Por Yedzenia Gainza, 13/01/2017
No hubo flores, bombones, perfumes, viaje,
sorpresas, ni cita en la peluquería.
Esta vez nadie ordenó una paella ni puso carne en
la parrilla. Tampoco nadie peló verduras para un sancocho.
No se descorcharon botellas de vino, ni siquiera
se llenó de cervezas la nevera.
El día comenzó en silencio, sin alegría, sin
serenata.
El teléfono sonó sin encontrar respuesta. El
timbre no recibió ni una sola caricia en toda la jornada.
No hubo zapatos nuevos que mirar frente al
espejo, ni un vestido bonito al cual cortar la etiqueta. Nada de postres
especiales, ni mariachis con sus trompetas.
Fue un día como cualquier otro, viviendo con el
miedo a la delincuencia, lidiando con instituciones corruptas, aprovechando las
horas de agua para regar las matas y poner una lavadora antes que se vuelva a
ir la luz. Recorriendo farmacias, llevando sol en la cola de los supermercados,
regresando a casa con las manos llenas, pero no de regalos, sino de impotencia
e indignación.
Peinó sus canas recordando cuando no las tenía,
cuando mientras se rizaba el pelo soñaba con el negocio que quería montar, la
casa que quería comprar, los hijos que quería tener y la vejez que quería vivir
descansando sobre la recompensa a décadas de duro trabajo e innumerables
sacrificios que le esperaban. Con los ojos aguados sintió que tenía razón en
haber pedido a todos no actuar como se acostumbra en una fecha especial, pues
no sentía ganas de festejar teniendo a dos de sus hijos demasiado lejos y a los
cercanos pasando por la misma tragedia que ella.
¿Cómo podría celebrar sin quitarse del alma a la
muchacha que hace unos días hurgaba en la basura?
Así que sin velitas que soplar, cerró los ojos y
pidió un deseo. Nadie sabe qué, pero tampoco hace falta adivinarlo. Ni harina,
ni leche, ni azúcar, esos no pueden seguir siendo regalos.
Aunque muchos padres venezolanos en este momento
no tengan más urgencia que evitar quedarse con la despensa vacía, es otro el
mejor regalo que podrían recibir un día cualquiera –ojalá pronto– en el que
seguro recuperarán las ganas de celebrar.
¡Feliz cumpleaños!
Yedzenia Gainza
@yedzenia
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