Prensa UNT 07 de febrero de 2017
@partidoUNT
Manuel
Rosales, fundador del partido Un Nuevo Tiempo (UNT), regresó convencido de que
su tarea no es crear más conflictos ni divisiones, sino ayudar a los
venezolanos a superar la crisis que atraviesa el país.
-
Luego de ese retiro obligatorio, ¿cuál es el país que encuentra en estos pocos
días que lleva en libertad?
- Un
país congelado en el tiempo, en medio de un gran conflicto, una gran
controversia política que cada día nos consume y nos conduce a los caminos
inciertos de la regresión y el atraso, que lamento profundamente.
Creo
que el objetivo de la democracia, el sentido de la existencia de los partidos
políticos, y la justificación de los liderazgos se fundamentan en conducir,
diseñar y construir los caminos de paz y prosperidad a la sociedad, y creo que
esa es la obligación que tenemos los líderes políticos de todos los sectores en
Venezuela.
Podemos
tener profundas diferencias pero hay que buscar los puntos de encuentro en
función de sacar al país de este drama, de esta crisis grave que está
transitando.
-¿Cuál
es su situación actual luego de este regreso del exilio y su salida de prisión,
cuando persisten amenazas de inhabilitación de una parte y severos
cuestionamientos de quienes están en su mismo lado?
-Estoy
activo y profundamente comprometido con la lucha social en el país. Tengo
limitaciones como prohibición de salida de Venezuela, y presentación cada 15
días ante un tribunal. Estuve más de 6 años en el exilio, más de un año preso,
y bueno, no aspiro que los extremistas que militan en la violencia me aplaudan
porque soy demócrata, profundamente convencido de que la salida de esta crisis
como en todas las sociedades comienza y termina en un diálogo y una negociación
política. Y de allí no me van a sacar con guerra sucia, no me van a sacar con
calumnias ni me van a perturbar en cuanto a esa idea. Ese pueblo que muchas
veces me ha dado su aval, es el mayor compromiso de un hombre y el de un líder.
Ahora
muchas personas desde una poltrona, desde alguna capital de un país importante
del exterior con su vida cómoda y placentera quisieran que yo estuviera
condenado de por vida. Yo quisiera que al menos pasaran un día presos, un día
nada más.
-Hubo
un contundente triunfo de la oposición en diciembre de 2015 en las elecciones
parlamentarias que significó un momento estelar para el sector democrático.
¿Cómo encuentras hoy a la oposición?
-Después
de la victoria parlamentaria, apoteósica, glamorosa, de la oposición, el
balance al día de hoy es muy negativo para el pueblo en general y para los dos
sectores. En ese año no ha ganado ni el Gobierno ni la oposición porque se
mantuvo el conflicto. Se impuso la tesis de los radicales de un lado y del otro
que pretenden aplastar al adversario, que pretenden desaparecerlo, lo cual me
parece a mi una temeridad y una torpeza mayor. En política no existe el arrase.
Ningún grupo puede desaparecer al otro. En los tiempos de la llamada Cuarta
República, se pretendió barrer todo lo que significara el marxismo leninismo,
en cualquiera de sus manifestaciones. Bueno y allí están en el Gobierno, ya
llevan 18 años. Y ahora cuando asumen el poder en Venezuela, el chavismo o el
socialismo como se conocen en Venezuela, pretendieron barrer todo lo que
significaba una expresión democrática o de lucha en lo que representa la idea
de la expresión de libertad. Y aquí está. De tal manera que es un gravísimo
error.
La
gente está cansada, de la retórica violenta, que se le repita constantemente el
repertorio de problemas que padece sin presentar soluciones y que el discurso
político solo sea para la ofensa, para la diatriba y hasta para las
obscenidades, cuando el discurso político debería ser para el debate de las
ideas y la búsqueda de las soluciones.
-En la
oposición se expresan posturas que buscan una vía rápida para el cambio y otros
que se inclinan a la negociación en una mesa de diálogo. Pero enfrente hay un
Gobierno que controla todos los poderes, desconoce a la Asamblea Nacional y
encarcela a los disidentes ¿Se pueden encontrar caminos y negociar en esas
condiciones?
