LUDMILA VINOGRADOFF Día 20 de enero de 2014
La inseguridad, la crisis
económica y la deriva del chavismo están dejando al país huérfano de jóvenes
profesionales
En los últimos quince años, más de un
millón de venezolanos se han marchado del país petrolero. La deriva del
chavismo, la crisis económica y una violencia sin fin están acelerando los planes
de ciudadanos de clase media para emigrar al extranjero lo antes posible. La
clase alta comenzó a marcharse hace años. Las cifras de la inseguridad son
espeluznantes. Cada veinte minutos matan a una persona en Venezuela. El año
2013 terminó con 25.000 asesinatos, según el Observatorio Venezolano de
Violencia.
El país se está quedando sin sus
hijos, especialmente los jóvenes profesionales de clase media. Al menos 143.000
venezolanos, muchos de ellos universitarios, se marcharon del país entre 2005 y
2010 en busca de un futuro profesional y mayor seguridad en Estados Unidos o
España, según un reciente informe de la Universidad Católica Andrés Bello de
Caracas.
Heredero
de una papelera
Un joven empresario —heredero de una
pujante industria de papel y cartón, que pidió guardar el anonimato para evitar
las represalias del Gobierno contra su familia— desea abandonar Venezuela por
la creciente criminalidad, que coloca al país entre los cinco más violentos del
mundo. Pero no se atreve de dar el paso por el profundo afecto que siente por
su tierra natal.
Sus padres lo enviaron a estudiar a
los mejores colegios de EE.UU. Al regresar a Caracas, como miembro de la
tercera generación, tuvo que ponerse al frente de la moderna papelera familiar.
Pero el Ejecutivo ya le ha puesto el ojo a la compañía y, si se descuida,
también las manos por la vía de la confiscación a causa de la escasez de papel
higiénico.
La amenaza de que le expropien la
empresa es una espada de Damocles. Basta con negarle las divisas con las que
importa la materia prima para obligarle a cerrar la fábrica. El empresario se
debate entre la inseguridad jurídica y la inseguridad personal. Cuando no puede
más, explica a ABC, viaja a EE.UU., descansa un tiempo en su casa y vuelve al
trabajo en Caracas.
A la inseguridad y la crisis se suman
los ataques reiterados del presidente bolivariano, Nicolás Maduro, contra la
clase media-alta, a la que llama «burguesía pitiyanqui» y «oligarquía
apátrida». Ya quedan pocos. Han sido reemplazados por la «boliburguesía» o por
sus hijos, los «bolichicos», enriquecidos al amparo del chavismo.
El destino preferido de los emigrantes
es España, Estados Unidos, Canadá, Colombia y Australia. Venezuela fue siempre
un país receptor de inmigrantes. Ahora es al revés. En los últimos quince años
se han producido varias oleadas de éxodo de venezolanos. De ola en ola, según
se anclaba en el poder el difunto Hugo Chávez, se han marchado del país más de
un millón de venezolanos.
La actriz cómica María Elena Heredia
fue una de las primeras en marcharse, primero a Miami y luego a Los Angeles.
Durante sus últimas vacaciones en Venezuela asistió al funeral de Miss
Venezuela 2004, Mónica Spear, y de su marido, Thomas Berry, asesinados para
robarles el pasado 6 de enero. Este asesinato ha reavivado los planes para
emigrar de muchos venezolanos. «No quiero quedarme después de este horrible
crimen. La violencia se ha recrudecido durante el mandato de Maduro. No tiene
ninguna preparación para llevar las riendas del país», declara Heredia.
También la caraqueña Esmeralda
Villamizar y su esposo emigraron a Australia hace seis meses. El matrimonio
afirma que en Venezuela «ya no hay opciones para el crecimiento profesional».
A
Galicia
Un caso parecido es el de Otto
Berstein, ingeniero agrónomo de 42 años, y su esposa Gladymar, ingeniero de
recursos naturales de 34 años. Tienen dos hijos de 8 y 4 años. A pesar de que
ambos trabajan en Venezuela, están preparando los papeles para emigrar a
Galicia a causa de la inseguridad. La familia Berstein se considera de la
oposición: «No compartimos las políticas del Gobierno. Manipula la ignorancia
de los pobres dándoles una beca para que les voten, pero no hacen nada por
mejorar la sanidad y la educación. El futuro es incierto para nuestros hijos».
El consulado de España en Caracas es
el más solicitado después del estadounidense. A diario atienden a entre 1.000 y
1.200 personas que van a regularizar sus papeles de la nacionalidad y a
solicitar visados. La cola no deja de crecer tras el asesinato de Mónica Spear.
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