Por Susana Morffe, 09/01/2017
El pasado no podemos revivirlo, el
presente nos
pertenece a todos, el futuro es de Dios.
Un nuevo año para dejar atrás lo
malo, recoger lo bueno y emprender un incierto camino en 2017 con aclamaciones
de libertad para Venezuela por las ataduras ¿Maléficas? ¿Impuestas? o
¿Permitidas? Cualquiera de ellas impone aplicar lo que se quiere o no para el
país.
En la década de 1920, Ayn Rand, judía
fugitiva de la revolución rusa, llegó a Estados Unidos con una visión
filosófica por todo lo que había vivido. Su causa reflejaba lo que años y
siglos después, es un modelo real en Venezuela: “Cuando te das cuenta que,
para producir, necesitas obtener autorización de quien no produce nada. Cuando
compruebas que el dinero es para quien negocia, ni con bienes sino con favores.
Cuando te das cuenta que muchos son ricos por sobornos e influencia, más que
por el trabajo, y que las leyes no nos protegen de ellos, más por el contrario,
son ellos los que están protegidos. Cuando te das cuenta que la corrupción es
recompensada y la honestidad se convierte en auto-sacrificio. Entonces podría
afirmar, sin temor a equivocarme, que tu sociedad está condenada”.
Venezuela no quiere:
Muertes de niños en hospitales por
falta de medicinas, alimentación y violencia infantil en las calles y hogares.
Verdades ocultas con populismos y
propaganda barata para disfrazar la tragedia nacional.
Lucha de poderes enTrumpados
en peleas viscerales que son frustrantes para la ciudadanía del país. Oposición
que no es alternativa.
Componendas políticas de grupos que
atesoran la corrupción en sus ideas.
Pérdida de identidad nacional con
imposición de modelos de Cuba y Siria.
Los recursos en manos de extranjeros,
hipotecado el país con deudas millonarias que oscurecen el futuro de las nuevas
generaciones.
Aumentar el salario mínimo sin tomar
en cuenta la inflación, el juego perverso que hace el régimen postrado ante sus
propias debilidades de incapacidad.
Venezolanos haciendo trueques y
ventas personales para sobrevivir.
Un presupuesto nacional sustentado
con tráfico de drogas por carteles de regimientos.
Las Fuerzas Armadas gobernando con
injerencia en asuntos de la economía venezolana.
Ser el sitio más peligroso del
planeta. No a la compra de armamentos innecesarios.
Venezuela quiere:
Líderes verdaderamente más humanos y
comprometidos con la sociedad para salvar a Venezuela.
Diferencias y discrepancias por
objetivos entre oposición y oficialismo.
Niños venezolanos, sanos y preparados
para los retos que deberán enfrentar en el futuro.
Libertad plena de pensamientos e
ideas, democracia fortalecida y verdadera equidad.
Productividad a todo nivel con
oportunidades de empleos y progreso para jóvenes, mujeres, hombres y adultos
mayores.
Unas Fuerzas Armadas dedicadas a
proteger y defender nuestra soberanía.
Justicia donde prevalezcan los
valores institucionales y las decisiones del pueblo.
Volver a tener navidades y año nuevo
sin escasez.
Para lograr todo lo anterior se
requiere de un valeroso personaje y un compromiso colectivo que permita la
depuración absoluta de individuos amparados en una constitución amañada.
Una nueva constituyente es una de las
fórmulas para el cambio productivo en Venezuela, según los analistas ¿Por qué
se repite siempre lo mismo?
Algo más, no insistan con la cómica
de la mesa de diálogo. El país se ha vuelto miserablemente aburrido, sin
horizonte.
Susana Morffe
@susanamorffe
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