-En
encrucijadas tan conflictivas como la que tenemos, la historia es una
referencia muy importante. Está el caso emblemático, en cuanto a una lucha de
naturaleza racial, como fue Mandela, quien estuvo 28 años preso y fue expuesto
al escarnio público hasta por su propio partido, cuando planteó la necesidad de
un acuerdo, de un diálogo al final Mandela logra y triunfa en el camino del
diálogo y la negociación y quien fuera su carcelero y su perseguidor más
enconado terminó siendo su vicepresidente cuando ganó las elecciones. Tenemos
también el ejemplo de Centroamérica. Después de más de 100 mil muertos tuvieron
que sentarse a dialogar cuando debieron haberlo hecho antes de los muertos. En
Chile luego de la dictadura de Pinochet, a través de un acuerdo político se
logra salir de la dictadura con algunos espacios que se cedieron de lado y
lado. Bueno esa es la sociedad, ese es el don del ser humano, el de hablar, de
razonar, de analizar y buscar solución a los problemas.
Nosotros
no creemos que la violencia puede ser la solución así nos combatan con todos los
mecanismos de la guerra sucia pretendiendo descalificar. Nosotros creemos que
la salida es la ruta electoral. Unos las quieren torcer pero es a través del
voto que se pueden encontrar los caminos de la prosperidad y el entendimiento.
-¿Usted
percibe dentro de la dirigencia chavista factores que estén dispuestos a
negociar aspectos económicos y sociales para mejorar la situación del país y
permitir a mediano plazo una transición a través de un proceso electoral?
-
Nuestro país es como todas las sociedades con facetas políticas. En Venezuela
hemos establecido la posibilidad de una negociación, de un diálogo a partir de
la garantía que representa el Vaticano, de los tres ex presidentes y de
organizaciones internacionales como Unasur, el Grupo de Los Siete, La Unión
Europea, o la OEA. Ellos serían los garantes y los responsables de que los
acuerdos se cumplan. Pero, si no hay la voluntad política, y se va a jugar con
una carta bajo la manga, con una daga escondida, para cruzarle el pecho al
adversario, no vamos a llegar a ningún lado, porque el balance de este
conflicto, de esta guerra verbal, de descalificación, es negativo para el
pueblo.
-¿Cuáles
son las propuestas que UNT está llevando a la unidad?
Nosotros
creemos, que en este momento Venezuela exige propuestas claras, no podemos
seguir haciendo las políticas de fuegos artificiales con propuestas que hacen
mucho ruido, que iluminan el entusiasmo y las aspiraciones de la gente y
después se apagan.
Planteamos
concretamente el calendario electoral. Elecciones de gobernadores, elecciones
de alcaldes y elecciones presidenciales, todo como lo establece La
Constitución. Segunda propuesta. No podemos pensar que la lucha no puede ser
solo un calendario electoral cuando tenemos un problema grave de escasez de
alimentos y medicinas. Debemos aprobar una figura que permita, a través del
crédito internacional, que ingresen al país suficientes alimentos y medicinas
para solucionar parcialmente esta crisis que estamos viviendo. En tercer lugar,
el tema institucional. El presidente Maduro, del TSJ y la Asamblea Nacional,
tienen la obligación ante el país, de concertar acuerdos que permitan el
funcionamiento de los poderes y las instituciones en el país para generar los
mínimos controles y equilibrios necesarios y eso se logra a través de las
conversaciones y los acuerdos y de la discusión clara. ¿Quién gana y quién
pierde con la paralización institucional en el país? Perdemos todos. Los que
están gobernando aspiran a tener una República que funcione y los que están
aspirando a gobernar no queremos recibir escombros y cenizas. La gente quiere
saber para dónde va, cuál es la ruta y los políticos tenemos la obligación de
decirle la verdad a la gente y para donde va.
-Líderes
de la oposición han señalado que las condiciones en que se produjo el pasado
intento de diálogo no eran equitativas y los acuerdos no se cumplieron.
-El
problema más grave que tenemos en Venezuela es el deterioro de la palabra. Los
que venimos de pueblos lejanos, si algo nos enseñaron nuestros padres y
nuestros abuelos era que la palabra valía más que un documento. Y pareciera que
aquí la palabra se la llevara el viento. Lo primero que se tiene que rescatar
en la política es el valor de la palabra. La verdad es el acero que sirve de
base y fundamento a la palabra y la palabra tiene que ser garante de la
conducta del hombre y de la política.
