Manuel Felipe Sierra 05 de junio de 2015
Las inversiones extranjeras directas han
caído un 50% desde que el chavismo tomó el poder. Es fundamental reconciliarse
con la empresa privada y estimular la producción. A pesar del costo social,
económico y político que se podría generar, también es necesaria la unificación
cambiaria, opina.
Además de ser economista, se desempeña
como Secretario Juvenil Nacional de Capacitación y Doctrina de Acción
Democrática (AD). También, es reconocido como prestigioso analista del portal www.konzapata.com. En sus crónicas aborda
la coyuntura política y económica del país, así como hechos del acontecer
internacional. Éstas son sus reflexiones para los lectores de ABC de la Semana.
— Actualmente, a nivel mundial muchos
países están sometidos a caídas económicas, pero éstas tienen que ver con
desequilibrios macroeconómicos, con el disparo de la inflación o con políticas
que hay necesidad de rectificar. En este caso, nuestro país enfrenta un
problema más grave porque está en medio de una “mega crisis” que tiene
implicaciones sociales y políticas. ¿Cuál es tu opinión al respecto?
— En estos momentos el país está sumido
en una terrible decepción, se siente molestia en la gente. Aquí no hay
oportunidades para los jóvenes profesionales de poder salir adelante, no hay
oportunidades para nadie y no las hay porque el propio Gobierno nos ha
conducido a esta situación, con políticas macroeconómicas anacrónicas, de
atraso, y con una serie de controles. El Gobierno ha pretendido imponer
controles en los precios de los productos de consumo básico, primero
colocándoles topes, luego a través de la Ley Orgánica de Precios Justos,
anunciando esto como una gran panacea, pero en lugar de beneficiar a la gente
más bien la está perjudicando porque ahora muchos de esos productos o son
contrabandeados o simplemente las empresas han dejado de producir porque el
precio no satisface los costos de producción.
— Sin duda esta situación es el resultado
de una serie de políticas erradas, pero además respondería a un fenómeno
estructural de nuestra economía.
— Por supuesto, el problema de Venezuela
es absolutamente estructural y lo es porque desde el Gobierno la política
económica a nivel fiscal, monetario, cambiario (e incluso a nivel de discurso,
porque éste influye en la toma de decisiones) han generado estas
circunstancias. Estamos ante una terrible estanflación, agravada además por la
escasez. Y de cualquier manera, tome el Gobierno la salida económica que quiera
tomar, habrán consecuencias y éstas van a impactar desde el punto de vista de
la pobreza, de la inflación y del empleo.
— Este cuadro se ha agravado a lo largo
de estos años y tiene mucho que ver el rentismo del Estado, que no es un
producto del chavismo sino que es una tendencia histórica, al igual que el
volumen exagerado de importaciones que siempre se han realizado. ¿Cuáles serían
las medidas de emergencia que habrían de aplicarse para rescatar la economía?
— En un cuadro de terapia intensiva
realmente agónico, la primera medida que debe aplicar el Gobierno y que va a
tener un alto costo social, económico y político, es unificar el tipo de cambio
porque esa multiplicidad y ese diferencial que hay en Venezuela lleva a la
corrupción. Por ejemplo, el dólar a 6,30 bolívares es un tipo de cambio
simbólico y político que representa una tasa absolutamente artificial. Por
ello, el Gobierno debe hacer la unificación pero primero debe liberarlo, para
ver cuál es el precio que toma la moneda porque en este momento creo que nadie
se atrevería a decir cuál es el tipo de cambio real en Venezuela.
— Pero como tú dices, una medida de ese
tipo tendría un alto costo que requeriría de paliativos sociales.
