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viernes, 1 de diciembre de 2017

Gustavo Velásquez: Las expectativas sobre la negociación hay que dosificarlas por @morapin


Por Maru Morales P.


El experto en negociación e integrante de la delegación técnica de la oposición que viajará a República Dominicana pidió no esperar soluciones mágicas, pero sí un proceso serio y con garantías. Velásquez contó a Crónica.Uno detalles de la metodología de trabajo a seguir en las reuniones del próximo 1° y 2 de diciembre.

Caracas. Ni el rostro ni el nombre de Gustavo Velásquez eran familiares para la opinión pública hasta hace 15 días, cuando el diputado Luis Florido (VP-Lara) lo mencionó como parte de la delegación técnica de la oposición que viajaría a República Dominicana a establecer las bases metodológicas para un nuevo intento de negociación política con el gobierno de Nicolás Maduro.

Pese a su rol esencial dentro del equipo técnico de la Unidad, este lunes su presencia pasó inadvertida para muchos de los asistentes al acto donde la oposición presentó a la totalidad de su delegación técnica y política para sentarse con el Gobierno.

Velásquez es el experto en negociación y conflictos, egresado de la Universidad de Harvard, abogado de la UCAB, y doctor en ciencias políticas de la USM que dirigirá la metodología de trabajo de la oposición en Santo Domingo.

Al finalizar el acto, conversó con Crónica.Uno para ofrecer su visión sobre este proceso de negociación que está por comenzar formalmente bajo el auspicio del presidente de Dominicana, Danilo Medina, dentro de unas escasas horas.
Velásquez habla con tono pausado y método docente. Explicando conceptos esenciales para la mejor comprensión de lo que se va a enfrentar durante los días 1° y 2 de diciembre. “Esta negociación, como toda negociación, es un proceso. Y en la medida en que lo planifiquemos bien nos ayudará a ahorrar tiempo, ir directamente a los puntos que se tratarán y tener posibilidades concretas de lograr acuerdos”, dice.


¿En qué consistió la reunión preparatoria del pasado 15 de noviembre?

—Se estableció el orden de la palabra de cada vocero, se fijó la agenda (del lado opositor los cuatro puntos ya conocidos: elecciones, canal humanitario, presos políticos y respeto a la Asamblea Nacional), cuánto tiempo durarán las sesiones, cuánto tiempo durarán las intervenciones, cuál es el papel de los actores. Hay que recordar que en este proceso, los actores son el Gobierno, la oposición, el gobierno de Dominicana y los cancilleres. Nada de eso se deja en el aire, sino que se define el papel de cada uno.

¿Cómo será la metodología de esta negociación? ¿Se establecieron mesas de trabajo temáticas o una agenda de varios puntos a ser discutida por todos los actores?

—Es una agenda donde ambas delegaciones van a tocar todos los temas. No está previsto en esta instancia fijar mesas de trabajo pero sí una secuencia de temas que se van a tratar. Como se habló de que las delegaciones podrían llevar equipos técnicos, entonces se amplió la delegación, en este caso de la oposición que fue lo que se presentó hoy (lunes). Pero en la mesa de negociaciones solo se sentaría la delegación original que comenzó el proceso.

¿Es decir los representantes de los partidos políticos junto con usted y Vicente Díaz?

—Exactamente. Nuestro papel será esencialmente de coordinación, metodológico, para orientar el proceso.

¿Entonces todos los 22 integrantes de la delegación que fueron anunciados este lunes no se van a sentar todos en la mesa?

—No. Ellos estarán en un salón anexo en calidad de asesores, pero además ellos son los oídos y las voces de los diferentes sectores del país, de manera que uno pueda escucharlos e informarles al instante sobre cómo va el proceso. Esta es una negociación muy importante porque Venezuela está en la crisis más grave de los últimos 100 años y porque aquí se podría definir el futuro de la economía, el tema social, político.

¿Qué puntos plantea el Gobierno? ¿Qué es lo que pide en esta negociación?

—Ellos concretamente de lo que han hablado es del efecto de las sanciones internacionales y del reconocimiento de la Constituyente. Ese es el planteamiento de ellos, no el de la oposición. El planteamiento de la oposición se centra primero en resolver los graves problemas que tenemos, porque vivimos un drama social que no espera. Esta negociación debería llevar a un acuerdo que tiene muchos componentes.

¿Cuáles serían esos componentes?

—Bueno, por ejemplo, no se puede llegar a un posible acuerdo solo en lo social porque el hilo democrático en Venezuela está pendiendo y necesitamos resolver eso. No se puede llevar una negociación que se enfoque solo en los presos porque lo social es importante y las elecciones son vitales para que Venezuela siga siendo una república. En definitiva, lo que hay que buscar es un acuerdo para el país. Hay un conflicto entre dos partes pero lo que está por detrás es cómo resolveremos la grave crisis.

Como experto negociador ¿qué fortalezas le ve a este proceso en comparación con otros intentos previos de diálogo entre las partes?

—Primero, que hay una preparación metodológica bastante elaborada. Segundo, que se han integrado al proceso diversos sectores de la sociedad. Tercero, la participación de la facilitación internacional porque este es un proceso donde hay tanta desconfianza entre las partes que es necesario tener reglas claras y facilitadores para que el proceso fluya. Todo esto va a permitir diseñar los mejores acuerdos posibles, que el proceso sea eficiente, que no se pierda tiempo, que si se llegan a acuerdos estos sean factibles, es decir, que se puedan cumplir.

En caso de llegarse a acuerdos ¿qué características deberían tener para que se cumplan?

—Uno de los elementos de la negociación es el compromiso. Un buen compromiso tiene tres características: primero que sea factible. Segundo que sea suficiente, es decir, que este todo previsto, que cuando alguien pregunte ¿cuándo son las elecciones y cómo es esto y cómo es lo otro? todo esté contenido. Y en tercer lugar que sea operativo, que cada quien sepa qué va a hacer, cuándo lo va a hacer y cómo lo va a hacer. Si el compromiso final no está bien hecho, no se cumple la meta. La comunidad internacional está para ser garante de ese proceso y del cumplimiento de los compromisos de las partes.

¿Qué debe esperar la gente de la reunión del 1° y 2 de diciembre?

—Es una negociación muy compleja y delicada. Las expectativas hay que dosificarlas. Nosotros estamos acostumbrados a esperar soluciones mágicas. Es un proceso largo que no se termina el 2 de diciembre. Vamos a suponer que llegamos a ese acuerdo ideal sobre el canal humanitario, unas fechas de elecciones, la libertad de los presos, que el Gobierno y la oposición llegan a un acuerdo para un plan de emergencia, que se reconoce a la Asamblea Nacional, etc. Ojo, estoy suponiendo, ojalá eso pase, a eso vamos, a buscar el mejor resultado, pero ese compromiso para que se ejecute toma pasos, tiempos y a veces no es fácil ejecutarlo. Y tenemos que entender también que hay gente dentro del Gobierno que no quiere ninguna negociación y que es posible que pongan obstáculos para que el Gobierno no pueda cumplir con lo que se logró. Entonces es una negociación política que busca resolver la crisis nacional pero es también un proceso político de cambio. Si se logran los acuerdos, estaríamos ante una transición. Por lo menos una transición de una crisis social y política hacia una vía de normalización del libre juego democrático.

Una de las críticas a otros procesos de negociación o intentos de diálogo tuvo que ver con la falta de información hacia la ciudadanía ¿cómo se va a manejar la comunicación de la información en esta ocasión?

—La comunicación adecuada de los avances y resultados es una parte esencial de una negociación exitosa. Hay una comisión de comunicación que se está ocupando de ese tema.

Otros datos sobre Gustavo Velásquez

Ha sido consultor del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), de la División Económica de la ONU, de la Organización de Estados Americanos (OEA) y de la Corporación Andina de Fomento (CAF). Forma parte del buró de exalumnos de la Escuela de Gobierno John F. Kennedy de la Universidad de Harvard y ha sido presidente de la Asociación Venezolana para la Resolución Alternativa de Conflicto. Actualmente, es articulista del portal digital El Estímuloy cuenta con una larga trayectoria como consultor en negociaciones para la resolución de conflictos laborales, sociales y empresariales. En la última década del siglo pasado fue consultor jurídico de la Presidencia de la República, viceministro de Relaciones Interiores y diputado al extinto Congreso Nacional para el período 1994-1999.

La experiencia de 2004

En un análisis retrospectivo sobre la Mesa de Negociación y Acuerdos de 2004, (Politeia, junio de 2010), el politólogo y especialista en resolución de conflictos Miguel Martínez Meucci concluye que la facilitación, aunque alcanzó una cierta pacificación de la crisis política y de gobernabilidad de 2003 y 2004, no logró modificar el origen del conflicto, como lo era el enfrentamiento entre dos modelos casi incompatibles de gobierno. Señala que en aquel entonces se obtuvo el reconocimiento mutuo de los actores, bajó la conflictividad y se realizó el referendo revocatorio en el marco constitucional. Pero los poderes públicos se alinearon por completo a los intereses de uno de los polos enfrentados (el del presidente Chávez), no se concretó la Comisión de la Verdad sobre el golpe de abril de 2002 ni se hizo nada para el desarme de la población, que eran exigencias centrales de la oposición.

Foto: Maru Morales P.

28-11-17




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