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lunes, 27 de enero de 2014

Vivir sobreviviendo

Henrique Capriles 26 de enero de 2014

El modelo económico que hoy tenemos en Venezuela no funciona y un indicador de esto es la inflación, que el año pasado cerró en 56%. Esa cifra nos dice que las políticas económicas que el gobierno central ha tomado han fracasado. Todos los países van hacia adelante y nosotros hacia atrás, países que no cuentan con los recursos petroleros que tiene nuestro país.

¿Y cómo puede avanzar nuestro país si tenemos un Estado que siempre esta amenazando? Ningún país atrae inversión de esta manera y no se genera empleo. Mientras tanto vemos cómo cada día hay más personas en las calles vendiendo para sobrevivir. ¿Cómo se construye un país donde los docentes abandonan las aulas de clase para vender en una esquina porque vendiendo ganan más para sobrevivir?

Es que la inflación golpea a todo el mundo, especialmente al más pobre. Arrancando el año el ingreso de los venezolanos perdió un 56% de su capacidad gracias a la inflación. Y esta semana nos anunciaron una nueva devaluación. Aquí maquillan y le cambian el nombre a todo, pero no es lo mismo Juana que su hermana. El establecimiento de un control cambiario a través de bandas, como lo anunciaron este miércoles, efectivamente constituye una nueva devaluación.

Recordemos que en 1998, cuando Hugo Chávez llegó al poder, la tasa de cambio del bolívar con respecto al dólar estaba alrededor de los 570 bolívares el dólar. En los siguientes años el dólar se movió alrededor de esa tasa, pero en el 2002 se disparó y cerró por encima de los 1.380 bolívares por dólar. Por lo que en 2003 crearon Cadivi para controlar el cambio de divisas . Desde entonces la tasa de cambio fue en aumento y en el año 2010 tras hacer la reconversión de la moneda (eliminándole los tres ceros) y surgir el supuesto bolívar fuerte, se llevó la tasa de cambio del dólar a 4,30 bolívares fuertes (es decir, 4.300 bolívares de antes). En el 2013 el gobierno central devaluó la moneda al anunciar la tasa de cambio del dólar a 6,30 bolívares fuertes. Y ahora en 2014 anuncian que habrá una tasa preferencial a 6,30 bolívares el dólar (pero no indican para qué o para quienes) y la gran mayoría pasa al Sicad, que es una subasta que ha rondado los 11,3 bolívares el dólar. Como dije, sin duda nueva devaluación.

En los 15 años que lleva este gobierno en el poder, se ha devaluado el bolívar casi un 2000%. Los dólares ya no alcanzan y dependemos de las importaciones, en un gobierno que habla de nacionalismo y lo que hicieron fue destruir la producción nacional.

Algo está haciendo mal este gobierno, y como consecuencia de eso las necesidades básicas del pueblo no se pueden satisfacer. Las dos palabras que más se repiten hoy en los establecimientos es: “No hay”. Uno tiene que visitar varios establecimientos para poder comprar lo que necesitamos. Ahora te llaman es para decirte donde hay los productos que necesitas y cuando llegas al sitio muchas veces ya no hay.

La clave de todo para que este país avance es aferrase a la verdad. Si quienes están en el poder siguen cayéndose a mentira no vamos a resolver la crisis. Hay que salir de las trincheras y dejar a un lado las posturas partidistas.

Este es una año crucial en materia económica en nuestro país y no veo ninguna señal que indique un cambio en la vía que está llevando que nos haga salir de la crisis que estamos viviendo. No es con censura que se va a cambiar la realidad. Si en este año no hay un cambio en el modelo económico va haber más escasez, inflación y desabastecimiento. Y para que este modelo cambie, hay que cambiar al gobierno. En Venezuela tenemos el talento para exportar.

El Estado debe estar al servicio del pueblo y no al revés, como ellos quieren hacerlo creer. Hoy la intención pareciera que es que todos estamos al servicio del Estado y el Estado es todo. No creemos en ese modelo.

Nosotros creemos en el emprendimiento. Nosotros creemos que los motores de la economía son las personas, y que hay que darles las herramientas, capacitarlos y desarrollar su potencial para convertir a cada hombre y a cada mujer en un emprendedor, y así el día de mañana los emprendedores serán los grande generadores de empleo, no el Estado. El Estado impulsa pero no se convierte en el dueño de todo.

Gobernar significa ser un servidor público, significa hacer todo lo posible para que la vida de nuestro pueblo sea mejor, y eso dista mucho de lo que vivimos hoy los venezolanos. Lo más preocupante es la incapacidad de quienes se han perpetuado en el poder durante estos 15 años de entender que nadie tiene todas las respuestas y que creerse superiores no va a lograr que salgamos del laberinto en el que estamos metidos.
Venezuela necesita el reconocimiento de todos y el respeto a las diferencias para poder superar entre todos la crisis que estamos viviendo. Ojalá podamos entender aquello de que con el sudor de mi frente y no con la sangre de mi enemigo.

Los venezolanos nos merecemos mucho más que frases trasnochadas y experiencias fracasadas, y es nuestro deber como líderes evitar que nos acostumbremos al caos, la intolerancia, las colas, la escasez, la corrupción y la muerte. Es hora de que aprendamos de los errores y los aciertos, y comencemos a lograr el progreso que merecemos. ¡Que Dios los bendiga!


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