Por Roberto Patiño
Todas las semanas me reúno
con los líderes de las comunidades del Municipio Libertador con los que
trabajamos en Mi Convive. En esas reuniones se produce un intercambio en el que
se exponen los problemas que afectan a cada sector y se comentan las soluciones
que se están implementando y la participación y opiniones de los vecinos.
También es un espacio en el que se comparan y comparten experiencias entre los
diversos sectores.
El liderazgo local
contribuye al empoderamiento de las comunidades, buscando, desarrollando y
canalizando soluciones que surgen desde las personas para enfrentar los
problemas que más las afectan.
De igual forma, representan
un canal de comunicación directo con las comunidades, y su aporte resulta
invaluable para profundizar sobre las necesidades, expectativas y opiniones de
la gente.
En la última reunión,
conversamos sobre el panorama político actual. Varios líderes expresaron su
preocupación de cara a las ilegales elecciones presidenciales convocadas por el
régimen y cuál puede ser su repercusión en el agravamiento de la crisis que
estamos padeciendo. Hay un reconocimiento general de las condiciones
fraudulentas en las que se producen estos comicios. Muchos concuerdan en que
irrespetan los procesos establecidos en la Constitución y no existen garantías
de que se realicen de forma honesta y transparente. La gente muestra una
absoluta desconfianza hacia dicho proceso y lo que de él resulte. Quien
sea electo será un presidente ilegitimo, no reconocido por la comunidad
internacional ni por la mayor parte de los venezolanos.
Por otra parte, las
dificultades de la crisis, vividas a diario, ocupan la atención inmediata de
las personas y constituyen su principal preocupación.
Los líderes comentan que en
las comunidades son muchos los que ya no quieren escuchar sobre partidos en su
forma tradicional: manifiestan su desconfianza hacia quienes se postulan a
cargos de elección popular, al sentirlos desconectados de los verdaderos
problemas como crisis alimentaria o la falta de servicios básicos, o
movidos por intereses sectarios o particulares.
Lograr la participación y el
involucramiento de las comunidades dependerá en lo inmediato de la vinculación
de lo político y lo social. Las soluciones profundas a los graves
problemas pasan por el cambio del actual régimen y del modelo de hambre,
empobrecimiento y destrucción que este implementa. En este sentido, el ejemplo
de los liderazgos locales es significativo, en el logro de procesos de
participación y organización alrededor de la implementación de iniciativas que
enfrenten los problemas de la crisis, focalizados en las dificultades
inmediatas y cotidianas.
Las personas no quieren
saber de “politiquería”, dicen algunos líderes, al entenderla como una serie de
acciones que funcionarios, candidatos o partidos realizan para conquistar
espacios de poder por encima de las necesidades de la gente. En lo personal,
entiendo esta desconfianza cimentada en los hechos que han ocurrido en los
últimos años. En el fondo, el problema aparece cuando quienes se postulan
a cargos de elección popular lo hacen sin tener trayectoria o sin haber
trabajado antes en la comunidad, así como cuando parecen movidos solo por
sus intereses particulares de tener poder.
Por eso creo en una manera
de hacer política que parta del trabajo social y que busque el empoderamiento
de las comunidades a través del trabajo en equipo. Una muestra de ello es uno
de los testimonios de los líderes comunitarios que habla de cómo incluso miembros
de su sector que se identifican o se identificaron ideológicamente con el
chavismo reconocen y respetan el esfuerzo que hace para ayudar a sus vecinos.
Creo que así se hace frente a la crisis y se empiezan a gestar verdaderos
cambios que partan de la realidad local.
Desde hace semanas venimos
llamando a la conformación de un Frente Amplio, en el que la lucha
contra la crisis y las emergencias inmediatas que esta genera sean puntos de
encuentro de los diversos sectores sociales al igual que el rechazo mayoritario
al régimen y la recuperación de condiciones democráticas. Creemos que es de
vital importancia sumar a esta iniciativa los diversos liderazgos locales y su
trabajo de organización y establecimiento de redes de apoyo y solidaridad, así
como valorizar su contacto directo con las comunidades.
En oposición a las
estrategias de opresión y dependencia del régimen deben proponerse formas de
inclusión y reconocimiento de otras maneras de activismo político. Esto será
fundamental para poder movilizar efectivamente a la Venezuela diversa y
variada, que, como vemos todos los días en las comunidades, está exigiendo
cambios y transformaciones para lograr su bienestar.
06-03-18
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