I Asamblea conjunta Obispos y
Laicos
Mensaje a nuestro pueblo
venezolano
Papa Francisco, EG 86
En ocasión de la Asamblea
conjunta de los obispos venezolanos y de laicos provenientes de la entera
geografía nacional, nos dirigimos a nuestros hermanos en la fe y a todos los
hombres y mujeres de buena voluntad, que a diario viven, luchan y trabajan por
hacer una patria mejor. Nuestra Asamblea, bajo el lema Iglesia en comunión
hacia una Venezuela más justa y creyente, tuvo por finalidad proponer y
trabajar ideas claves con miras a promover y reafirmar la presencia activa del
laicado venezolano para que, a ejemplo de los primeros cristianos, desde su coherencia
y unidad de vida, formen comunidades eclesiales vivas en los distintos
ambientes y contribuyan a la transformación socio-política del país.
Venezuela -tierra de gracia-
vive una gravísima crisis moral, social, política, económica y cultural. La
sistemática violación de los derechos humanos y de la Constitución, la
progresiva desinstitucionalización de todos los espacios del poder público, la
militarización de los ámbitos de participación ciudadana, la escasez, la
violencia, la inseguridad, el hambre, la enfermedad, la hiperinflación, la
desmejora de los servicios públicos, la baja calidad de la educación y los
ataques contra la familia y la vida, son sólo algunos de los gravísimos
problemas que azotan a todos y cada uno de los venezolanos. La Iglesia en
Venezuela -laicos, religiosos, sacerdotes y obispos- vive, sufre y comparte,
como todos los venezolanos, los estragos de la crisis. El hambre y la violencia
no tienen color. La causa principal de esta gravísima crisis es la decisión
oficial de imponer a los venezolanos un proyecto político-ideológico contrario
a la Constitución y moralmente inaceptable. Por eso, es urgente un cambio
político profundo, que haga posible una convivencia ciudadana solidaria donde
todos los venezolanos podamos convivir en una democracia basada en la verdad y
la libertad, en la justicia y la paz, en la reconciliación y la fraternidad.
Como cristianos católicos
tenemos el compromiso moral y cívico de participar activamente en la
construcción de nuestra sociedad y transformarla desde los valores del
Evangelio. En este sentido, colaborar con todos los hombres y mujeres de
distintos credos y modos de pensar, pero que coinciden en la búsqueda del bien
común. Por tanto, invitamos a cada uno, desde su quehacer cotidiano y donde
quiera que se encuentre, a levantar su voz y poner su esfuerzo en lograr la
reconstrucción y el progreso del país.
En medio de la crisis somos
personas de fe y esperanza. Estamos convencidos de las capacidades del ser
humano para superar las dificultades. Como hijos de Dios confiamos en el
auxilio de la providencia divina. Como católicos invocamos a nuestra patrona
nacional, la Virgen de Coromoto, para que nos cubra con su manto y nos acompañe
en nuestro compromiso por una mejor Venezuela.
11-01-17
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico