Ronal F. Rodríguez* 03 de marzo de 2018
@ronalfrodriguez
Nicolás
Maduro se niega a reconocer que las políticas de la Revolución bolivariana han
llevado a Venezuela a la crisis humanitaria.
El
gobierno venezolano se niega a reconocer el desabastecimiento, la inflación, la
caída del Producto Interno Bruto, la destrucción del sistema productivo, el
crecimiento de la pobreza y la pobreza extrema, el aumento de las muertes
violentas y la criminalidad, el deterioro del sistema de salud y la pérdida de
calidad del sistema educativo. Nicolás Maduro se niega a reconocer que las
políticas implementadas por la denominada Revolución bolivariana, desde los
años de Hugo Chávez, han llevado a Venezuela hasta la crisis humanitaria.
Un
país que durante décadas fue el refugio de europeos y latinoamericanos, por su
estabilidad política y sus oportunidades económicas, es hoy evidencia
fehaciente de que las malas decisiones pueden llevar a un Estado hasta el punto
de necesitar declarar la crisis humanitaria.
El
deterioro de Venezuela es un caso de estudio. Uno de los casos de retroceso
democrático en el continente, junto con Nicaragua. Si al final del siglo pasado
Venezuela era uno de los fracasos del modelo de libre mercado, del
neoliberalismo, también es el fracaso del modelo socialista del siglo XXI, el
cual ha resultado más estrepitoso. Hasta los malos años del período
democrático, o “puntofijista”, como lo llaman los chavistas, son buenos en
comparación con el desolador panorama actual.
Por
primera vez en la historia, los venezolanos se ven obligados a dejar su país,
no por una guerra o un conflicto interno, sino por el triunfo de un modelo
político económico que llevó al país a la ruina. El deterioro de la calidad de
vida de los venezolanos es pasmoso. Millones de ciudadanos salen de Venezuela
buscando medicinas, alimentos u oportunidades económicas, algunos en condición
de vulnerabilidad y con necesidad de asistencia humanitaria.
Entre
6,3 % y 12,4 % de los venezolanos han abandonado su país, mientras el
presidente niega la existencia del fenómeno migratorio. No obstante, Iris
Varela, ministra del Poder Popular para los Servicios Penitenciarios de
Venezuela, califica la migración como de “guarimberos” y delincuentes que se
van del país, afirmando que los verdaderos patriotas, los revolucionarios, no
se van.
La
mayoría de ellos se encuentran en Colombia, según los datos oficiales de
Migración. A diciembre del 2017 eran 550.000, en enero de 2018, 600.000, y para
el cierre de febrero, 650.000 de aquellos venezolanos que en algún momento
pasaron por un punto de registro y aún permanecen en el territorio nacional,
legal o ilegalmente, con vocación de permanencia. Pero no se contabilizan los que
han entrado de forma ilegal, ni los colombianos retornados, ni los
colombo-venezolanos.
Según
datos de la Registraduría Nacional del Estado Civil, entre 2010 y 2018 se han
registrado 113.588 hijos de madre o padre colombianos en los consulados en
Venezuela, 26.420 sólo en 2017, de un total de 224.166 registrados en todos los
consulados. Pero aún se desconoce la cifra de los que han pedido su
nacionalidad desde Colombia y cuántos de ellos han cruzado la frontera para
radicarse en el territorio.
Las
estimaciones varían entre el millón y el millón y medio de ciudadanos que hacen
parte de este flujo migratorio sólo en Colombia, en las versiones más
conservadoras. Con los datos oficiales de Migración Colombia, la migración
venezolana ya representa el 1,3 % de la población colombiana y el 2 % de la
población venezolana, pero si se tomara la cifra de las estimaciones, sería el
3 % de la población colombiana y el 4,7 % de la población venezolana.
La
semana pasada, el presidente Santos reconoció que el reto más grande que tiene
Colombia es la migración venezolana. Y no es para menos. En Italia, la
población migrante ronda los 620.000, en un país que enfrenta la migración
africana. Colombia ya supera esa cifra sólo en datos oficiales. La tal
migración sí existe, así el gobierno venezolano se niegue a reconocerla. Lo
realmente difícil es hacer frente a un fenómeno de esta naturaleza con un
gobierno del otro lado que se niega a reconocer el problema y que no tiene el
menor cuidado en mentir.
*
Profesor e investigador del Observatorio de Venezuela de la Universidad del
Rosario.
Tomado
de: https://www.elespectador.com/noticias/el-mundo/la-tal-migracion-si-existe-articulo-741951
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