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domingo, 6 de septiembre de 2015

Si la unidad se puede expresar en lo electoral, puede ser base para apoyar el cambio que el país requiere, @ffacchinb



Por Fernando Facchin B., 05/09/2015

Siempre se plantea la necesidad de construir la unidad y concretamente se empezó a construir esta herramienta con agrupaciones distintas, con las que no se acordaba en todo, que no piensan igual, caso contrario, todos seríamos parte de una misma organización. Incluso se generaron debates que enriquecieron colectivamente a la MUD y que permitieron sacar una conclusión de consenso de distintas posturas y trabajos concretos.

En ese sentido vemos fundamental la unidad, no la unidad por la unidad en sí misma, sino por este escenario que se viene, más allá de las elecciones, post 2015, es necesaria la unidad mucho más que antes, y si se puede expresar en lo electoral en 2015 y puede ser base para apoyar después las luchas sociales, que van a venir, de elementos represivos mucho más complicados, bienvenida sea.

Ahora hoy, la MUD parece hallarse en un impasse con algunos advenedizos, ambiciosos y oportunistas de la política quienes pretenden “trancar el juego” y, para desatascar la situación, pretenden imponer recurrentemente una idea de su falsa idea de unidad que tiende más a la uniformidad y no es solución que permitirá alcanzar un nivel de coordinación necesario para plantar cara y derrotar al régimen. Sin embargo, por el momento no parece que las iniciativas puestas en marcha inspiradas en estas ideas estén suponiendo una mejora significativa en la capacidad organizativa de la Mesa. La hipótesis es que estas formas clásicas de organización política tienen graves límites que tenemos que revisar urgentemente, afortunadamente frente la dirección de la MUD está un hombre con mucho recorrido político, estratega y cohesionador como lo es Rubén Pérez Silva.

Es necesario entender que las estructuras centralizadas se hacen presente cuando se está en crisis, en declive, en debilidad y se requiere unir los esfuerzos para poder superar los escollos que el régimen nos plantea día a día con su ventajismo político, sin entendemos estos es porque tampoco queremos entender la realidad del país, los intereses personalistas de carácter crematístico en la mayoría de los casos cierran los caminos del triunfo.

Si se actúa coherentemente, en un espacio de unidad coyuntural, con una mente colectiva en cuyo objetivo sólo exista Venezuela, se podrá desmantelar las instituciones del régimen y dejarlas gravemente heridas para su defenestración total en corto plazo. Se debe permitir que la sociedad se organice sin bloqueos impertinentes, no es fácil, pero tampoco es imposible sin logramos un poco de sindéresis política, no es abandonando la unidad que lograremos salir de este oprobioso régimen.

Estamos construyendo una unidad sin uniformidad, una unidad efectiva y no afectiva, que no se quede atrapada en una organización pasiva sino que se transforma constantemente para avanzar hacia el triunfo electoral. Venezuela vive un momento histórico y se dan los pasos firmes y necesarios en la MUD, para construir una mentalidad colectiva, masiva para triunfar en las parlamentarias y abrir las puertas al futuro del país con perspectivas optimistas. El régimen está política, social y económicamente congestionado, desesperado por múltiples razones y es la última oportunidad para una salida pacífica y constitucional que nos conduzca a un cambio de gobierno con voluntad venezolanista.

En política hay tiempo para todo, inclusive para pelear, pero hoy no es tiempo para las diatribas innecesarias, infundadas, ambiciosas u oportunistas. Si la unidad se puede expresar en lo electoral, puede ser base para apoyar el cambio que el país requiere.


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