Por Ing Eduardo Páez
Pumar,
Boletín 162, 16/01/2014
Durante los últimos
años, hemos vivido estrategias electorales dirigidas a la distracción de las
necesidades reales del país, en las que el gobierno juega al manejo de la
memoria de corto plazo del venezolano. Cada vez que los niveles de popularidad
del presidente caen, surge una nueva estrategia de manejo de la opinión
pública, que permite desviar la opinión del electorado a través de ofertas
engañosas y planes de corto plazo, los cuales a la larga, lo que logran es una
destrucción cada vez mayor de la economía venezolana.
Estas estrategias se
hacen más eficientes en la medida en la que existe mayor control de los medios
de comunicación y en la medida en la que la información sobre el tema esté más restringida.
En las últimas semanas
hemos visto como se destruye la economía nacional, con el único fin de ganar
las elecciones municipales y evitar el efecto referendario de las mismas. En este
caso el ataque fue dirigido, sin ningún tipo de contemplaciones, contra el
sector comercial, afectando a minoristas, mayoristas y distribuidores privados.
Inicialmente fueron
afectadas las tiendas de electrodomésticos, pero posteriormente, gracias a las
visitas realizadas a comercios en todo el país por funcionarios de Indepabis, Sundecop
y otros entes públicos, ordenando rebajas de precios entre 25% y 70%, miles de venezolanos
han hecho cola en las puertas de las tiendas para comprar electrodomésticos, ropa,
juguetes y otros bienes de consumo a precios menores a su costo de reposición.
Por intermedio de las
redes sociales sabemos que se han producido saqueos a las tiendas en distintas
partes del país; saqueos que no han sido reportados por los medios de comunicación.
A futuro veremos muchos
de los comercios pequeños cerrados y los comercios grandes que puedan abrir sus
puertas en enero, estarán con las estanterías vacías y plantas completas
clausuradas por la imposibilidad de reponer el inventario. La consecuencia directa
será un mayor desempleo a nivel nacional y buhoneros por todas partes, revendiendo
los objetos producto de los saqueos y de las compras nerviosas. Subirá la tasa de
informalidad del sector comercial y aumentará la precariedad del empleo en el
país.
El mensaje manejado por
el gobierno, indicando que los comerciantes son especuladores y que el gobierno
protege al pueblo para que pueda adquirir las mercancías a un precio justo, pareciera
que pudiera dar buen resultado en cuanto a la preferencia de los votantes. La gente
con su memoria de corto plazo, se ha olvidado que la inflación de Venezuela es
una de las más altas del mundo y que estos comerciantes se han visto obligados
a adquirir la mercancía con dólares del mercado negro, por la falta de dólares
de un mercado formal prácticamente inexistente.
Esperamos que en las
próximas dos semanas, los venezolanos recuperen la memoria y pisen tierra firme
con el equilibrio necesario para que el 8D el voto sea un voto consciente y no
perturbado por manipulaciones puntuales, sin ninguna ética, aplicando con habilidad
los principios políticos de Maquiavelo de que “el fin justifica los medios”.
Con nuestro voto podemos impedir la destrucción económica y social de Venezuela.
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