Por Ramón Guillermo Aveledo
Europa como proyecto
democrático y comunitario basado en valores de libertad, derecho, paz y
solidaridad, atraviesa una exigente prueba importante para la humanidad entera.
El domingo 26 de mayo en
veintiocho estados habitados por más de quinientos millones de personas
tuvieron lugar las elecciones del Parlamento Europeo, de las siete
instituciones de Unión aquella que representa la pluralidad política y donde se
toman las decisiones legislativas y de control. El voto de los europeos importa
allá, en el mundo entero y en este pequeño rincón del planeta que ocupamos los
venezolanos.
La Unión Europea, ese esperanzador
proyecto de convivencia y progreso hoy cuestionado por una proporción nada
desdeñable de sus pobladores, no se hizo en un día. Premio Nobel de la Paz en
2012 y Premio Princesa de Asturias de la Concordia en 2017, hoy busca
sobreponerse a duros embates, siendo el más significativo de todos el Brexit,
la ruptura británica decidida por estrecho margen en referéndum de 2017 y que
acaban de confirmar los nacionales de esas islas por tantos motivos admirables
con un 45%, vencedores ante la ambigüedad y la división de los voceros del
restante 55%, lo cual por cierto tiene su ironía, pues fue Churchill quien en
1946 en Zurich lanzó la idea de unos “Estados Unidos de Europa”.
En los orígenes de la
historia están la visión, la destreza política y la voluntad de tres grandes
líderes, los jefes de gobierno alemán e italiano Adenauer y De Gasperi y el
ministro francés del exterior Robert Schuman, quienes lograron superar
desconfianzas y resentimientos para dar los primeros pasos, pasos de gigante,
con la Comunidad Europea del Carbón y el Acero de 1951, la de Defensa en 1952 y
el ya más avanzado Tratado de Roma en 1957. Aquella obra inicial de
arquitectura humanista cristiana por protagonistas e ideas, fue ganando
consensos y ampliando su base con el aporte de socialdemócratas y liberales.
Esa coalición europeísta, ahora con más peso relativo de éstos últimos y de los
verdes ecologistas por la disminución del de los dos primeros, acaba de
triunfar cuando se han contado los votos de los ciudadanos.
El Partido Popular Europeo
con 180 diputados, los socialdemócratas con 146, la alianza liberal demócrata
ahora con 109, con la adición de los verdes con 69 deberán articular un acuerdo
con mayoría parlamentaria para conformar las restantes instituciones y sostener
la Unión, con las reformas y avances que permitan afrontar los retos constantes
y superar con éxito el desafío de los populismos nacionales de derecha e
izquierda.
En medio de las
dificultades, esa es una buena noticia para Europa y también para Venezuela.
Los populares han sido nuestros primeros y más consecuentes amigos en aquel
concierto político, también hemos contado con los liberales y cada vez más y de
modo más decidido y firme con los socialdemócratas. En los verdes hemos ido
encontrando cada vez más comprensión de nuestra compleja realidad. ¡Gracias
Europa!
03-06-19
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