— El Gobierno debe implementar políticas
sociales que puedan atenuar los costos que van a tener esas medidas económicas,
como por ejemplo para la protección del salario, el cual no puede protegerse si
sostenemos unas políticas atrasadas. Yo creo en la socialdemocracia, en la
economía mixta, actualmente en Acción Democrática (AD) estamos presentando por
todo el país la nueva tesis política del partido, la cual tiene una serie de
medidas nuevas a aplicarse como modelo económico y ese modelo contrasta con el
modelo chavista porque nosotros creemos que el Gobierno debe reconciliarse con
la empresa privada. Es necesario bajar el tono y la retórica a los discursos
“anti-empresa privada” porque eso influye en la inversión.
— Sobre todo para generar confianza…
— Por supuesto. En la economía hay un
tema de confianza que no se ve pero que existe, y que es fundamental a la hora
de la toma de decisiones para inversiones. Las inversiones directas
extranjeras, que son necesarias para generar empleo, oferta y disminuir la
inflación, han caído 50% desde que llegó el chavismo al poder. Hay muchas cosas
positivas de ese pasado que muchos se empeñan en negar pero que son cuestiones
absolutamente positivas que hoy no se ven, empezando por el respeto, la
confianza, la democracia, el equilibro entre los poderes públicos y una
estabilidad de la moneda, que de alguna manera mantuvimos los primeros 20 años,
pero luego con medidas erradas el país se condujo hacia una inflación
galopante. Sin embargo, Venezuela tenía un rumbo que podía rectificarse, pero
no con estas políticas que está planteando el Gobierno hoy en día, que lo que
han hecho es empobrecer a los venezolanos, además de dividirlos.
Privatización
— Es fundamental entonces una
unificación cambiaria y un estímulo a la producción, lo cual implica por
supuesto llegar a un acuerdo con el sector privado.
— Así es. Este es un Gobierno que
rechaza a la empresa privada, ellos no lo admiten pero su discurso hace creer
que no quieren nada con ella. Nosotros en AD sí creemos en ese sector y
también, en que se deben privatizar las empresas del Estado que están generando
pérdidas, porque eso en lugar de ayudar, es pernicioso.
— Privatizar lo que es privatizable…
— Exactamente. Hay empresas como PDVSA
que deben estar en manos del Estado, igualmente la educación debe ser pública,
gratuita y de calidad, pero el Estado no puede convertirse en empresario y
tampoco puede pretender acaparar el 100% de la vida económica. De acuerdo a
nuestra tesis política, deben haber tantos mercados como sea posible y tanto
Estado como sea necesario. AD va por esa línea.
— ¿Cómo podría enfrentarse el fenómeno
dólar paralelo? Porque más que razones económicas, tiene un componente
psicológico ante la incertidumbre y la desconfianza, porque verdaderamente no
habría una explicación real para determinar ese tipo de cambio.
— El tipo de cambio real en Venezuela no
es posible determinarlo hasta que se libere. Hay algunos cálculos que hablan de
120 bolívares por dólar, sin embargo es preferible liberar los controles para
ver hacia dónde va el tipo de cambio, hacia dónde se equilibra. Ahora, si bien
el tipo de cambio que refleja el mercado paralelo no es el tipo de cambio real
de la economía, también es innegable que ese tipo de cambio recoge todas las
distorsiones producidas por un Gobierno irresponsable. El Gobierno es
responsable de las distorsiones que incrementan la demanda del dólar paralelo.
Por ejemplo, puedo hablarte de liquidez, de que el crecimiento del M2 (la
liquidez monetaria) ha estado a un ritmo de por lo menos 70% interanual, lo
cual es un crecimiento exacerbado de la liquidez que lo que hace es aumentar la
demanda. Ahora, en economía sólo hay probabilidades: o ahorras o gastas, y con
las tasas de interés actuales, que son inferiores a la inflación, cuando la
gente recibe una unidad adicional de su ingreso en bolívares destina todo ese
ingreso hacia el consumo. En otros términos, la propensión marginal al consumo
de 0 a 1 es 1. Por ello, considero que una buena política del Gobierno sería
estimular el ahorro, pero si insisten en “sobre expandir” la liquidez
monetaria, la demanda del dólar paralelo seguirá creciendo.
