental
de Cuba. En los foros hemisféricos y mundiales así lo ha dejado saber sin
ningún disimulo. Aunque su posición con respecto al manejo de la economía es
muy pragmática y se ha entendido con los empresarios locales y globales sin ningún
problema, su dependencia con Venezuela ha sido muy elevada. Con la
geopolítica petrolera, primero Chávez y luego Maduro han
apoyado con financiamiento y subsidios a Nicaragua lo que permite el
apuntalamiento de Ortega y mantener su esquema populista. Con el cambio de
la situación económica venezolana y la complejización de su política
interna, el mandatario nicaragüense resiente el apoyo y se
resquebraja su férreo control interno por lo que ha acudido a la dura represión
para sobrevivir. En este caso como vemos, puede haber incidencias desde y hacia
el eje Cuba-Venezuela.
Una eventual victoria
de AMLO en México sin duda alguna cambiaría la
posición diplomática de este país con respecto al eje Cuba-Venezuela.
En el periodo presidencial de Peña Nieto que llega a su fin,
la diplomacia mexicanaestuvo muy activa en relación al caso Venezuela
alineada con la mayoría de los países de la región que no reconocen
las últimas elecciones presidencialesdel pasado 20 de mayo. Es conocida la
admiración de López Obrador por Fidel y Raúl Castro. Esto pudiera influir
en la posición que el Gobierno mexicano asuma en los próximos meses. Aunque
algunos analistas consideran que no será un cambio radical lo más
probable es que se baje el tono con relación al eje Cuba-Venezuela. Esto habrá
que monitorearlo día a día, porque la complejidad de la relación México-Estados
Unidos en este momento histórico y su particular situación interna, harán que
AMLO tenga que demostrar su capacidad de negociación política.
En todo caso, el tablero
continental se sigue moviendo y las acciones desplegadas por el eje
Cuba-Venezuela para tratar de recuperar espacios de influencia geopolítica se
seguirán afectando por la grave crisis económica que limita en gran
medida, las posibilidades de activar apoyos políticos en la OEA y en
una Celac prácticamente disminuida. China aunque apuesta
por aumentar su influencia en la región, hasta ahora lo hace desde un punto de
vista estrictamente económico y no está dispuesta -al menos por ahora-
financiar a pérdida procesos políticos. Rusia, por su parte, que si juega
duro en lo político, no tiene capacidad económica para
promover alianzas desde la financiación de esquemas populistas. En
ese sentido, el eje Cuba-Venezuela depende casi exclusivamente de las finanzas
venezolanas que están muy limitadas y golpeadas por el desmadre petrolero.
Las consecuencias las seguiremos viendo.
01-07-18
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