Papa Francisco 18 de febrero de 2017
Santo
Evangelio según San Marcos 9,2-13
La
transfiguración de Jesús: "Jesús tomó a Pedro,
Santiago y Juan, y los llevó a ellos solos a un monte elevado. Allí se
transfiguró en presencia de ellos. Sus vestiduras se volvieron
resplandecientes, tan blancas como nadie en el mundo podría blanquearlas. Y se
les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Pedro dijo a Jesús:
"Maestro, ¡qué bien estamos aquí! Hagamos tres chozas, una para ti, otra
para Moisés y otra para Elías". Pedro no sabía qué decir, porque estaban
llenos de temor. Entonces una nube los cubrió con su sombra, y salió de ella
una voz: "Este es mi Hijo muy querido, escúchenlo". De pronto miraron
a su alrededor y no vieron a nadie, sino a Jesús solo con ellos. Mientras
bajaban del monte, Jesús les prohibió contar lo que habían visto, hasta que el
Hijo del hombre resucitara de entre los muertos. Ellos cumplieron esta orden,
pero se preguntaban qué significaría "resucitar de entre los
muertos". Y le hicieron esta pregunta: "¿Por qué dicen los escribas
que antes debe venir Elías?". Jesús les respondió: "Sí, Elías debe
venir antes para restablecer el orden en todo. Pero, ¿no dice la Escritura que
el Hijo del hombre debe sufrir mucho y ser despreciado? Les aseguro que
Elías ya ha venido e hicieron con él lo que quisieron, como estaba
escrito" Palabra del Señor
Reflexión
del Papa Francisco
Jesús
toma la decisión de mostrar a Pedro, Santiago y Juan una anticipación de su
gloria, aquella que tendrá después de la Resurrección, para
confirmarlos en la fe y alentarlos a seguirlo en el camino de la prueba, en
el camino de la Cruz.
Y así
sobre un monte alto, en profunda oración, se transfigura delante de ellos: su
rostro y toda su persona irradian una luz resplandeciente. Los tres discípulos
se asustan, mientras una nube los envuelve y de lo alto resuena – como en el
bautismo del Jordán – la voz del Padre: «Este es mi Hijo, el amado:
¡escúchenlo!».
Jesús
es el Hijo hecho Servidor, enviado al mundo para realizar por medio de la Cruz
el plan de salvación. ¡Para salvarnos a todos nosotros! Su
plena adhesión a la voluntad del Padre hace que su humanidad sea transparente a
la gloria de Dios, que es el Amor.
Así
Jesús se revela como el ícono perfecto del Padre, la irradiación de su gloria.
Es el cumplimiento de la revelación; por ello junto a Él transfigurado aparecen
Moisés y Elías, que representan la Ley y los Profetas. Esto significa que todo
termina e inicia en Jesús, en su Pasión y en su Gloria.
El
mensaje para los discípulos y para nosotros es este: "!Escuchémoslo!"
Escuchar a Jesús. Es Él el Salvador: síganlo.
Escuchar
a Cristo, de hecho, significa asumir la lógica de su misterio pascual, ponerse
en camino con Él para hacer de la propia existencia un don de amor para los
demás, en dócil obediencia a la voluntad de Dios, con una actitud de desapego
de las cosas mundanas y de libertad interior.
Es
necesario, estar listos a perder la propia vida, donándola para que
todos los hombres se salven y nos encontremos en la felicidad eterna.
El
camino de Jesús nos lleva siempre a la felicidad. No lo olvidemos: ¡el
camino de Jesús nos lleva siempre a la felicidad! Habrá siempre en
medio una cruz, las pruebas, pero al final siempre nos lleva a la felicidad.
¡Jesús no nos engaña! Nos ha prometido la felicidad y nos la dará, si nosotros
seguimos su camino.
Con
Pedro, Santiago y Juan subamos también nosotros al monte de la Transfiguración
y permanezcamos en contemplación del rostro de Jesús, para recibir el mensaje y
traducirlo en nuestra vida; para que también nosotros podamos ser
transfigurados por el Amor.
En
realidad el Amor es capaz de transfigurar todo: ¡el Amor
transfigura todo! ¿Creen ustedes en esto? ¿Creen?... (Reflexión antes del
rezo del Ángelus, 01 de marzo de 2015)
Oración
de Sanación
Señor
mío, abro los ojos cada día y no me canso de darte gracias porque, a través de
todo el amor que me diste a conocer en nuestra historia personal, me has
apartado de la desolación y he experimentado tu bendición
Tú
me has hablado y me sigues hablando hoy en todos los momentos de mi vida, pero
los ruidos del mundo intentan apartar mis oídos a tu voz llenándome de
inseguridades y falsos deseos.
Te
pido que me ayudes con tu gracia a saber reconocerte en las circunstancias y
situaciones que vaya viviendo. Estoy seguro que tu fuerza me acompañará, me
levantará y me hará vivir confiado
Quiero
experimentar tu amor que sana todo los sentidos, ese amor que borra las heridas
de mis faltas y fortalece la fe para vencer toda tentación que quiera apartarme
de tu lado.
Quiero
sentir hoy, a través de tu perdón, que transfiguras mi alma y corazón, que me
haces resplandecer de alegría y me haces sentir amado y valioso, lleno de paz y
de serenidad.
Te
abro mi corazón, deseo estar contigo en la intimidad de la oración, quiero
dejarme transformar por tu poderosa presencia, y convertirme en un luchador
incansable de la paz
Tú
eres el gran vencedor, el que todo lo ha vencido y a quien nadie puede
destruir, por eso te confío mi vida y mis acciones.
Lléname
el espíritu de esa calma que tranquiliza todas las angustias y me hace vivir de
forma saludable y segura bajo tu protección y amparo. Amén
Propósito
para hoy
En
esta semana, realizaré una visita de al menos 15 minutos, al Jesús sacramentado
y pediré por todas las necesidades de la Iglesia y por sus misioneros
Frase
de reflexión
"Si
el Evangelio arraiga profundamente en nuestras vidas, seremos capaces de
llevarlo a los demás". Papa Francisco
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