Economista Jesús Alexis González,
16/01/2014
A partir del momento cuando Venezuela
planteó en 2005 durante el Foro Social de Porto Alegre la construcción del
socialismo del siglo XXI, el Gobierno Nacional se propuso la sustitución del
sistema de mercado como mecanismo de organización económica de los factores de
producción, en conjunto con la planificación centralizada de las principales
variables, tanto macroeconómicas, (qué, cuánto y cómo distribuir lo producido;
tasa de inversión; eliminación de la mercancía, etc.), como de las
microeconómicas (jornada de trabajo; salario; control sindical, etc.). El argumento
que sostienen en lo atinente a la eliminación del mercado, está ligado a la
afirmación que en el modelo de producción capitalista no se produce para satisfacer
las necesidades humanas (y lograr la felicidad de las personas) sino para
producir ganancias a las clases dominantes; para lo cual, señalan, transforman
dichas necesidades humanas en mercancía facilitando una discriminación que sólo
el Estado, mediante un socialismo de mercado (Oscar Lange, 1930!!), puede
garantizar su digna satisfacción al impedirles, por una parte, se conviertan en
simples consumidores de mercancías, y por otra, evitando la explotación
prolongada de los trabajadores a través de la apropiación de su esfuerzo físico
e intelectual al no producir para sí mismos (¿?).
A tenor de esa línea de pensamiento
rechazan el modelo capitalista por considerarlo generador de desigualdades,
habida cuenta, indican, que los propietarios de los medios de producción y del
capital acumulan riquezas y disfrutan de bienes y servicios óptimos y lujosos.
Afirman de igual modo, que el capitalismo es inherente al imperialismo ante la
necesidad de anexión de territorios como fuente de recursos naturales, apoyándose
en el armamentismo, la guerra y la muerte (¿en el siglo XXI?).
El Gobierno Nacional, en tal entorno
conceptual, impulsa la creación de Comunas como entidades locales con ámbito
geográfico propio a efectos de promover políticas de Estado en materia económica,
social, cultural, defensa, entre otras; teniendo como norte la agregación de
varias Comunas en aras de fundar Ciudades Comunales con obvia orientación
socialista. En estas Ciudades Comunales socialistas, se proponen instrumentar
la participación comunitaria por intermedio del autogobierno en procura de
alcanzar la independencia alimentaria y diversificación económica a fin de
motorizar un crecimiento y progreso del país a la luz del fortalecimiento de la
economía nacional (¿?).
Es de señalar, que la actividad
planificadora de la Comuna se ejerce a través del Plan Comunal de Desarrollo
bajo la coordinación del Consejo de Planificación Comunal, en función de la
definición de proyectos, objetivos, metas, acciones y recursos vinculados con
el Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación, con el Plan Regional de
Desarrollo y por lo dispuesto por el Consejo Federal de Gobierno. Es claro,
desde nuestro parecer, que instrumentar el espíritu y propósito aspirado en lo
particular para las Ciudades Comunales socialistas y en general para el Estado
Comunal, obligará a partir de 2014 a un ejercicio en el sector gubernamental
dentro del campo político-partidista donde prive el entendimiento nacional y se
respete la pluralidad ideológica constitucional, habida cuenta que el resultado
de las elecciones del pasado 8-D mostró (aparte de la ratificación de la
existencia de dos visiones de país) que las oposiciones tendrán una importante
participación cuali-cuantitativa a nivel municipal como mínima unidad política-territorial.
En fin, y desde un
ángulo complementario, podemos inferir que la actual indeseable situación
económica venezolana es el resultado de la aplicación descontextualizada de
obsoletos principios y postulados.
Econ. Jesús Alexis González
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