Carlos Zapata 17 de marzo de 2019
Los prelados venezolanos lamentaron la
pérdida “casi total” de calidad de vida en la nación sudamericana e hicieron
votos porque la Cuaresma, que significa paso, marque el camino para avanzar
hacia una Venezuela que no dé lástima sino alegría
Obispos
de todo el país emitieron comunicados desde sus regiones en condena a la
negligencia e inacción del gobierno de Nicolás Maduro, tras el apagón que
mantuvo sin luz a Venezuela durante una semana y que aún genera graves secuelas
en toda la nación.
En los
mensajes enviados a Aleteia, en los cuales la Iglesia Católica hace un análisis
global de cada zona, ha habido pronunciamientos desde la frontera que desnudan
la compleja realidad de esas comunidades.
Un
caso particular es el del Vicariato Apostólico del Caroní, porque se encuentra
en una región limítrofe con Santa Elena de Uairén, en *Brasil*, donde
sucedieron los dramáticos episodios de violencia el 23 de febrero durante el
intento de ingreso de ayuda humanitaria a Venezuela.
Ese
día y el anterior se saldaron con varios muertos, principalmente de la
comunidad indígena Pemón. Pero además dos vehículos venezolanos entraron en
Brasil. En uno de ellos había una embarazada; en el otro, dos niños enfermos.
Los vehículos pasaron por la emergencia médica. Todos acudieron al hospital
Délio Tupinambá.
Desde
entonces permanece cerrada la frontera, generando graves consecuencias a ambos
lados de la vía que une a los países. Además, después del apagón, que se ha
vivido de manera diferente en cada comunidad, “hay familias a las que se les ha
acabado la comida o se les ha estropeado por falta de refrigeración y no pueden
ir a conseguir lo necesario en Pacaraima (Brasil)”.
“¿Hasta
cuándo Sr. (Nicolás) Maduro*, y señores militares que reciben órdenes de
“arriba”? ¿Qué tan arriba está ese “arriba”. ¿No es de más arriba la orden de
“Amar al prójimo, como a ti mismo”, de “hacer a los demás lo que quieres que te
hagan a ti”? ¿O está más arriba y es más importante defender una ideología y un
partido político?”, condenó la Iglesia.
El Vicario
Apostólico del Caroní, monseñor Felipe González González se solidarizó con las
víctimas y expresó su sentimiento de dolor, al tiempo que se unió a la
“angustia de los familiares de los difuntos, en un acompañamiento solidario”.
De una Venezuela triste a una Venezuela
libre
Tras
recordar que estamos en Pascua, y que esa palabra significa “paso”, señaló que
se trata de un paso de la muerte a la alegría de la nueva vida del Resucitado;
paso de la esclavitud a la libertad. *Paso de una Venezuela empobrecida,
triste, dividida, dando lástima a todo el mundo; a una Venezuela resucitada,
alegre, unida con sus diferentes matices, productiva y acogedora”.
Dijo
igualmente que aún cuando no se sabe “cuán largo y doloroso será este camino
del Calvario para llegar pronto, pasando por la Cruz, a la Gloria de la
Resurrección, no podemos eternizarnos en las lágrimas y lamentaciones al pie de
la cruz o en la soledad del sepulcro”.
Denunció
también que “no se puede camuflar y engañar haciendo creer que se está
defendiendo la Patria y la Constitución, cuando lo que se defiende, en realidad,
son los intereses partidistas de una ideología o un sistema político y otros
intereses personales”.
Por su
parte, el Vicario Apostólico de Tucupita, se confesó alarmado por los
acontecimientos derivados de la interrupción del servicio eléctrico, -la peor
en toda la historia de Venezuela- “causando sobresalto, sufrimiento, angustia e
inseguridad al pueblo a quien servimos desde el Evangelio”.
Señaló
que “se nos conmueven las entrañas viendo la indefensión y la tragedia de
tantas hermanas y tantos hermanos nuestros a quienes acompañamos y confortamos
según nuestras posibilidades”.
Lamentó
que los venezolanos estén experimentando “situaciones muy trágicas, que van más
allá de un juego político, situación que va desgastando al ser humano en lo
social, en lo anímico, en lo mental, en lo moral y en lo espiritual”.
“Se
violenta el concepto de lo humano”
Dijo
además que *en Venezuela “hay un colapso total de todo aquello que permite
vivir con calidad*: los servicios públicos no funcionan, las instituciones
están secuestradas, la corrupción reina descaradamente y no hay control social
de los planes administrativos”.
“Todo
son promesas que se transforman en retórica política mientras el pueblo se
muere de hambre, sed, penuria, falta de medicamentos, deterioro creciente de
los centros de salud y asistenciales”. Lamentó que la merma de la crisis
nacional “nos ha sumergido en un mar de deterioro que no solo violenta los
derechos humanos, sino el concepto de lo humano”.
No
obstante, reiteró que *“no podemos caer en la trampa del desaliento*, de la
angustia, del ‘ya pa’ qué’. (Pues) cada uno desde su realidad es protagonista
del cambio que anhelamos. No podemos decir: ‘Que lo haga el otro’. Mi parte es
importante. Los dos pescaditos y los cinco panes eran insignificantes para dar
de comer ‘a tanta gente’, pero fueron suficientes y sobró”.
Hay
que cambiar al “técnico”, Nicolás Maduro
El
prelado comparó el caso venezolano con los equipos de fútbol y sus resultados,
advirtiendo que “cuando un equipo bueno no gana los partidos, responsabilizan
al entrenador y éste tiene dos opciones: o cambia de tácticas de juego, o le
cambian a él”.
“Venezuela
tiene un gran equipo: cualidades humanas y riquezas naturales, pero ha perdido
muchos partidos: falta de alimentos, de medicinas, empresas quebradas e
improductivas, colapso en los sistemas públicos, separación, conflicto y hasta
odio, en ocasiones, entre los jugadores, (ciudadanos). El presidente del club,
el pueblo, debe exigir y exige: o el cambio de táctica política, o el cambio
del preparador técnico”, dijo en referencia a Nicolás Maduro, calificado por la
Asamblea Nacional como usurpador tras iniciar un nuevo mandato presidencial
basado en resultados fraudulentos y desconocidos por la mayor parte de la
comunidad internacional.
En
Venezuela los militares “juegan” a la política
El
Vicario Apostólico de Tucupita exigió al Gobierno “socorrer a la población más
vulnerable” y recordó que *la Iglesia Católica “seguirá sirviendo al pueblo de
Dios. Le acompañará en esta desventura. Seguirá sufriendo y caminando juntos.
El Gobierno debe dar paso a una nueva forma de hacer política con personas
idóneas, capacitadas y éticas”.
Sostuvo
además que “los militares deben dejar de jugar a políticos” y ponerse “al lado
del pueblo. ¡Dejen de reprimir! *La solidaridad y la caridad en la verdad deben
ser los ejercicios de toda comunidad eclesial”.
Estamos en Tiempo de Cuaresma... Como lo entiendo,tiempo de preparación para la Pascua del Señor.
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