Creo
que se ha pretendido descalificar y satanizar el diálogo cuando este es la
esencia del ser humano. Satanizar el diálogo, destruir el diálogo no nos
conducirá a nada. A final todo va a terminar allí. Más del 80 % de la gente,
según las encuestas, dicen que están de acuerdo que los sectores políticos
dialoguemos para encontrarle solución a los problemas. ¿En qué no están de
acuerdo? en los resultados. Cuando el diálogo no ofrece resultados ¿Cuál es la
obligación de los políticos? buscar resultados.
-¿Dentro
de la Unidad siente que hay perspectivas de que se puede llegar a un acuerdo
para sentarse nuevamente en un diálogo, pero esta vez mejor planificado?
- Sí
hay bastantes perspectivas. Por supuesto es una actividad intensa porque hay
visiones encontradas. Algunos piensan que no se debe dialogar sino que sigamos
“gritando” cada quien en una esquina sin llegar a nada. Yo no creo en eso, como
tampoco que la violencia es la solución. No creo en eso porque nunca han
existido circunstancias favorables para que la violencia sea una salida en un
conflicto de esta naturaleza. Creemos que la salida es la cívica y democrática,
la negociación, los acuerdos. De tal manera que hay un documento que
presentaron los facilitadores que se está analizando, se le están haciendo
algunas correcciones, con algunas ideas nuevas y se le están haciendo
modificaciones. Pero ese va a ser el instrumento de trabajo. Hasta ahora todos
estamos de acuerdo en esto y vamos a tratar de lograr que ese documento sirva
de piso para iniciar lo que puede ser la búsqueda de soluciones a los problemas
del país.
- Como
dirigente político vivió una experiencia importante cuando fue candidato
presidencial. En aquel momento la oposición vivía una crisis, había perdido la
Asamblea Nacional por la abstención, pero luego logra un consenso para
participar en las elecciones presidenciales con un candidato unitario. ¿Qué
lecciones se pueden sacar de aquella experiencia si la comparamos con la crisis
actual en el sector opositor?
- Fue
un momento muy duro, muy difícil y veníamos de cometer muchos errores, nos
habíamos salido de la ruta democrática. Esa era la verdad. No habíamos
participado en las elecciones parlamentarias y abandonamos la Asamblea
Nacional. Cometimos un error gravísimo y torpe. Y en esa tarea Teodoro Petkoff
junto a Julio Borges fueron determinantes con su aporte con su trabajo, con su
esfuerzo, para retomar esa ruta electoral. A mi me tocó levantar esa bandera.
Luego de una campaña muy corta de apenas tres meses, enfrentando todas esas
circunstancias. El oficialismo estaba en su momento más estelar. En esa época
se agotaba la línea blanca, los automóviles, porque había mucho circulante y
los estudios de esa ONG que mide el índice de felicidad, ubicaba a Venezuela en
un nivel bastante alto. En ese contexto tuvimos además que luchar contra el
fantasma de la abstención, de los violentos y los extremistas que siempre están
allí. Así que desde que empecé la campaña electoral me desacreditaron. Y el
resultado, que no fue el declarado por el CNE, porque ese lo rebanaron, como
suele ocurrir no había forma de revisar actas. Por ello contratamos tres
empresas encuestadoras, dos extrajeras y una venezolana y las tres arrojaron
resultados cercanos a 43 %, lo cual sorprendió a los propios oficialistas que
no se esperaban esos resultados. Ellos se imaginaban que nos iban a aplastar.
Así pues reverdeció nuestra lucha en solo tres meses. Desde allí en adelante he
sufrido campañas en mi contra como las que existen hoy en día. Hoy desde luego
estamos en mejores condiciones.
-¿Cuál
es su prioridad en esta nueva etapa que se te abre?
- Yo
vine convencido de que mi tarea no es crear más conflictos ni divisiones sino
ayudar al país a superar esta crisis que estamos viviendo y en segundo aspecto
creo que la dirigencia política en esta encrucijada histórica .
Prensa
UNT
@partidoUNT
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico