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domingo, 24 de marzo de 2019

La Fractura por @polis360


Por Piero Trepiccione


Ante el complicado cuadro político, diplomático, económico y social que presenta Venezuela en estos momentos, la interrogante más crucial que resulta es ¿podrá Nicolás Maduro evitar la fractura de su gobierno en las circunstancias actuales? porque leyendo la realidad y la caracterización del ciclo político asociado a la revolución bolivariana, las señales son extremadamente claras y se han venido apreciando con más fuerza durante las últimas semanas.

Cada día surgen voces más altisonantes cuestionando la legitimidad del nuevo mandatopresidencial de Maduro. Han venido presentándose desde factores asociados al llamado “gran polo patriótico” como también al mundo militar y policial mostrando evidencias contundentes de actuaciones oscuras en materia de derechos humanos y corrupción generalizada que han exacerbado aún más el clima de opinión pública nacional que ya de por sí, venía siendo de un elevado descontento hacia lo que representa el modelo económico-político actual. Esto complica aún más los niveles de gobernabilidad del país y las posibilidades de maniobra política de Maduro y tiende a debilitar toda la estructura narrativa que soporta comunicacionalmente su gobierno.

Frente a ello, Maduro se ha venido atrincherando aún más y en consecuencia, su aislamiento y señales de debilidad van creciendo a pasos agigantados. Por tanto, las tendencias hacia la fractura institucional que pueda abrir nuevas posibilidades políticas de cara a una transición, se hacen más fuertes. Ninguna negociación planteada desde las agencias internacionales y la plataforma opositora en el país, coloca la posibilidad que Maduro pueda permanecer en el poder. Todas, en cambio, contemplan el escenario electoral donde todos los factores políticos puedan competir libremente –incluído él-  y con observación externa pero sin la posibilidad de hacerlas con Maduro en el ejercicio del poder visto su violación constante y reiterada de los principios de la democracia desde las instituciones.


Propiciar la fractura

Aun cuando los controles políticos, policiales y de inteligencia en general, dan cuenta de un seguimiento constante de los efectivos militares, el descontento ha ido rompiéndolos y abriendo posibilidades de consolidar esa fractura de la coalición gobernante que permita reabrir el juego de opciones de cara a una transición en el corto plazo.

Las fracturas políticas y militares son imposibles de evitar cuando la respuesta es cerrarse. Cuando no se da cauce natural al descontento popular y no se diluyen los factores de perturbación ciudadana y social que deterioran rápidamente las condiciones socioeconómicas de la población. Cuando te conviertes en un generador de problemas migratorios para la región y eres incapaz de tomar medidas drásticas en materia económica porque eres prisionero de un discurso. Maduro ha hecho todo esto y más. Su empecinamiento de aferrarse al poder a como dé lugar ha arrastrado a la población de su país a unas condiciones de empobrecimiento generalizado como no se había visto antes, en esta nación  petrolera desde hace un poco más de un siglo.

En política, los fenómenos de ruptura son indetenibles cuando quien gobierna no permite la oxigenación del sistema político. En Venezuela, durante los últimos 20 años ha sido imposible mover un ápice la forma de manejar las instituciones de una manera unipersonal y concentrada en los lineamientos del poder ejecutivo. Tan solo en 2015 se dio la posibilidad de cambiar ese esquema con  una Asamblea Nacional mayoritariamente opositora. Pero Maduro y sus partidarios más cercanos, prefirieron irse por las ramas y saltarse el control legislativo. Con ello, dieron la estocada final que nos trajeron hasta estas aguas que hoy presagian la fractura.

24-03-19

http://efectococuyo.com/opinion/la-fractura/


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