Por Luis Manuel Aguana, 22/02/2017
El nombre fue sugerido por uno de los más
respetables juristas venezolanos, quien al leer nuestra primera versión del
documento “Bases Constituyentes, Propuesta de los Ciudadanos para la
Reconciliación y el Cambio”, sentenció que eso representaba más que
unas meras reglas para la elección de constituyentes para una Asamblea Nacional
Constituyente, rebautizando el documento de trabajo, que antes llevaba el
nombre de Bases Comiciales. Eso fue hace más de tres años. Así de largo ha sido
el camino recorrido.
La primera versión de las Bases Constituyentes de
la Alianza Nacional Constituyente se hizo pública durante su lanzamiento en el
Colegio de Ingenieros de Venezuela el día 17 de Marzo de 2016 (http://ancoficial.blogspot.com/2016/03/lanzamiento-de-la-alianza-nacional.html).
La siguiente versión se publicó el 12 de junio de 2016, y la que estuvo
publicada hasta ayer correspondió a la versión del 12 de Noviembre de 2016. Se
ha venido ajustando en base a las diferentes opiniones fundamentadas de muchos
factores políticos y sociales del país en la medida que hemos avanzado en el
proceso. Las Bases no están escritas en piedra.
Desde anoche publicamos en nuestro blog en la red,
de fecha 21 de febrero de 2017, una nueva actualización más ajustada a las
observaciones realizadas a las primeras versiones de la Alianza, que deseo
comentar más allá de su contenido -porque las pueden ustedes mismos leer- sino
en su significado en el proceso en el que nos hemos empeñado un importante
número de venezolanos (pueden descargar el documento desde http://ancoficial.blogspot.com/p/documentos-fundamentales.html).
Pero, ¿por qué comentar este documento ahora y no
antes? Porque las personas, que poco a poco han venido enterándose del proceso
Constituyente de carácter Originario que estamos impulsando, están cayendo en
cuenta de la importancia que este proceso tiene en el desenvolvimiento del
problema político en donde estamos metidos en Venezuela y las razones que
tenemos para proponerles esta ruta de acción a los venezolanos.
Lo
primero que debo decir es que este es un documento inédito. Puede sonar
presuntuoso pero posiblemente nunca antes en el mundo moderno nadie haya
propuesto nada semejante. Tal vez el antecedente más cercano sea cuando en 1789
el eclesiástico
y político francés Emmanuel Joseph Sieyès, propuso su tesis del Tercer Estado
en el que indicaba que este se constituía como la “una nación completa y que
no necesita a los otros dos estados: el clero y la nobleza” (ver https://es.wikipedia.org/wiki/Tercer_Estado).
Veamos:
“Cuando finalmente los Estados Generales de Francia
se reunieron en Versalles el 5 de mayo
de 1789 y se originaron las disputas respecto al tema de las votaciones, los
miembros del Tercer Estado debieron verificar sus
propias credenciales, comenzando a hacerlo el 28 de mayo y finalizando el 17 de junio, cuando los miembros del Tercer
Estado se declararon como únicos integrantes de la Asamblea
Nacional: ésta no representaría a las clases pudientes sino al
pueblo en sí. La primera medida de la Asamblea fue votar la «Declaración
de los Derechos del Hombre y del Ciudadano»….Ya el 27 de junio, los representantes de la monarquía
se dieron por vencidos, y por esa fecha el Rey mandó reunir grandes
contingentes de tropas militares que comenzaron a llegar a París
y Versalles. Los mensajes de apoyo a la Asamblea llovieron desde
París y otras ciudades. El 9 de julio la Asamblea se nombró a sí
misma «Asamblea Nacional
Constituyente».” (ver https://es.wikipedia.org/wiki/Revoluci%C3%B3n_francesa).
El pueblo pasó por encima de sus gobernantes –la
monarquía- y se constituyeron en Asamblea Nacional Constituyente, con sus
propias reglas de actuación. Nadie se paseó allí por la idea de que las reglas
según las cuales se constituiría esa Asamblea Constituyente debían pasar por
los poderes constituidos para poder deliberar y tomar decisiones respecto a qué
hacer con el país. Eso era como que si se le hubiera preguntado al Rey que
hacer para salir de él. De allí en adelante es un hecho sin discusión en el
mundo que la categoría “pueblo” está por encima de aquellos que gobiernan pues
estos devienen su poder precisamente de la Soberanía Popular.
El
documento del que estamos hablando aquí y proponemos al pueblo venezolano tiene
ese antecedente histórico, según el cual los Poderes Constituidos del Estado deben
subrogarse al Poder Constituyente Originario –esto es, al Pueblo- y a sus
propias reglas de actuación. Para algunos esto suena escandaloso, pero para
sorpresa de muchos ese principio fundamental está contenido en el Artículo 347
de nuestra Constitución de 1999.
Las
Bases Constituyentes constituyen el “aterrizaje” de nuestro Proyecto País
Venezuela Reconciliada Vía Constituyente, la manera estructurada de hacerlo
posible. No se puede soñar un nuevo país sin decir cómo se puede hacer
realidad. Se han interpuesto innumerables obstáculos, no solo aquellos que
devienen de la actual realidad política venezolana sino de la natural
resistencia al cambio de aquellos que siempre han vivido de hacer mal las
cosas. Muchos factores en contra de una propuesta que le abriría cauce a la
creatividad de nuestro pueblo para resolver sus problemas. Pero hemos sido
persistentes.
