CEV 13 de enero de 2017
CENTÉSIMA
SÉPTIMA ASAMBLEA PLENARIA ORDINARIA
DEL EPISCOPADO VENEZOLANO
DEL EPISCOPADO VENEZOLANO
EXHORTACIÓN
PASTORAL:
"JESUCRISTO LUZ Y CAMINO PARA VENEZUELA".
"JESUCRISTO LUZ Y CAMINO PARA VENEZUELA".
1. Al comienzo de un nuevo año, los obispos de
Venezuela hacemos llegar a nuestros hermanos en la fe y a todos los ciudadanos
los mejores votos, junto con nuestra oración, para que tengan un 2017 lleno de
bendiciones. Como cristianos hemos celebrado en estos días el nacimiento y la
manifestación de Jesús, el Señor, que ha venido como "luz del mundo"
(Jn 8,12) y salvación para todos los pueblos. Él nos invita a iluminar los
ambientes en que nos desenvolvemos con la claridad de la verdad, la libertad,
la justicia y la solidaridad, procurando integrar a esta tarea a quienes no
comparten nuestra fe o nuestras convicciones, pero quieren construir una
convivencia fraterna y pacífica. Si bien hablamos como cristianos católicos,
nuestras reflexiones y preocupaciones las ofrecemos a todos, sin distinción de
credo, de inclinaciones políticas o sociales. El país nos duele a todos, y el
clamor y la angustia de la gente son también nuestros.
El
OSCURO PANORAMA DE VENEZUELA
2. La actual realidad venezolana es extremadamente
crítica. Una gran oscuridad cubre nuestro país. Estamos viviendo situaciones
dramáticas: la grave escasez de medicinas y alimentos, ¡Nunca antes habíamos
visto tantos hermanos nuestros hurgar en la basura en búsqueda de comida!, el
deterioro extremo de la salud pública, la alta desnutrición en los niños, la
ideologización en la educación, el altísimo índice de inflación con la
consecuente pérdida del poder adquisitivo, la corrupción generalizada e impune,
propiciada particularmente por el control de cambio, el odio y la violencia
política, los elevados índices de delincuencia e inseguridad, el pésimo
funcionamiento de los servicios públicos, dibujan un oscuro panorama que se
agrava cada día que pasa, porque no se ponen correctivos a los males y porque la
causa que los genera avanza como una tenaza que se va cerrando, con sus
secuelas opresivas y destructoras. Esta cultura de muerte en la que estamos
sumidos configura un estado de acciones y decisiones moralmente inaceptables
que descalifica éticamente a quien lo provoca, mantiene o justifica.
3. La obstrucción del Referendo Revocatorio del
mandato del Presidente de la República por parte del Consejo Nacional Electoral
ha provocado rechazo, desencanto y frustración de la ciudadanía. El intento de
cercenar las atribuciones constitucionales de la Asamblea Nacional y la ola de
represión y persecución política que se ha desatado en últimos días lesionan
gravemente el ejercicio de la institucionalidad democrática. Sólo en regímenes
totalitarios se desconoce la autonomía de los poderes públicos y se impide la
libre manifestación de la ciudadanía.
4. Muchas son las razones que han conducido al
país a la actual situación. La causa fundamental, como lo hemos afirmado en
otras ocasiones, es el empeño del Gobierno de imponer el sistema totalitario
recogido en el "Plan de la Patria" (llamado Socialismo del Siglo
XXI), a pesar de que el sistema socialista marxista ha fracasado en todos los
países en que se ha instaurado, dejando una estela de dolor y pobreza.
5. Es necesario incluir en el inventario
negativo el infructuoso diálogo entre el Gobierno y la Oposición, en el cual la
Sede Apostólica aceptó participar como facilitador por la invitación de las
partes en conflicto. Dicho diálogo suscitó esperanza en la mayoría de los
venezolanos, pero su resultado fue decepcionante, a causa, principalmente, del
incumplimiento, por parte del Gobierno, de los acuerdos a que se había llegado
en la reunión del 30 de octubre de 2016.
6. Agradecemos vivamente la disposición de servicio
del Papa Francisco y lamentamos que su contribución a la paz de Venezuela haya
sido mal interpretada. El diálogo, positivo y necesario en sí, exige, para ser
fructífero y exitoso, una plataforma común de objetivos definidos y, sobre
todo, una actitud de ánimo respetuosa y receptiva en los participantes, la cual
conlleva superar la intolerancia y la autosuficiencia.
7. Los obispos venezolanos, en comunión con el
Santo Padre Francisco, reiteramos las condiciones para continuar el diálogo
señaladas por el Secretario del Estado Vaticano, el Cardenal Pietro Parolín, en
su carta del 01 de diciembre de 2016: "1. Aliviar la grave crisis de
abastecimiento de comida y medicinas que está sufriendo la población. 2. Las
partes concuerden el calendario electoral que permita a los venezolanos decidir
sin dilaciones su futuro. 3. Se tomen las medidas necesarias para restituir
cuanto antes a la Asamblea Nacional el rol previsto en la Constitución; 4. Se
apliquen los instrumentos legales para acelerar el proceso de liberación de los
detenidos".
LUCES
PARA CONSTRUIR LA NUEVA VENEZUELA
8. El verdadero cristiano es "sal de la
tierra y luz del mundo" (Mt 5,13.14). No esconde su luz, sino que la hace
brillar delante de los hombres para que sus buenas obras iluminen a la sociedad
y alaben al Padre celestial (Cf. Mt 5,16). Busca el bien común guiado por una
conciencia recta.
9. ¿Cómo ser portadores de luz y esperanza en
un panorama de oscuridad y de muerte? Este es el desafío que nos interpela más
profundamente como ciudadanos y como creyentes. Los preceptos "ama a tu
prójimo como a ti mismo'' (Mt 22,39) y "no matarás" (Ex 20,13), es la
voz de Dios que resuena en el fondo de nuestras conciencias. La misión del
cristiano, en cualquier circunstancia, es anunciar al Dios de la vida y
revertir la cultura de muerte en cultura de vida.
10. Es necesario generar gestos valientes e
iniciativas innovadoras que motiven a esperar contra toda esperanza (Cf. Rom
4,18), para construir una convivencia libre, justa y fraterna; es tarea que nos
compete a todos, cada cual según su posición. Es una responsabilidad ineludible
porque frente al mal nadie puede permanecer como simple espectador. El llamado
es a ser protagonistas del presente y del futuro de nuestro querido país.
11. Las urgentes necesidades de las personas,
familias y comunidades reclaman de las autoridades respuestas inmediatas. En
este momento es necesario que el Estado venezolano acepte la ayuda
internacional, ofrecida por varios países y organizaciones. La Iglesia pone a
disposición su infraestructura organizativa (diocesana, parroquial, comunidades
eclesiales, Cáritas y otros organismos) para ayudar a enfrentar las carencias
de tantos hombres, mujeres y niños en situación de riesgo. Hay muchas otras
instituciones e iniciativas privadas dispuestas a contribuir al bien de todos.
Con el concurso de los medios y redes de comunicación promovamos la solidaridad
nacional que nos lleve a encontrar respuestas valederas ante la urgencia de
alimentación y salud.
12. Tal como declaramos en el Mensaje de la
Asamblea Conjunta con los Laicos (08-09/01/17), estimamos que el pueblo clama
por un cambio profundo de la orientación política del país que sea producto de
la decisión del pueblo soberano (CRBV 5): o el Socialismo del Siglo XXI,
ausente de la Constitución, o el sistema democrático establecido en la
Constitución. El país exige un itinerario electoral, tal como se acordó en la
Mesa de Diálogo.
13. Es urgente emprender entre todos acciones
que conlleven a la superación de la crisis del país: reactivar el aparato
productivo, garantizar la vigencia del Estado de derecho, reconstituir el
tejido social fracturado, valorar la ética personal, familiar y comunitaria,
fomentar la honestidad y la responsabilidad en la vida pública, promover la
reconciliación entre las personas y grupos y, en definitiva, renovar la vida
completa del país.
14. Ante la desesperanza reinante, que paraliza
la dinámica de toda buena y oportuna iniciativa, exhortamos a todas las
agrupaciones políticas, a las distintas confesiones religiosas, a los gremios y
asociaciones, a las universidades y al amplio mundo educativo, a los medios de
comunicación, a lograr puntos de encuentro que favorezcan la articulación de
los diversos sectores en un proyecto común de país. Tengamos confianza y
esperanza en nuestras capacidades para cambiar la actual situación.
15. Acogemos lo expresado en el Mensaje de Año
Nuevo y la Jornada Mundial por la Paz de la Arquidiócesis de Caracas, "en
torno a la liberación de los presos por hechos conexos con actividades
políticas. Tanto el Poder Judicial como el Gobierno Nacional tienen
instrumentos legales y constitucionales para poner en libertad inmediata a la
mayoría de esos ciudadanos, más de un centenar, que sufren una prisión injusta.
Además, aunque estuvieran presuntamente incursos en delitos, todos ellos
deberían ser procesados en libertad, tal como lo dispone el Código Orgánico
Procesal Penal".
16. Pedimos a Dios que ilumine a nuestros
dirigentes a fin de que se logren a la mayor brevedad los acuerdos necesarios
para superar la crisis. Imploramos su bendición sobre todos los habitantes del
país.
17. Invocamos a nuestra Madre, la Virgen María
de Coromoto, para que interceda ante su hijo Jesucristo en estos momentos
decisivos para el futuro de la patria. Invitamos a todos los ciudadanos a
unirse a nuestras súplicas y a ser luz y camino para Venezuela.
Los
Arzobispos y Obispos de Venezuela.
Caracas,
13 de enero de 2017.
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