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martes, 28 de enero de 2014

Venezuela y la oposición de dos caras, @TomasHHR


Por Tomas Horacio Hernández, 26/01/2014

Pareciera obvio afirmar que Venezuela está divida en prácticamente dos mitades: oficialistas y opositores. El Gobierno se ha encargado de polarizar el país a través de un discurso agresivo y ofensivo y hoy por hoy el resentimiento entre estas mitades es cada vez más preocupante. Sin embargo, mi intención no es hablar de lo obvio. Mi intención es hablar de la situación de los nuestros, los opositores. La oposición venezolana tiene distintos matices y es una tarea bien complicada el tratar de clasificarla objetivamente. Digamos que, a efectos del artículo, hay dos tipos de opositores: a los que no les está yendo muy bien, y los que están surfeando la crisis y en consecuencia les va muy bien.

Son pocas las personas que viven de un salario en Venezuela y pueden decir que viven cómodos. Y la razón es simple, el dólar paralelo (ya entiendo que se puede nombrar porque hasta del permuta se habla) cada vez está más caro y esto hace que nuestro sueldo se vuelva sal y agua. Pasan los días y perdemos cada vez más rápido nuestra capacidad de ahorro, dedicamos los mejores años de nuestras vidas a un país que no necesariamente agradecerá nuestro esfuerzo, y mientras el país se cae a pedazos las conversaciones de la sobremesa se centran en el cupo de Cadivi a Miami. Es lamentable la realidad para esta mitad de los opositores porque además de tener que sobrevivir la pesadilla económica nos tenemos que enfrentar a unos ñangaras trasnochados que hablan de Venezuela como si fuera la Unión Soviética.

Ahora bien, por otro lado existe un porcentaje considerable de opositores que les está yendo bien. Están los empresarios y comerciantes serios y honestos que llevan tiempo trabajando y la vida les sonríe (mis respetos y aplausos a ese grupo), y están por supuestos los de la moral distraída. Los opositores de la moral distraída son bien particulares porque son aquellos que coquetean con el Gobierno y con muchos de sus funcionarios pillos, pero a puerta cerrada niegan cualquier vínculo con el Gobierno. Es decir estos señores, avalan de cierta manera, ya sea por participación directa o indirecta, el desangramiento del país, pero cuando uno los enfrenta cara a cara niegan cualquier acción que los dejen mal parado.

Clasificar a todos los opositores es una tarea muy atrevida y objetivamente imposible tal como mencioné previamente, pero me llama la atención la falta de sanción moral que poco a poco está invadiendo a ambas mitades. No importa si el opositor es una persona radical, moderado y hasta objetivo, basta que le digan que puede disfrutar de una fiesta o bienes de manera gratuita y éste ni por casualidad cuestiona de dónde salieron esos reales.

No estoy diciendo con esto que uno deba caminar por la vida preguntándose qué hace cada persona con su trabajo, lo que sí digo es que los casos de los enchufados y pillos en nuestros país son cada vez más conocidos y aun así nos hacemos la vista gorda. En pocas palabras y parafraseando a un creativo twitero, si Harry Potter fuese venezolano hablaríamos muy mal de Voldemort pero tranquilamente iríamos a su fiesta.

Para cambiar el rumbo de nuestro país nos hace falta mucho más que un cambio de Gobierno...

http://www.eluniversal.com/opinion/140126/venezuela-y-la-oposicion-de-dos-caras

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