¿De qué
se trata este documento? Con base a nuestro derecho a la participación política
consagrado en la Constitución, un grupo de venezolanos redactamos un manifiesto
para la historia denominado Bases Constituyentes, donde aquellos que lo
suscriban -denominados Activadores- nos constituimos en todo el país en Juntas
Activadoras del Poder Constituyente Originario (JAPCOs), cuya misión
tiene tres objetivos fundamentales: 1) Recoger las manifestaciones de voluntad
del 15% del Registro civil y Electoral en todo el país (Artículo 348); 2)
Alcanzado y superado ese mínimo del 15% constitucional, proceder a convocar a
un Proceso Constituyente de carácter Originario; 3) Estar en la disposición de
defender la voluntad del pueblo de convocar a una Asamblea Nacional
Constituyente por encima de cualquier desconocimiento que haga el Poder
Constituido al Poder Constituyente Originario.
Esa
Asamblea Nacional Constituyente tendrá todos los poderes para proceder a
destituir, si así lo considerara conveniente y necesario a los intereses del
país, a todos o algunos de los Poderes Constituidos, procediendo en tal caso a
instalar un Gobierno de Transición hasta culminar la redacción de un nuevo
texto constitucional para luego convocar nuevas elecciones.
Las
reglas para llevar a cabo ese proceso, están contenidas en ese documento,
incluyendo cómo y quiénes lo conducirán, estableciendo los parámetros para la
elección de aquellos que participarán como constituyentes en esa Asamblea
Nacional Constituyente. ¿De dónde sale la legitimidad de aquellos a
quienes les toque conducir el proceso de acuerdo a esas Bases Constituyentes?
Del mismo pueblo quien con su firma da su autorización para iniciar el proceso,
con las reglas que ese mismo pueblo convocante aprueba a través de la Planilla
de Recolección de Firmas, esto es, las Bases Constituyentes. Quien no las desee
aprobar (están publicadas desde ya casi un año) está en su perfecto derecho de
no firmarlas, pero de ser aprobarlas por un mínimo del 15%, del Registro Civil
y Electoral, Venezuela debe entrar a un proceso de elección constituyente
conducido por el Poder Originario, con esas Bases Constituyentes, tal y cual
está establecido en la Carta Magna.
Dado el
carácter novedoso de este proceso, y aun cuando la estructura fundamental sobre
la cual está construida la propuesta no ha variado –Poder Constituyente sobre
Poder Constituido- si han variado algunos aspectos relacionados con el detalle
del cómo realizarlo en la redacción del documento desde su comienzo, siempre
respetando el principio democrático y de representación proporcional. Es un
dicho muy conocido “el diablo está en los detalles”, y permanentemente aparecen
nuevas observaciones.
Pero
eso no nos ha detenido en el proceso de la conformación de las Juntas
Activadoras del Poder Constituyente Originario a nivel nacional. No es fácil
conciliar la práctica –el levantamiento de las firmas- con el detalle de la
implementación ya que nunca terminaríamos de arrancar. Esto nos lleva a estar
ajustando el documento aun cuando haya firmas en proceso, y a explicar muy bien
y permanentemente a los venezolanos las actualizaciones que hagamos de la
implantación, y es por ello que las JAPCOs deben estar muy bien formadas e
informadas de cada paso que de la Alianza para mantener actualizados a su vez a
todos los que ya hayan firmado, en aras de garantizar la transparencia de todo
el proceso constituyente originario.
“¿Dónde
iremos a buscar modelos? La América Española es original. Original han de
ser sus instituciones y su Gobierno. Y originales lo medios de fundar unas y
otro. O inventamos o erramos…” decía el Maestro Simón
Rodríguez. Somos seres humanos y podemos equivocarnos y seguramente lo hemos
hecho en este proceso. Sin embargo, de este gravísimo problema que tenemos los
venezolanos solo saldremos con soluciones originales. Si alguien tiene alguna
otra solución, bienvenida sea y la queremos conocer. Pero que su solución no
sea destruir lo que hemos concebido, sin proponer otro camino que podamos
seguir los venezolanos. Y lo menos que pedimos es que se nos muestre algo de la
profundidad y seriedad con la que estamos planteando estas Bases
Constituyentes, de una manera pública y abierta.
Desde
la Alianza Nacional Constituyente creemos que esta es la vía constitucional,
pacífica, democrática y participativa, muy concreta para recorrer el camino de
lograr la libertad en Venezuela. Conlleva riesgos, esfuerzo, trabajo, costos de
una manera continuada y permanente, en el desarrollo de una estrategia hasta
conseguir el éxito. No es una manifestación espasmódica que pretenda salir en
un día del régimen. Es un plan serio para reconstruir Venezuela, donde las
movilizaciones tendrán su momento justo y serán para defender el principio
universal de que es la Soberanía Popular la única que decide el destino de un
país, incluyendo quitar y poner gobiernos, nadie más. Luego de tanta decepción,
los venezolanos no nos merecemos menos que eso…
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter: @laguana
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