— Se dice que el país está en una
situación de quiebra, que en meses pasados se entró en default. ¿Cuál es tu
visión sobre el tema de la deuda externa?
— Solamente la deuda financiera de PDVSA
sobrepasa los 40.000 millones de dólares, es decir, el doble de las reservas
internacionales. Venezuela está en capacidad de pagar la deuda si implementa un
reordenamiento en sus políticas, pero bajo los lineamientos que está
implementando el Gobierno actualmente es imposible que podamos pagar la deuda y
sus intereses sin que hayan consecuencias gravísimas en el tema de las
importaciones, porque esta es una economía monoproductora y este es un Gobierno
que ha exacerbado las importaciones. Aún con los precios del petróleo en el
nivel que se encuentran es posible pagar la deuda, pero deben eliminarse las
presuntas ventas de petróleo a otros países, porque aunque se han reducido
todavía tenemos convenios y ello representa una salida o una ausencia, una
divisa que no se percibe. No estamos todavía en un riesgo de default, pero va a
llegar si los precios del petróleo siguen disminuyendo y si el Gobierno insiste
en mantener o provocar la corrupción, la cual ha sido uno de los grandes
responsables de la fuga de divisas en Venezuela.
— Por eso se ha dicho que PDVSA se ha
convertido en una especia de “fondo social”.
— Nada más entre el año 2005 y 2012
PDVSA erogó para gastos de desarrollo social y el Fondo Nacional para el
Desarrollo Nacional (FONDEN) la cantidad de 107.000 millones de dólares, y hasta
el momento no hay cuentas de lo que se hizo con ese dinero. Estamos hablando de
cinco veces las reservas internacionales, de que con esos recursos Venezuela no
tendría por qué estar atravesando por esta crisis si el Gobierno se hubiese
preocupado por ello. Entonces, hay que empezar a disminuir los gastos
suntuarios y establecer una verdadera política que reivindique a los
venezolanos en general, porque está crisis la estamos pagando todos sin
distingo alguno.
Dolarización
— ¿Qué opinas sobre el tema de la
dolarización?
— Algunos sectores han planteado que
Venezuela debe dolarizarse, sin embargo yo creo que si existe una política
monetaria, fiscal y cambiaria decente, no hay necesidad de dolarizar. Pero si
seguimos por este camino en el que existe un alto nivel de deuda y no hay orden
desde ningún punto de vista económico, vamos a llegar a un punto en el que
quizás pueda existir un proceso de dolarización de la economía.
— Sin embargo, se ha dolarizado parte de
la economía, por ejemplo en la compra y venta de viviendas, incluso con esta
especie de paranoia del dólar paralelo mucha gente hace cálculos en relación a
ello. Es decir, aunque no se haya decretado el dólar como moneda, en la
práctica la sociedad venezolana está sometida a un proceso de dolarización.
— Pero es a nivel de precios. Es decir,
lo precios están dolarizados, muchas de las importaciones se hacen a través del
dólar paralelo, eso es más que evidente. Sin embargo, los salarios no están
dolarizados, si la moneda que perciben los venezolanos por su trabajo fuera el
dólar estaríamos hablando técnicamente de dolarización.
— ¿Cuál es tu pronóstico para este año?
— Vamos a continuar el proceso de
agudización de la estanflación, vamos a tener una inflación de por lo menos
tres dígitos, y si el Gobierno insiste en sus políticas erradas y no toma
decisiones correctas, vamos a tener una inflación de cuatro dígitos para el año
2016. Por supuesto, va a haber un aumento de la pobreza, vamos a tener un
deterioro importante del salario real y hay posibilidades en este momento de
que se produzcan desórdenes callejeros por el tema de la escasez, la cual se va
a agudizar.
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