Carlos Végh, economista jefe del BM para América Latina y el Caribe, en Washington |
Alina DIESTE 07 de abril de 2019
El Banco Mundial evalúa un plan para
atender la pobreza en Venezuela en el marco de un programa amplio de
recuperación económica del país “cuando las circunstancias se den”, dijo Carlos
Végh, economista jefe del BM para América Latina y el Caribe.
A
continuación, un resumen de la conversación que Végh sostuvo con la AFP tras la
difusión esta semana del último informe semestral del BM para la región, que
señala una “implosión” económica en la otrora potencia petrolera:
Pregunta: El informe estima una
contracción del PIB en Venezuela de 25% para este año, con una caída acumulada
de 60% desde 2013. ¿Qué prevé hacer el BM?
Respuesta:
El Banco cerró sus oficinas en Caracas en 2009, pero sigue de cerca la
situación venezolana, explorando alternativas y formulando posibles planes. Un
plan de recuperación para Venezuela tendría tres pilares: (1) combatir la
inflación y estabilizar la macroeconomía, lo cual estaría a cargo del Fondo (Monetario
Internacional, FMI), (2) aumentar la producción de petróleo, que cayó a la
mitad desde 2014, y (3) atender el área social, que es donde participaría el
Banco Mundial junto a otros organismos, como el Fondo, el BID (Banco
Interamericano de Desarrollo), y posiblemente la CAF (el Banco de Desarrollo de
América Latina). Para el Banco, las prioridades serían combatir la pobreza, que
estimamos en 90%, y abordar la falta de comida y medicamentos. Estos planes no
están aún confirmados y son para aplicar cuando las circunstancias se den.
¿Cuándo será eso? No se sabe.
P: ¿Cuánto dinero se necesitará para
ayudar a Venezuela?
R: Es
muy difícil estimar, pero van a ser decenas de miles de millones de dólares.
P: Este año se prevé una tasa
inflacionaria anual de 10.000.000%. ¿Cuánto tiempo llevará recuperar la
economía?
R:
Ojalá pudiéramos saberlo. Ayudar a eliminar el déficit fiscal, y por lo tanto
la hiperinflación, será lo más rápido. Mejorar la producción de crudo va a ser
un poco más lento, porque (la estatal petrolera) PDVSA ha sufrido de falta de
mantenimiento y capacidad técnica. Atender lo social quizás será lo que demore
más, porque la crisis humanitaria y social no tiene precedentes en la historia
moderna de la región.
P: El informe señala “políticas altamente
distorsivas” y “mala gestión en general”.
R:
Venezuela adoptó, empezando por (Hugo) Chávez (entre 1999 y 2013) y después con
(Nicolás) Maduro, un modelo de desarrollo que claramente no funcionó y que
estuvo a cargo de gente que no estaba capacitada para cumplir con las funciones
básicas del Estado. Venezuela tiene las reservas petroleras comprobadas más
importantes del mundo, y PDVSA, que siempre fue un pilar fundamental, se
desmoronó. Venezuela es un ejemplo a no seguir.
P: ¿Aplicar sanciones complica más el
panorama?
R: No
voy a comentar sobre eso porque es un tema político.
P: Esta semana el principal asesor
económico de la Casa Blanca, Larry Kudlow, dijo que Estados Unidos prevé
inyectar dólares en Venezuela si el presidente Nicolás Maduro deja el poder.
¿Se está pensando dolarizar Venezuela?
R: Yo
no dolarizaría. El 95% de las hiperinflaciones se solucionaron eliminando el
déficit fiscal con ayuda financiera, y estableciendo un tipo de cambio fijo del
dólar a la moneda doméstica por un plazo establecido, que luego se puede
flexibilizar.
P: Argentina entra en su segundo año de
recesión y hay elecciones en octubre. ¿Qué se puede esperar?
R:
Confiamos en que se cumplirá la meta de déficit fiscal cero para este año, y
por eso proyectamos un crecimiento de 2,9% para 2020. Es inevitable que la
economía se contraiga cuando un país se ve obligado a imponer una política
fiscal y monetaria muy restrictiva a consecuencia de una crisis financiera y
cambiaria, como la que empezó en Argentina en abril de 2018. Por eso vemos
estos números rojos. Pero el gobierno se ha preocupado mucho de implementar
programas sociales para proteger a los más vulnerables y creo que están
funcionando bien.
P: ¿Por qué entonces hay tantos reclamos
en Argentina?
R: Si
el Fondo no hubiera apoyado a Argentina con 57.000 millones de dólares, la
alternativa hubiera sido un ‘default’ al estilo convertibilidad en 2001 y eso
hubiera sido mucho, mucho peor. Si bien es cierto que estos ajustes fiscales
tienen un costo social que se trata de ayudar a minimizar, son inevitables
porque la alternativa es peor. Tampoco nos olvidemos de la situación pésima de
la economía que se encontró la administración Macri.
P: ¿Otro ejemplo a no seguir?
R:
Otro ejemplo a no seguir. Es la prociclicalidad fiscal que se llevó a cabo en
Venezuela, en Ecuador, en Brasil. Un principio cardinal de las finanzas
públicas es ahorrar en las épocas buenas para cuando vengan las malas. Eso en
general no se hizo en la región en la Década de Oro (2003-2013) por el auge de
las materias primas. Y se están pagando las consecuencias.
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